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mayo 28, 2008

Celeste y plomizo, polvora y retorno

Lectura cuarta: Retorno

Tengo la cabeza llena de arañas que tejen cruzadamente mis ideas, hoy escribo pero no me ordeno, no hay manera...

-Así habló Zaratustra (Nietzche)
-La historia de la Eternidad (Borges)
-La vuelta al mundo en 80 días.
-El ciclo de la lluvia.
-RWT-Round World Ticket
-El largo viaje que damos alrededor de la cuadra en bicicleta y por primera vez.
-Un hostal en algún lugar del mundo.
-El titular de un periódico.
-La promesa de que se puede contactar el más allá del mundo humano.
-El nombre de un blog, quizá la página de una ong.
-La palabra que deseamos ansiosamente escuchar ayer.
-El castigo de Sísifo.
-El momento esperado después del camino de ausencia.
-Conducir a casa por el tránsito indómito, con la mirada cansada, el alma con peso y la completa distancia.
-La sonrisa de un gracias de tu hijo.
-La palmada en la espalda que masticaste mil veces y aún no te decides a dar.
-Estoy frente a puerta de tu casa, aún no me decido a tocar la campana.
-La visita pospuesta con el pendiente aún sin conversar.
-El regreso en dirección hacia la persona que se fue.
-Las celdas de la colmena, el bucle de tu cabello, la espiral de caída, así parece el tiempo.

Nietzche planteó que los acontecimientos, las personas y los pensamientos, sentimientos e ideas se repiten de manera infinita e incansable. No lo se, aún no he vivido el infinito.

Reconozco que un gesto de sonrisa, de movimiento de manos, de mueca de dolor podría parecer o ser el mismo de ayer, de mañana, del día en que no estábamos o que no éramos aún. Sin embargo, con esa visión de repitencia y quizá con un toque de reciclaje, ni siquiera en un ciclo podría decir que aún me he repetido en sentimientos.

Si bien es cierto, debo y puedo reconocer que hay cosas, gestos, quizá alguna costumbre que repito de manera propia, en otras recalcitrante, quizá natural, casi inherente, aún no me repito en la forma de querer.

No tengo miedo de ser quien soy, quizá temor de la fuerza, extrañeza de la profundidad, aún así volvería a vivir la vida si eso nos incluye a los que hemos pasado por este camino.

mayo 25, 2008

Celeste y plomizo, pólvora y retorno

Lectura tercera: Pólvora

Entre siempre y jamás
"Entre siempre y jamás
el rumbo, el mundo oscilan
(...) el amor y odio
nos vuelven categóricos (...)
así
incansablemente
insobornablemente
entre siempre y jamás
fluye la vida insomne..."


En el último día de invierno, recuerda que ya la nieve tiene días de ausencia y llegada, el deshielo está por todos lados, podés sentir en la calle el aumento de la temperatura, aunque no tengás un termómetro junto a vos. Das un paso a fuera, dos tres, ¡sí es cierto explotó la primavera!, que me lo digan los verdes, allí comenzaron a saltar.

- *- * - * - * - *-

Carbono, azufre y nitrato de potasio hace el polvo negro que eleva sonidos, revienta en colores y llama a festejar. Explotaron las estrellas multicolores, las bengalas, los petardos que de manera rápida y afanosa logran su cometido fugaz: vivir con gloria en solo un segundo.

- *- * - * - * - *-

La casa sigue verde, aislada en medio de los bananales, los cafetales y el cacaotal, así va, con la desorientación por doquier. Uno, dos, tres cruces de palabras, todas en gritos, el plato quebrado, el perro huyendo, los niños escondidos -no hay esquina segura-, el pulso tembloroso, la respiración vibrante, la mano alterada, el alma descompuesta, el alma raída, los ojos vidrioso. Algo sucedió.

- *- * - * - * - *-

Colapsadas se encuentras en el espacio una o varias estrellas que solo nos cuentan de su historia a través de las pulsaciones, de las radiaciones, de las ondas electromagnéticas. Sí son púlsares o estrellas pulsantes, las que se sostienen a partir de la enervación y la destrucción.

Nacer desde el colapso, así nacen o nacemos muchos, tal como la energía que se libera, como los rayos gamma penetrando la materia más profunda.

Esos espacios que aún no son agujeros negros, posee densísimos centros cargados de metales, los cuales no permite hacer predicciones válidas con modelos informáticos ni con observaciones experimentales.(no podemos predecirlas, ¡que bien'!-, por eso son fuente para conocer a otros "cuerpos" celestes)

Las pulsaciones, oscilantes rayos que arrasan, abarcan, dan vida, la quitan, se autodefinen y permiten a otros que al chocar se ubiquen en espacios que no sabíamos, no se predicen, se sospechan, lo que nace a partir de lo que muere y lo que muere para nacer de otra manera.

mayo 22, 2008

Celeste y plomizo, pólvora y retorno

Lectura segunda: Celeste

"El color azul es una de las seis sensaciones cromáticas básicas de la visión humana normal."

Vivo en un país tropical -bueno eso parece ser-, donde más de la mitad del año llueve. Al principio recibes la lluvia como elixir de salvamento, casi como el cargamento de las raciones básicas de la guerra. Luego conforme pasan los días parece que la cosa cambia entre inundaciones, cielos algodonados de gris y resfríos a la orden del día.

La caída de las primeras lluvias es anunciada por la canción continua de un ave mediana a la cual se le unen otras, -sea por las tardes, sea por las mañanas-; con las primeras aguas se lavan las calles, se arremolinan las basuras, se taponean las alcantarillas, -que son tan pocas- y proliferan los vendedores ambulantes de paraguas y sombrillas.

Las aceras poco amigables, solo se quedan impávidas y se dejan bañar. Los perros de la calle buscan refugio en los techos de cualquier lugar y sus dueños callejeros no dejan de hacerle segunda, tratando de protegerse entre cartones –poca solución-, plásticos, y cuanto apoyo alternativo exista.

Las estrechas carreteras, de concreto “bacheado” –reparado, vuelto a reparar y por consiguiente con huecos cubiertos cual óleo con polvo de madera y trozos de piedra- se convierten en territorio de peligro por la combinación de la grasa, el neumático raído, el asfixiante tránsito y la oceánica cantidad de agua.

Finalmente, nosotros los pedestres no tenemos más remedio que recurrir a los vendedores de protección móvil-llámese paraguas-, que en los días de real tormenta tica, no sirven más que para un carajo; es decir estorbar y evitar que la lluvia te saque los ojos, por que del cuello hacia el resto del cuerpo el agua te llegará hasta el tuétano, con lo cual queda celeste la esperanza, azul de cielo escurrido por tormentas, el que no se te moje hasta el alma.

mayo 21, 2008

Celeste y plomizo, pólvora y retorno

Lectura primera: Plomizo

Toca mi piel, y dime en que estás pensando/ Toma mi mano, y enséñame a donde vamos/Acuéstate a mi lado/ Mira mis ojos/ Y dime -- lo que ves”-
Take my hand, Dido.

Un largo día se avecina, se puede percibir en el sonido de la sirena del tren, en los rieles acerados que dividen la derecha y la izquierda, en la luz intermitente del semáforo de aviso, en el sonido que se llega primero desde lo lejos, el tremor que se escapa por el túnel.

¿Cuántos días han de ver estos ojos pasar?
No lo se aún, no he aprendido el arte de la quiromancia y de las astrologías. Sin embargo, seguimos sosteniéndonos las manos. Sí aquí estamos, ¿me escuchan?

mayo 18, 2008

De tus muertos

Hay días en que la fortuna siempre deja una aldaba abierta, como para recordar que por allí ronda una tensa calma.

A veces cuando la muerte se deja llegar, por que te acercas con la edad, se te mueven varias cosas por la cabeza, seguro más de las que me atreví a elegir. Es así como al dar el vistazo detrás de tu hombro, te das por enterado con recuento de daños, de escaleras, fosas y andamios, de asientos, de amaneceres y noches. Otras ocasiones te salta a la cabeza que ya no comerás sino serás comido, que te sumarás mortal al resto y solo pides que cuando esto se presente, no tener más que dormir y no despertar más.

Un poco de nostalgia podría dar, el reconocer que ya no te enterarás de las noticias del día, la alarma de los sucesos de la última hora no te llegarán, ni la caída o el aumento de la moneda, de la inflación que asfixia o del corte de abastecimiento de agua y quizá de energía; si el cambio climático se dio, si hubo un nuevo terremoto con sabor a antiguo, si encontraron una nueva especie. Ya no te molestará la cama, ni la luz, ni el dolor, ni el sonido.

A lo anterior le sumas que se cambiarán en principio las escapadas al cafetín, al bar de las esquinas lejanas, el bullicio de la calle, el corre y corre de la gente, los charcos casi ríos, las aceras mal encaradas, los perros de las tiendas. Así como el abrazo partido, el deseo no hallado, la sonrisa encontrada, el abrigo amigo, la charla con el hijo, el disgusto matutino, el ascensor con pinta de pocos amigos, el sol que seca hasta el cristal de los ojos…(sigue.)

Por otra parte, sino tuviera esa suerte de dormir, la muerte aparece empaquetada en presentaciones algo mustias: accidentes por docenas, escenas de pérdida de memoria, un cajón de enfermedades con nombres que nunca aprenderé a pronunciar que solo anuncian olvido, daño neurológico, sangre sin vida, cortes, infecciones, dolor visceral.

Tengo que reconocer que para mí el problema no es al menos la muerte, sino finalmente quedar vivo después de la partida del día de quienes fueron mis vivos. Si bien lo veo natural, parte de ese gesto de abrir espacio y camino a otros, como dar la batuta y decir seguro que lo harás mejor que yo, o más bien anda toma que hay oportunidad de seguir.

El quedar vivo, amando, queriendo, sabiendo que ahora realmente comenzaron las noches de las ausencias, el hueco abierto de la bala que perfora y no sana, puesto que lo que sucede es el aprendizaje a veces fallido de vivir sin el/la/los otros, que lo tomas como el espacio de memorias que se viven solas, como la nota irreversible, el nacimiento de años atrás que solo se da una vez, eso amigos míos es lo que te parte el alma, de arrebata en dolor y con suerte te da vida…

Hace unos meses atrás murió la hija de una amiga querida; ayer murió la madre de otra amiga, hace un año -en abril- una amiga salió de su casa a otro país y ya nunca más vió a su pareja viva; años atrás pudo haber sido vos o yo, ya no importa lo cierto y citando a un amigo: "no puedes hablar de hijos sino los has tenido", en mi caso, no puedes hablar de muerte sino la has tenido. Para serles honestos, por muchas cosas pienso que sí podemos al menos olfatear lo que significa, sino no entenderíamos lo que conlleva el arrullo que tiende a calmar.

Azul sin patria


Soy animal de tierra, uno de esos que extraña las aguas de los océanos y que no sabe como regresar.

A veces me siento apátrida, desterrada de la humedad, ya que ni siquiera en ciertos espacios de pequeña profundidad donde proliferan plantas, peces y sol me animo a estar.

En los últimos meses, cuando recorro a pie la arena a lo largo de alguna playa que quisiera frecuentar más, hago repaso mental en busca de la aldaba que se perdió o donde falseó el puente que me hacía querer estar en el mar.

Se y me reconozco animal de tierra, pero me siento por horas frente al mar, lo escucho y lo entiendo, no se si me comprende, si sabe lo que siento, la ansiedad que me genera, la aceleración de mi vientre, el temor de mi pecho, la furia de mis pensamientos (como si fuese un amante), no se si comprende que yo también entiendo el canto azul de las ballenas.

En ocasiones, más de noche, menos de día, me conformo con estar allí, dejar que sus sonidos, sus destellos lleguen a mi, no digo nada (podría quedarme por horas solo escuchando y mirando, mirando y escuchando, dormitar o en vigilia), es como si con su fuerza y su suavidad me permitiera acariciar sus pensamientos o los míos.

Por ocasiones, con sonrisa bordada con alguna flor y matizada con algún pedazo de envidia a su alegría, miro como otros intentan, logran, entran en ese espacio que ya hace años no volví animarme a cruzar.

He olvidado la llave, la puerta, la clave de entrada, la tonada de llegada, la sensación bienvenida, el chocar de las dimensiones y simplemente nadar... ¿Me pregunto cuando regresaré al agua?

mayo 12, 2008

Milan Kundera

Antes de leer La insoportable levedad del ser, leí La inmortalidad y a partir de eso devoré a Kundera de manera intensa, casi buscaba un pretexto para ir a la librería y ver si había algo nuevo.

Hoy quiero rescatar dos cosas de él que me gustan: "Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie." y luego del libro de La risa y el olvido, en donde nunca quiero que me tires al olvido.

" La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella. La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se rescriben las biografías y la historia."

¿Me pregunto cuantas veces a lo largo de la vida reescribimos las historias y si nos damos cuenta o llevaremos cuenta de eso?

mayo 09, 2008

¿Quién eres?

Un blog es una vitrina en la pantalla de tu computadora. Un marco de colores cambiantes. Un espacio de ideas donde uno tira la cuerda, donde hay otros peces, algunos te los cuales te halan hacia el agua o vos a ellos. Quizá es brincar fuera del anonimato aunque sabes que hay millones de personas y sigues siendo anónimo.

Un blog podría ser esa columna que no escribes por que no eres periodista, escritor, contador, juglar o lo que fuera, pero te das a la aventura de ponerte máscaras de cada personaje.

Un espacio así finalmente es la conversación en un bar cualquiera, en la mesa de la esquina cerca de la ventana; la bebida caliente después del chaparrón, los temas varios en la cafetería mientras esperas que baje el tráfico y la gente. Sin embargo, lo que más me gusta del blog es que es una bitácora.

Quizá sea la bitácora de los pensamientos que algunos no obvian, de las conversaciones que atrapas de reojo con el borde de la oreja. Quizá sea el registro de los pensamientos de unos, del trabajo de otros, de las fotos aburridas y de los lloriqueos cualquiera, de la basurita en el ojo o del espacio abierto de la cabeza.

Quizá sea el pretexto de creer que se puede dar vida dentro de un virtual, de encontrar alguien quien no buscas o que quizá sí, de mostrar cuanto hay allá afuera, de enseñar un poco lo que te mueve y llena, sea sentimiento, espacio, morbo y demás.

mayo 06, 2008

Ya nunca más me serás indiferente

Ha sido ahora en esta vejez, que me han enseñado el valor de no ser indiferente nunca más para alguien.

A veces, sin darse cuenta una, va perdiendo o recuperando la propia vida, pero esa vida de la cual una no es la propietaria, ya que se encuentra grabada en la memoria de los otros con quienes has vivido, conversado o cruzado.

Pasa que a veces pierdes de un batacazo un recuerdo, un espacio, un candor y hasta una forma de dolor, sea esto por la muerte de tu memoria o de aquel otro, por que pusiste tonelas de ladrillos encima, por que te llevaste caminos completos de distancia en otra dirección, o por que finalmente se olvidó.

Sin embargo, hay días en que se puede sentir que se va de la mano, sin resistencia por la línea de los recuerdos, atrapas entonces una burbuja de lo mucho que te sonrió, te creció, te entristeció, o solamente viviste hace 20, 15, 10 años atrás, pero lo rescatas de su espacio.

A veces pasa que en el presente se da una suerte de oportunidad, en la cual una persona te provoca el espacio para volver a respirar, es como si de pronto una parte de vos se hubiese quedado sin gota de oxígeno, casi en coma y de pronto saltas a la superficie con los pulmones completamente dilatados, comiendo a bocanadas la vida-es aire- estás otra vez viva.

Entonces afirmo, hay días en la vida que no sabes por que razón, ni cómo o para qué, vas de la mano con otra u otras personas, visitando y revisitando vida. Lamiéndote el placer como el gato se lame sus huellas, pasando tu vista y memoria como el mismo gato que se peina en el espacio donde decidió hoy que dormirá y entonces agarrada de esa mano ves nuevamente de otro modo el mundo.

mayo 03, 2008

Sentirse aludido

De vez en cuando es bueno sentirse aludido, creerse llamado por eso conocido como suerte. Saber que el deseo culmina, que las manos se llenan y que se hincha la vida, escuchar al gozo bailar a la entrada de la puerta.

De vez en cuando es bueno sentirse con suerte, pensar que sale el sol no solo por los demás sino en ese día por uno, ver como la boca deja hojas verdes, los ojos se vuelven dorados, los sapos saludan desde las estrechas cuevas y los pulmones son recién llegados de paquete.

De vez en cuando es bueno sentirse con suerte, pensar que el semáforo se ha puesto verde para uno, o que esa sonrisa extraña sí iba en nuestra dirección, que la moneda de la calle que quizá no necesitas es un augurio del respiro de la tarde, del dulce en la boca o de la cosquilla en el alma.

Pero sucede que de vez en cuando sentirse con suerte no es suficiente, por que se quema el pan en el horno, se endurecen los ojos, se respira caliente, la vida te va flaca, esperas sin escuchar el sonido de los pasos, no baila la vida, no crecen las hojas y el viento arrasa cuando el agua inunda. Arrebatas la moneda, escatimas la sonrisa, pasa el día y la noche sin que llegue la calma y la cosquilla que sientes lo que levanta es una mueca de tristeza.

mayo 02, 2008

En un mismo arbusto

"El cultivo del café es un cultivo al que no se renuncia, te tiene en vilo. (...) En un campo de café siempre hay algo que hacer" Karen Blixen, la Firme Africana.

Hay cosas que nunca cambian, hay situaciones que no solo son del café. Me pregunto que cosas nos mantienen a unos y otros en vilo a lo largo de la vida.

Es así como habrá quienes pensarán que sostenerse de esa manera es natural, otras quizá pensarán que es adrenalínico, otras cansado, otras doloroso, otras que es delicioso. Supongo como todo, esto es algo relativo.

mayo 01, 2008

Los otros, quizá los lobos

Tengo sumo cuidado con mis sonidos por lo que ellos podrían decir:

A veces, siento un nudo en el cuello, un gutural movimiento que me sale de las tripas me recorre los pulmones y se me acumula en el pecho, es un aullido.

A veces el aullido arranca finito, se transcurre agudo, luego pesado y atornillante hasta que ya no exista por que no hay aire en el corazón, eso es dolor.

A veces el aullido arranca finito, se transcurre agudo luego sonoro, quizá algo grave pero cierra con una mueca llamada sonrisa que te sale del esternón, eso es felicidad.

A veces, entre ladrar corto, simple gruñido, aullidos, silencios, caminatas, lunas, noches, días, grandes distancias se va la vida.

A veces, en unas y en otras partes los míos reconocen ese aullar, ya que esa forma de sentir la percibe solo un errante dentro de la manada, un solitario de compañía, un aprendiz de caza, un terco amigo, solo un igual.

Yo creo que te reconozco en medio de la manada, con esos ojos quizá rojos en la oscuridad; la mirada profunda, a veces dura, a veces desorientada casi en la locura, a veces dulce, algo sabrosa, la baba tibia, la piel hermosa.

No se de las rutas que llevas en las venas, ni siquiera conozco todas las marcas de tu piel, tus profundidades me hablan de tu entereza, del paso que marca y de la vida que llevas, así como me hablan de la fuerza de lo que come deseo y hace lucha.

No se de tu futuro, adivino tu pasado, reconozco tu sentido, busco entre tu dicha y con la desdicha me encuentro también.

Siempre reconozco tu sonido, el olor que acompaña, el sentimiento colocado tras la sombra; así como tu temperatura y tu olor. -Algo de tu semblante habla sin que lo dejes, sin querer parece que lo puedo leer-

Me detengo. Aquí estoy en la pradera, la tundra, la taiga, quizá en la montaña con el árbol por sombra, o en el monte abierto con la noche en los hombros, mirando al horizonte, recordando mi historia, lamiendo mi destino, yo se esperar, aullar y querer también.