buscador y encontrador

julio 30, 2008

El árbol de la vida

Por ocasiones me saltan las ganas de ser conquistadora, de ponerme al hombro el lazo del héroe y volverme un Gulliver, ser grande y gigante, vestirme de aventura y de paisana de algún otro lugar. Quizá ser el guión de una historia de pantalla -no exijo estar en cartelera de cine o ser película de una cinemateca, me conformo con una aventura corta a blanco y negro-

Hay momentos en los que sería el fracasado no moribundo de un cuento sin acabar, el viajante de un boleto sin retorno; o la música sin pauta anotada. El guiño del ojo del mago en su acto final, la nube puntual en el calor del desierto Australiano.

Realmente me brotan las ganas de ser otra persona; no de buscar en mi bolsa de múltiples personalidades, sino al contrario de ser quien escribe y habla pero solamente tomar un boleto a otro país, con el pretexto de que las alas pesan y ya es tiempo de volar.

Sucede que a veces lo que nace dura más de unas horas, o un día completo, entonces me doy a la tarea de ir a buscar “el nuevo mundo”.

Es así como el traje que uso dura días y ese nueva persona que soy (siempre la misma) ve con otros ojos, respira con pulmones más grandes, se “monta” en los aires de esa ciudad, y encuentro detalles y mimos que no tendría en casa.

Construyo conversaciones que serían inimaginables en mi hogar país. Me doy lujos, que serían algo onerosos en mi hogar país. Es más, hasta mi casa de viaje es diferente a mi hogar país.

Lo que pasa, es que construimos bajo diferentes códigos, quizá nos hacemos mejores escuchas afuera por lo dispuesto a la aventura de la orden del día, o a fuerza de mirar con mejor ojo a la lánguida tristeza. (que va con nosotros también, como otros más.) Podría ser que ya no somos los mismos y hasta ese momento nos damos cuenta, que se yo…

Lo definitivo, lo que me sucede, consiste en que a veces me gusta jugar a ser otra persona, pero cuando regreso a mi país, extrañamente ya no soy la misma aunque lo pretenda, dándome cuenta de ello hasta con el pasar los días, con lo cual me ha quedado un pedacito del traje que salí a probar o el olor de los aires de otros nuevos mundos.

julio 27, 2008

Asignatura en revisión

¿Papá sabes qué? Tus amigos no son tan bonitos como tú crees. Eso le dice una niña de apenas unos cuantos años escolares a su padre, cada vez que él habla de lo bellos que son dos entrañables suyos, quienes a su vez él les enseña lo que a su hija le gusta y divierte, pues para cuando se conozcan o miren por allí.

He de reconocer que aunque no conozco a los dos citados y sospecho que son personas que aún no han desarrollado cinco orejas o cuatro manos -para vivir y abrazar mejor- eso como para que la pequeña manifieste semejante cosa. Sin embargo, algo de razón tendrá en lo que dice sobretodo si conocemos el particular gusto de su padre.

Anoche me preguntaba qué nos motiva o que artilugio usamos para encontrar la belleza en las personas o en los espacios; para poder hacer la diferencia y determinar si se es un universo o un planeta; para poder observar lo que hay entre un grano de tierra y un caracol; para mirar una foto y pensar que somos más bellos ahora con 60 años encima; para encontrar “eso” en medio de la basura, los huecos de las calles y la violencia a la vuelta del cañón; para no volverse loco en la diversidad. Yo por ocasiones no puedo.

Confirmo que no es la belleza de los cánones del arte, la moda o la actual cultura; sino de ese “conglomerado de persona(s)” que llevás dentro. Las que protestan, roncan, se alimentan, las que llevan a estar feliz o triste, las que dan valor para no voltear la cara y no extender un palabra, las que hacen que salgas de la cama a la hora de sonar el reloj para empezar a prepararte e ir al trabajo con sonrisa pintada y tratando de andar el mejor traje.

¿Qué sucede que has sido provocado?, con lo cual entornas los ojos, afinas el oído, inventas un pretexto de encuentro. Es decir, ¿ quién ha llamado tu atención?

Tal parece que de alguna manera un motor enano provoca volver la cabeza, seguir los labios, escuchar los pulmones y mirar a partir de los túneles del cerebro del otro. ¿Qué resorte se soltó?,

Las luces se mueven sigilosas, los sistemas están pulsando, algo ha activado el explorador, el taxónomo, el paisajista y el futurista, quienes se disputan la llegada primera a la línea de salida, quienes desean iniciar velozmente la investigación.

A veces juego a adivinar acerca de lo que nos lleva a tomar lo bello que no poseemos, el frescor de lo que quizá carecemos, la juventud que va de las manos de los recién paridos, el candor de la quinceañera de hace media década atrás, la fuerza del descubierto, la novedad de las mañanas. Tengo tantas preguntas acerca de la belleza de vos...

Reconozco que esa diminuta habilidad desarrollada por vos persona, lo que al día de hoy continuas hilando, la manera de acercar, de mover como un felino cazador, de pensar como un engranaje de reloj, de errar como yo no he aprendido, de temer como todos lo hacemos, de luchar ferozmente, hace que tengamos asignaturas pendientes sobre nuestra belleza.- ¡Qué bien!-

¿Será entonces que vamos a tomarnos un café y jugamos a exploradores? o ¿mejor invito a la hija de mi amigo?

julio 25, 2008

¿Sos indispensable?


En teoría de recursos humanos y en otros ámbitos de la administración, así como en la cotidaneidad, ¿cuantas veces hemos escuchado que nadie es indispensable en un trabajo? Lo anterior se usa como una forma de ilustrar la correlación institución-sujeto, estructura-persona o el ciclo de vida contenido en una relación laboral.

Si bien es cierto, las personas son el motor de funcionamiento y avance, los valores organizacionales, la estructura funcional de esta, los objetivos estratégicos y la planificación que acompaña son los pilares del pensamiento institucional. Es así como la anterior postulación reconoce entonces que nadie es indispensable y que el curso mismo de una organización continuará a lo largo de la vida de esta con o sin nosotros.

La mayoría de las organizaciones, empresas, instituciones siguen aún conformadas por personas, aunque países donde cierto tipo de industria ha ido sustituyendo el sujeto por la máquina imparable, estén invirtiendo tal afirmación.

A pesar de que puedo compartir muchos elementos anteriores, debo reconocer que discrepo en la línea pura de la teoría. Quizá lo indispensable casi podría entenderse como la eterna permanencia (y no es cierto), es necesario reconocer que las personas y cierto tipo de personas llegan a ser claves-esenciales en momentos particulares de una estructura.

No consiste en ponerse una medalla personal por la labor ejecutada, o autonombrarse el especialista único y particular de la temática aún no descubierta, o pedir que te reconozcan las horas de vida entregadas al trabajo o que te nombren la cabeza oficial por la aceptación y el liderazgo que puedes ejercer.

Sí se trata de reconocer que hay personas que por su actitud, su conocimiento, esfuerzo y trabajo se vuelven motores fundamentales en los espacios donde se desenvuelven, podrían así ser líderes positivos o líderes, pero cabecillas finalmente.

Quisiera elegir hoy a los líderes (positivos) que tienen esa particular habilidad de llevar a cabo tareas diminutas y campales juntando los esfuerzos de otros, reconociendo el trabajo desde el individuo y el grupo, pero sobretodo tomando de la materia de la ilusión, de idea y de la fuerza para crear.

Hablo de las personas que son “alma” en un espacio, donde el vacío que dejan (sano también) se nota, por que la sustancia principal se modifica. Es así como lo queramos o no parte de la memoria institucional, el oxígeno fresco que se cuela por la sangre del cuerpo es producto de la contribución colectiva y el motor de su cerebro-corazón. Por lo tanto no se debe pretender que nada cambia, o que no nos duele cuando ese sujeto quien nos ha acompañado por "todo este tiempo" se marcha, lo hacen marcharse o desaparece en medio de la neblina explicatoria.

Seguimos hablando de personas que conforman una cultura organizacional, continuamos hablando de los altibajos que se producen cuando las personas clave son movidas o han tomado otro camino( sea en lo positivo o lo negativo). En definitiva, todo exige tomar partido.

Compartir o no lo que he dicho, no nos lleva a mucho quizá, pero hay que reconocer que no es tan cierto que unos podamos andar sin los otros por el mundo, como si nada hubiese pasado, porque aunque fuera para un dolor de muela, cada persona cuenta.

julio 20, 2008

El camino de regreso (II)

Pienso, que cuando uno decide entrar nuevamente al mundo sea “completamente” preparado o bajo la intemperie total, por más que pretenda no tiene idea plena de lo que habrá en el paso dos del segundo uno, aunque la experiencia desarrollada le permita olfatear y sospechar lo que podría haber en los alrededores del futuro cercano.

El camino de regreso, como ya todos lo sabemos puede ser corto o extenso, puede ser que retornar al hogar siempre se haga más sentido, en algo más entrañable sea por las tristes noticias, por los vientos de cambio o solo por que vas de llegada. ¿Sin embargo, has pensado qué harás sino encuentras camino de regreso? o ¿Qué harás sino quieres regresar?

No eres es el cuento de Hanzel y Grettel, aunque bien hubieras querido dejar migas o piedrecillas a lo largo del camino, fuese para regresar hacia donde ibas o retomar de donde venías; con algo de suerte podrías llevar bajo el brazo la guía para perdidos de Robinson Crusoe (he de decir que es muy útil, a veces no tan precisa como se requiere pero útil), o alguna brújula especial.

Cuando iniciamos un camino hacia cualquier lugar, no pensamos que no vayamos a encontrarlo, o bien que no regresemos al punto de partida, lo cierto es que hay ocasiones donde hay puntos de no retorno.

Los no retornos, no solo son para vos que has dejado el espacio de manera física por las circunstancias motivadoras fuese el nuevo empleo, terminar la relación, el regreso esperado a casa, la muerte, el nacimiento, lo inevitable, la beca estrenada. Los no retornos son también para aquellos que si bien no se marcharon con uno, igualmente han continuado camino, o son para los otros que en su memoria perdieron eso, la memoria y no saben como regresar. Lo cierto es que de alguna manera todos nos miramos con alguna nostalgia de lo que se deja, nostalgia de lo que se encuentra, nostalgia sin motivo aparente, nostalgia que la encontramos sentada en la calle esperando a un transeúnte, nostalgia de vestido rojo o de camisa negra, hay motivos suficientes para sentarse con ella a beber en la mesa.

El explorar y explorarnos en sentimientos y vida se convierte en una oportunidad, otra vez; es así como a lo largo del trayecto caes en la cuenta de que no podrás llevarte lo pericos contigo, que el perro habrá que ponerle vacunas "internacionales de viaje", que el plan de moverse en el tiempo requerirá vivir aparte, que los meses siguientes no serán iguales para nadie, que realmente requieres de una carga inmensa de voluntad si quieres que las cosas sucedan en la transición que se aqueja o la que ya pasó.

julio 19, 2008

Decir, hacer

Hace un par de semanas incié una nota para este blog(aún sin terminar), versa sobre mis escritores favoritos de Uruguay. ¿Por qué uruguayos? No lo se, solamente reconozco que cuando fui juntando los nombres de algunos que significaron un gran descubrimiento para mi, aquellos de los cuales tomaría algún texto y lo daría sin temor de que no fuera a despertar sentimiento, (por que se les odia o se les quiere, así de sencillo), pues me di cuenta de su nacionalidad.

Hoy que buscama un poema de mis favoritos, volví a tropezarme con este de Octavio Paz, el cual copio y lo hago por que me parece íntimo, quizá por que aunque él nunca se dará cuenta de mi existencia (por obvias razones) yo se que él exite y que de alguna forma podría decirle que siento lo mismo que él.


DECIR, HACER- Octavio Paz
A Roman Jakobson

"Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía
Se desliza entre el si y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.(...)
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
de la idea.
Los ojos
se cierran
Las palabras se abren.”

julio 18, 2008

El camino de regreso (I)


¿Qué esperas encontrar en el camino de regreso? ¿Quienes quieres que estén al toque de la puerta? ¿Quienes imaginas en la estación del tren o a la salida del avión cuando llevas las manos cargadas? ¿A quienes esperas ansiosamente ver por la ventana que da a la entrada de tu vieja casa? ¿Qué consuelo necesitas? ¿Por qué llamas? ¿Quieres que sigan tus amigos siendo los del barrio marcado por unos kilómetros de vida y toda la malla tejida de dos? ¿Qué esperas observar en la mirada de quienes vos reconocés? ¿Qué esperas al llegar y al partir, al salir y querer retornar? Dime.

En los días que han pasado, las semanas, los meses y años, la araña atrapó no solo insectos, sino también polvo, agua, alguna hoja y cuanto se pudo sostener en la red. Aunque no lo notes, otras arañas que le precedieron tejieron nuevamente el espacio removido mil veces por la escoba limpiadora; es correcto lo que ves, parece la misma araña, pero no es ya la misma.

La escalera está más vieja (tanto como vos y yo), quizá y con suerte, las polillas no le habrán devorado mucho más. Los cuervos, zanates y chotacabras podrán haber volado en parvada hacia el sur (para no volver al menos en un tiempo). El pito del tren confirmará que aún no ha dejado de funcionar, pero el pesado andar igualmente recordará que no es la maquinaria ágil que fue concebida hace cientos de vidas atrás, cuando fue abordado por primera vez.

Probablemente el remolino de sonidos de la ciudad, el olor especial de algún basurero sin recoger, el gesto de saludo, la copa media llena están como los dejaste: intactos. Encontrarás abrazos extendidos, todo sabrá a hogar, a conocido, a pesar de que la intensidad de la luz cueste, porque debes acostumbrarte nuevamente a ella. A veces hay trillos que aunque se dejen de caminar, no por eso dejan de estar mullidos y marcados por el paso.

Aseguro sin ser practicante de las magias y los ocultismos que encontrarás un poco de todo: una mezcla de candor, de novedad, de cambio, de extrañeza e inclusive de no pertenencia. La vida no cambia en estos sentimientos que planta a cada persona a través del tiempo, por eso no en vano el sol quema la piel y hace que los objetos pierdan color.

El sentimiento estará dividido, una lucha campal se librará entre un pie derecho y uno izquierdo, entre el presente y el recuerdo, entre las navidades presentes y fantasmas futuros, entre vos y yo. Lo cierto, como diría Neruda nosotros los de antes ya no somos los mismos. No esperemos entonces que sea el mismo abrazo, el mismo beso, si ya siquiera soy la misma persona, ni vos.

julio 16, 2008

Gracias

Gracias. No me refiero al cuadro de Rubens o de Sanzio en alusión a las tres diosas. Tampoco a la celebración del mes de noviembre, ni al pueblo Hondureño del departamento de Lempira. No hablo de gratitud por lealtad, o el apellido de una persona, bien el inicio de una canción de Violeta Parra o el nombre de un cabo perdido del mundo.

Quizá me refiera al agradecimiento por aquello que se hace con la voluntad, con el cariño, el amor, la “buena vibra”. Podría haber dicho gracias por el disco de jazz que escucho de manera interminable por estos días, por ese libro que me cayó justo en la cabecera de la cama, por compartirme esos detalles que son difíciles de cranear, por el pastel de cumpleaños, por la medicina nueva, por el fax que enviaste, el beso en la frente. Como verás algunos gracias son de vida o muerte, otros son de vida normal.

A todo esto, lo que puedo confirmar es que al decirte gracias, me refiero a que soy consciente y no doy por garante lo que me das como persona, lo que hacés por mí.

No hay definición en el diccionario para la palabra sola, siempre viene acompañada (en otro momento hubiese pensado -pobre palabra que sola no es nadie-). Sin embargo, eso dice también de la carga, es como una mano que viene con otra, o una sonrisa que esconde un cordón de dientes detrás, quizá un vistazo enfocado mejor por los lentes, gracias acompañado es la acción de dar gracias, de agradecer, de decir “me toca esto.”, de saber que puedo contar con vos.

En este caso gracias es por vos.
Gracias a vos.

julio 11, 2008

Toc, toc, toc: ¿Hay alguien en casa? Enfermedades silenciosas, esas que no se manifiestan clínicamente al principio.

Cuando eras pequeño el dolor de panza era eso dolor de panza, la fiebre era eso fiebre, el golpe era eso el golpe y el moretón en la piel, el dolor de muela era eso dolor de muela sea por que te salía un diente nuevo o bien iba para abajo uno usado, cariado y sin ganas de seguir en la boca. ¿Qué quiere decir? Que quizá si el mensaje de tu cuerpo usado de niño te decía esas cosas, suerte de vos que eras un niño con un crecimiento normal, aunque hubieses vivido en la última casa de la barriada o con el techo desvencijado, bien en el palacete de los cuentos.

Linfoma de Hodgkind- problemas hematológicos, mononucleosis infecciosa, daños hepáticos, , cierto tipo de desórdenes psicológico y neurológicos, tumores cerebrales, cáncer, celiaquía, bulimia, anorexia; en general las enfermedades autoinmunes( hay más de 80) -mal de Chron y siga la procesión...

Hay un camino extenso de enfermedades silenciosas muchas de las cuales probablemente no he escuchado ni escucharé jamás, al menos que en la tómbola de los “premios de la vida”, obtenga algún letra o número de esos, solo que hay un pequeño detalle, y es que dependiendo del momento y las condiciones, el tiempo puede fulminar o dar alguna oportunidad de combatir.

Parece que este tipo de situaciones te dejan sin defensa. Caes sin entrenamiento a un juego clave. Se instala en tu vida sin que puedas oponer grado alguno de resistencia por semejante inquilino; pero no hay peor silencio que el autoimpuesto.

El de llevar las cosas “solo” a veces se da por que se desconoce, sucede también que cuando algo sale la luz no tienes la mínima idea de que hacer o para donde tomar; quizá por que no comprendes lo que significan las noticias, quizá por que aún eres “joven” en la vida para asumir que hay algo que no funciona.

Ser joven (niño, adolescente, adulto) iniciando trayecto y tener “algo defectuoso” es como una lucha con el sello de temor al fracaso con vos y con los otros, sea la condición que tienes, el mundo que rodea, las batallas que se avecinan sin saber o sabiendo-eso es suerte-, la incertidumbre, la predicción, la reacción, el día a día.

Lo sensato pareciera radicar en tomar algunas previsiones, paso 1: Ponerte(o te llevan) a las órdenes de los médicos (serán más de uno), ya que entre lo que te dicen las personas a las que les comentas, además de las historias que cada uno tiene que contar, sumado al universo de conocimiento, desconocimiento y tratamiento hay (en el mejor de los casos) efectivo van a pasar millones de segundos (que ya no son tranquilamente tuyos.) El paso 2: Supongo que las preguntas que te haces, ver donde estuvo el detalle, preguntarte si había algo que hacer o no, lo matizas con un posible conjunto de ataques de incertidumbre sobre los cuales verás que hay luces de esperanza y otros momentos donde la mancha gris petróleo será bien densa.

Si el desenlace no es positivo (al menos para uno) pues sumas a veces de manera más temprana el cierre del círculo de la vida. Sin embargo, si las noticias son positivas y la vida ha de seguir, con lo cual solamente tendrás “eso” latente-manifestante, pasarás por el mundo de manera normal, sin que parezca que hay gran problema, probablemente algo más alerta para que no te incluyan esto o lo otro en la comida; saber que si te da una fiebre podría ser la manifestación de aquello; que si te da un nuevo calambre es el aviso de algo irritable, más entre brinco y salto vas sorteando la existencia.

He de confirmar que se tiene suerte si el silencio se ha manifestado, aunque no lo digo por que mi oficio sea ser optimista, sino por que quizá se cuenta con alguna oportunidad de ser escuchado y con esto de obtener alguna respuesta al toc, toc del golpecillo en la puerta. Cuando eso sucede al menos tendremos que colocarnos una flor verde en la solapa.

julio 10, 2008

La hora de dormir

Me lo proponga o no, todos los días que me despierto son una aventura, bien una lucha, una escalada, un chapuzón, un descanso en roca. Algunas veces salgo bien librada, en otros lamentablemente fracturada y a veces extrañamente sorprendida. Quizá en todos con material para un cuento rápido, un haikus mal escrito, un bostezo temprano, pero algo producido.

Hay días en los que la historia en sí misma se repite, el matiz podría ser diferente, en ocasiones alterándose algún borde o textura pero básicamente una extensión lineal. Sin embargo siempre hay cambio, es así como que parece que un abrazo no siempre significa lo mismo. El comer pan hoy más que ayer podría ser trascendental. El mirar a lo ojos podría develar un oscuro que no sabías. El que te cedan campo para pasar por el borde de un sitio, el evitar hacer fila, el encontrarte un centavo en el piso se convierten en cábala y el estornudo en avisos de fiebres laborales, quizá.

Lo curioso de la vida cotidiana, la que pasa diaria, habitual, usual, es eso que aparentemente no te das cuenta que montaron la escena para que fuera poco lo que alteras, sea el color de ropa, lo que comes, los minutos que sales de casa hacia el trabajo, el sitio donde cayó tu nuevo cabello desprendido; pero cada día podría ser una aventura oportunidad o un boicot que pasa frente a tus ojos, sea con o sin notificación y acuse de recibo.

Si bien es cierto la actitud es un determinante para decidir, el ánimo, la temperatura de todo o al menos la de uno, los factores externos, el tener té para acalmar las nubes, dulces para la barriga, motivos para la razón, susurros para el alma, espacio para las ideas, el sacar una frase coherente que te haga caer en claridad lo que significas, lo que te significan los otros, se vuelven en elementos determinante de nuestro cotidiano día.

Cuando me voy a la cama, al final del día, no es solo el ejercicio de ir al baño, cepillarme los dientes, cerrar las puertas, verificar que las cosas básicas estén apagadas o en su “correcto lugar”, o la suma del cansancio del habitual esfuerzo físico; sino es la sumatoria del cúmulo de la vida de ese día y a veces de trozos del día anterior, o de la semana pasada y de las líneas de mi futuro.

La cama se convierte en parte de mi sueño añorado, reparador no solo de la energía, sino de las esperanzas que a veces se agotan en la avenida abierta de lo que sucede conmigo y mi alrededor, es el adormilar la insensatez del día, brotar las luces del alba, masticar nuevamente algún punto, prepararme para lo que aún no conozco y para lo que espero que haya, juntar los hilos y desear energía para lo que venga siempre…

julio 05, 2008

El monte y el río

Hoy me regalo un poema de Pablo Neruda, murió hace tanto, casi al mismo tiempo en que yo podría pensar haber nacido, en fin, esto de hoy es para mi...

El monte y el río
En mi patria hay un monte.
En mi patria hay un río.

Ven conmigo.

La noche al monte sube.
El hambre baja al río.

Ven conmigo.

Quiénes son los que sufren?
No sé, pero son míos.

Ven conmigo.

No sé, pero me llaman
y me dicen «Sufrimos».

Ven conmigo.

Y me dicen: «Tu pueblo,
tu pueblo desdichado,
entre el monte y el río,

con hambre y con dolores,
no quiere luchar solo,
te está esperando, amigo».

Oh tú, la que yo amo,
pequeña,
grano rojo de trigo,
será dura la lucha,
la vida será dura,
pero vendrás conmigo.

julio 01, 2008

Un poco de nosotros

Fuerza desbordada, pensamientos incontenidos, manos desatadas
-provócame-
Deseos imperiosos, imperio enervado
-convócame-
Sentimientos con el cabello suelto, falda abierta, sonrisa encendida.
¿Qué significa todo esto?
Una pequeña furia,
quizá querer con furia...

Sobre delitos

Hay ocasiones que sin motivo alguno te salta un sentimiento canalla, encontrándote algo ladrón; como si la voluntad te fallara, la incertidumbre hiciera una torre más alta y el lago de la culpa subiera unos centímetros más arriba de los pies.

El cielo nocturno se enrojece en medio del gris y te preguntas si son las luces de la ciudad que desde lo lejos se prenden a las nubes, o bien es ese ojo rojo de H. G. Wells, que se asomará en medio de un hoyo espacial abierto a lo lejos.

Lo cierto es que no hay respuesta, solo te sientes un poco menos honesto, quizá con su toque de cinismo. Deliras entre si sería necesario invertir más o menos tiempo, dar una moneda extra, no escatimar con la propina, patear menos al perro, no guardarte un solo beso para mañana, pulverizar la ira, ser más paciente, dejarte de boberías y permitirte llevar por cuanto sentimiento te revuelca.

Sin embargo, hay variaciones muchas de ese papel de ladrón, caco o villano; de todas la que más me asusta podría ser esa mezcla entre sonambulismo y cleptomanía, en la cual parece que no te enteras de lo que has hurtado de otros hasta que despiertas y aún así cada vez que "vas a dormir", se repite la historia, hasta el día cualquiera en que alguien te sorprende, te abre los ojos en medio del todo, te encuentras descubierto y quedas mudo.