buscador y encontrador

noviembre 24, 2008

El comienzo de un cuento

"A veces miro a la pared y veo manchas, y esas manchas me recuerdan a manchas en tu piel, y tu piel me recuerda a pequeños momentos de felicidad, como mirarte a los ojos y no decirte nada, porque tú ya lo sabes (...) Y termino pensando en tu piel y en mis ganas de ensuciarlo todo.

Otras veces te veo mirar por la ventana buscando un mundo mejor en el que acolcharnos, a pesar de todos mis temores relativos a los mundos mejores y a las palabras que contienen la "hache". Pero si te veo mirar en mi ventana, puedo decir muy alto cucaracha, chocolate y pacharán y me siento tremendamente a salvo. Tremendamente contigo." Baba sule

Hay días que me encantaría decirte “exíliate conmigo”. No sé que significa, pero hagámoslo. Quizá podamos en otro mundo vivir sin tanta prisa, bastando así solo un paso, -aunque reconozco que el vértigo y el castigo son grandes.

Podría ser que se pueda aparecer en otra tierra, con pretexto de cualquier noticia y pensando en una forma de mirar. Y sin embargo, sé que es difícil amanecer en otras venas con poca explicación, pretendiendo que sin memoria, sin pasado y sin temor.

Pero no te asustes si dicen por ahí que han visto profunda ensoñación, porque solo juego a escribir historietas, tal como imaginar Marte con un poco de población; a montar un minibar o un restaurante de manzana, pan y quesos, yo por las noches podría servir las mesas sin techo o bien inventar sabores de helados.

Por lo tanto, no hay que dejarse llevar por tales libros, noticias, chismes, folios y escritos. Si bien es cierto salgo sin cabeza a veces, deliro por las esquinas y escribo semejantes cosas, nunca salgo por allí sin el corazón y con lo que implica.

Hoy yo solo jugaba a existir de otro modo.

1 comentario:

dani dijo...

nadie nos prometió vivir eternamente, no? habrá que ir pensando un lugar al que ir..