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junio 06, 2010

Una vez más borrando huellas

Estoy comenzando a pensar que por manía o locura trato de apaciguar los días oscuros, evitando el camino y así es como no termino "guindando" lo que pienso para el blog, sino lo que cambia el rumbo. 

Hoy amaneció lloviendo, ¡qué dicha! pero la lluvia era fría, vacía, casi plana, podría decir que algo estaba incorrecto en el ambiente. Mis ojos amanecieron y estuvieron todo el día hinchados como vulvas, algún mosquito me habría picado, lo cierto es que eran principios de alergia. Olvidé pagar los recibos de teléfono y del servicio de internet, con lo cual no había tal. No hice lo que planifiqué para mi trabajo -me preocupa he de confesar-, no es queja, solamente que el día no fue el esperado.

Nuestro Demóstenes, Amaneció en un costado de la casa, bajo el techo de la bodega y con espuma blanca en su hocico. Reconozco que no todo el mundo siente atracción por un animal, pero de allí a envenenar tranquilamente un minino que no alcanzaba siquiera 1 año, eso es basura humana para mi. Ningún ser reserva ser maltratado.


Con este ánimo algo granito me dispuse a dejar algo de Bertolt Brecht;  sin embargo leyendo entre los sitios que frecuento, tropecé con una revista llamada  http://www.revistapezespada.com/ y nuevamente cambié la dirección de hoy. Dejo esto que es una "sátira",  entonces pospongo para otro día esos escritos de inundaciones, de guerras de carteles de droga, de amenazas de muerte, de volcanes exorbitados, de paladines desaparecidos y de garabatos míos de aquellos cotidianos que siento o sentimos. ¿No les parece una mejor idea? pues aquí va:

Tres son multitud, por T. Peligro

"Marco, por ejemplo, tenía una madre, dos ordenadores, tres pezones, cuatros extremidades, y cinco amigos, de esos que se pueden contar con los dedos de una mano, o sea, cinco. Marco, por llamarle de alguna manera, tenía seis canciones favoritas, siete primos, ocho bares donde siempre le invitaban a algo, nueve sueños recurrentes, y diez mandamientos, como todos. Pero sobre todo, tres pezones. Marco tenía tres pezones, es decir, dos en su sitio, como todo el mundo, pero también uno diez centímetros debajo del pezón izquierdo, y una roncha, como un intento de cuarto pezón que no se desarrolló nunca, unos diez centímetros por debajo del pezón derecho. Sus primeras amantes, en los fuegos infernales de la adolescencia, opinaron, mirándole con cierto horror, que aquella deformidad le daba un aspecto de cerda en celo o de casaca de un cosaco borracho y Marco se preguntaba por qué tenía tantos pezones si no tenía a nadie a quien amamantar, tres pezones apuntando constantemente a un horrible futuro. Marco tenía diez intentos frustrados de suicidio, nueve años de tratamiento, ocho tics nerviosos diferentes a cuál más raro, siete hojas de expediente médico y seis calabazas regalo de seis hermosas mujeres. Marco tenía cinco pastillas que tomarse cada día, cuatro psiquiatras, tres pezones, dos largas temporadas en observación y una vergüenza muy grande. Txe Peligro pertenece a alguna guerrilla madrileña. Prefiere el cordero a la cordura y la ternera a la ternura."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Heidi... te veo algo "alborotada" como si tuvieras un nido de hormiguitas dentro que no te deja tranquila.

¿y lo del animalito?!... ¿está bien el pobre bicho?. Mi familia tiene también un gato, Rufus, y le queremos mucho. Espero que no haya sido nada.

Me alegro de que hayas dejado para otro día a Brecht. Demasiado cargado de cruda realidad para empezar la semana. En cambio, la elección que has hecho tiene su gracia. Y brindo por las mentes despiertas capaces de sorprendernos!

Un beso!
Iraide