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marzo 20, 2013

Mujer en el jardín

Me desperté con esta vejez de hombros
con las raíces sembradas,
con cicatrices recientes.

Me desperté con las alas raídas,
sin saber la dirección siguiente,
sin entender por donde comenzar.

Me desperté paralizada en el tiempo y el miedo
un poco más derrotada,
con sabor de sangre y fracaso en los labios.

Me desperté tan vieja,
sin tiempo para llorar, para corregir o para cambiar.

Desperté entonces para hacer lo único que sabía de mí:
ir hacia delante.

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

Yo cada día despierto así.
Y me estoy cansando de caminar.

Besos.