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mayo 10, 2014

Inexorables

Todos estamos tristes:
los perros, las plantas, las calles, yo.
Nos tiramos juntos, por decirlo así,
vemos en dirección al sol de las cinco.

Está tibio, es verano aún
el cielo es caramelo y ninguno se atreve a comentar
como nos estamos apagando,
cada vez más viejos, más olvidadizos y y mañosos...
esa forma de engañar el tiempo y a nosotros.

Duele el costado,
la pata de mi perra no responde bien,
se está secando la gardenia, el hueco de la calle
se ha vuelto insalvable.

Todos nos dejamos llevar
estamos algo tristes y dulcemente tranquilos,
el día vivo se ha muerto
y nosotros con este.

5 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Un día esa tristeza nos comerá.

Besos.

h.j.s. dijo...

probablemente ya ha sido así

Iraide dijo...


Que no.
Sólo hay que afilar los colmillos de la alegría para comerse la vida a trozos.

hacía tiempo, Heidi... ;-)

h.j.s. dijo...

Hola mi bien querida... hacía tanto tiempo que no te veía. ¿regresarás para escribir?

h.j.s. dijo...

Hola mi bien querida... hacía tanto tiempo que no te veía. ¿regresarás para escribir?