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diciembre 20, 2014

Nostalgia del Bosque de Arquímedes González Torres, Nicaragua

Nicaragua, ese país que tiene tanto que contar... quiero copiarles algo de un escritor que es una joya, quien fuera elegido por el Instituto Goethe de Alemania como autor emergente de Centroamérica y de ahí traduce al alemán su obra.

Nostalguia del Bosque.

Dicen que maté a esos niños, pero juro que no.

Los cráneos encontrados en mi casa los descubrí en el bosque un día que recogía madera. Recuerdo que caía una llovizna leve, de esas que no empapan.

Me adentré en el bosque y fui a la colina en busca de pedazos de madera porque soy escultor y obtengo mi material de ramas caídas para cortarlas, tallarlas, pintarlas y vender figuras en el centro.

Iba con mi bolso en el que guardo el serrucho y de pronto, tropecé con un pequeño promontorio.

Bajé la vista y ahí estaban: dos cráneos semienterrados sin cabellos ni el resto de los huesos. Los recuperé y los miré largo rato, pensando qué hacer. Confieso, fue mala idea traerlos a la casa, pero no imaginé que a esos niños los habían matado porque ellos me contaron otra cosa.

Les quité la tierra y el lodo acumulado. Tenían mala dentadura, los cepillé y los acomodé en la mesa de noche. Me senté en el sillón y los observé. Cansado, los coloqué en la repisa y al día siguiente, ahí estaban.

Ya no estaba solo.

Al principio no hablaban pero se les quitó el susto de ser encontrados y de poco soltaron palabras. Uno se llama Ignacio y el otro José. Huyeron de su madre y se vinieron a la capital en donde se sentían felices de estar libres de maltratos.

Pero las malas amistades los arrastraron a los barrios más peligrosos y ahí conocieron a otros niños sin inocencia. Olieron pega y de tanto hacerlo, se les olvidaba comer y con los años no recordaban ni los nombres de sus padres.

Robaron en viviendas cercanas, los atraparon y les dieron palizas porque la Policía no podía detenerlos, sin embargo cada día se hacían más fuertes y experimentados. Corrían detrás de una mujer y zas, le quitaban la cartera o esperaban que sacaran el dinero y chas, se lo arrebataban o seguían a su víctima y pum, le daban de golpes, bangán, de patadas y le quitaban los zapatos, la camisa y los pantalones para cambiarlos por pegamento.

Fue Ignacio el que enfermó. Del ayuno estaba enflaquecido. No le quedaban fuerzas y José se esmeraba en cuidarlo. En las mañanas José salía en busca de algo qué robar, regresaba con la pega y le daba al hermano para reconfortarlo.

En la pocilga donde vivían con los otros diez muchachos, José descubrió que abusaban de Ignacio y eso no lo soportaría. Suficiente habían aguantado con su padrastro.

Se fueron de ese horrible tugurio y se quedaron en el bosque. Pero Ignacio en la intemperie se puso peor, con fiebres y vómitos de color negro y un día, José no logró despertarlo y se quedó junto a él consumiendo los cuatro vasos de pega que había conseguido dos días antes.

José se sentía muy mal por la muerte de su hermano y le dio por no comer. Robaba, compraba pega y corría al bosque porque al tardar, los zopilotes y perros aprovechaban para arrancar y devorar una mano, un brazo o una pierna de su hermano.

Un día, José descubrió que había muerto.

Por muchos meses la pasamos alegre haciéndonos compañía, sin embargo una mujer lo estropeó todo. Vino a buscar una de las piezas que me había encargado.

Ignacio y José oyeron golpes en la puerta y me gritaron:

—¡No la dejés entrar!

Pero no hice caso.

Al ver los cráneos su expresión fue de espanto, pero la tranquilicé:

—Son Ignacio y José —le dije presentándolos.

Me denunció a la policía y desde hace dos años estoy en esta celda insistiendo en mi inocencia y padeciendo, porque me alejaron del bosque, de Ignacio y José.

diciembre 10, 2014

Adios (I)

yo me acostaba, ella se acostaba conmigo
yo me dolía y ella dolía conmigo
a la par/ en silencio
                             me miraba desde las pestañas doradas y los ojos oscuros 
yo no caminaba y ella lo hacía poco
pasaba horas a mi izquierda/ en silencio
yo comencé a caminar/ella seguía en silencio
me veía y sonrería 
movía su cadera, su torso 
me amaba y yo a ella/
nos amábamos 
                      de repente 
envejeció más rápido que yo
tenía 80
y eran tan rubia que no se notaban las canas
y era tan silente que no notaba lo vieja...
volvió a dormir conmigo, pero para dejarse cuidar
sin embargo/ yo había llegado tarde
no había manera de dar marcha atrás//
la envolví con mis colores
le acaricié la cabeza
lloramos cada con un margen de distancia
Fallecida el 14-12-2014


diciembre 05, 2014

Para la más pequeña, para la más amada

Algunos días tengo tanta prisa
de morir, no por pedacitos, ni en mensajes,
mucho menos en obituarios, o sentencias,
solo en lágrimas/
correr como esos cauces que se forman
de gotas mínimas a partir de los deshielos
o de las consecutivas de las hojas después de una noche
helada y en exceso tranquila.

Verte respirar dificultosa,
observar como explotan esos pequeños geiser de calostro café,
esperar quedita sin decirnos nada
comer sin plato o cuchara/
sabernos inevitablemente
preguntar cuanto tiempo
tener solo inútiles nadas.

No me gusta morir de a poco,
prefiero inundarme de una sola,
que se rasgue todo,
esto de ser paciente,
de esperar
ya ha sido suficiente
y realmente no hay humanidad en alguna en verte así.

noviembre 30, 2014

lo simple

hago un nudo,
lo persigue un lazo,
muslo y danza,
el círculo de sal/

nunca dejamos la casa
hoy nos vamos
en las manos,
un mundo diferente

noviembre 20, 2014

La bella durmiente

El problema es suyo, solo suyo...
no queda nada después de un trago
y
tres pastillas.
Quedas vos.
-----

Cuando estoy aburrida voy al jardín,
cavo un hueco y me cubro de tierra,
finjo,
algunas veces soy mandrágora
abro las ventanas de mi cabeza
vuelan mariposas.
Marchan de mí.
-----

Es molesto, dejarse el corazón aquí,
esperaría que al menos tuviera algún detalle,
lo cotidiano: que si atender al maullido
al buenos días
tener algo de respeto.
Usar algunas balas.

octubre 31, 2014

Ali Al Ameri: Un hilo embrujado

Agradezco tanto que en estos lares haya gente loca, soñadora, snob por ocasiones, pero sobretodo gente que tenga palabras para compartir y visión para acercarnos a las palabras de otros. Sí estoy feliz de que otra vez se diera el festival internacional de poesía y en esta ocasión pude escuchar gente de Egipto, Siria, Jordania-Palestina, Marruecos-Francia, Emiratos Árabes, Arabia Saudí y varios países de Latinoamérica.

A veces, cuando lees varios autores de tu región, pueden suceder varias cosas: te enamoras temporal y pasionalmente o con suerte para el resto de tus días; en otras te aburres y evitas como cuando cruzas la calle para no toparte con ese que divisaste metros atrás y finalmente algunos se vuelven sitios comunes que al menos en mi caso no quiero recorrer tan frecuentemente. Atribuyo lo anterior a que compartimos lengua, historia de conquista y deconquista, a desarrollos cercanos, a migración de vuelta de esquina que finalmente nos marcan cercanamente e inclusive nos identificamos sin mayor dificultad; lo que no está mal, pero por ocasiones se requiere algo más fresco, más ajeno, más por descubrir.

En el caso de otras regiones "lejanas" desde mi ubicación, su historia, su política, su idioma también les marca, pero al leerles es como anteponerse a un espejo pero cuya imagen reflejada es diferente a la que sos. La forma de tejer las palabras, las imágenes, la forma de anteponerse es diferente.  Eso fue lo que pasó al escuchar gentes de esas otras tierras.  Les copio unos fragmentos de Ali Al Ameri de Jordania-Palestina traducido por la Dra. Abeer Abdel Hafez. Deseo que los disfruten.

La gracias de la incertidumbre

"Una vez
pasó
una neblina ligera,
sobre la voz de una amante,
pasó como una mano
que tentaba la noche (...)
un campo dibuja un jarro de barro,
unas plumas se levantan
sobre
un balcón
colgado,
de
fragilidad ambigua.
Una joven sentada en una silla de bambú,
curando soles,
frotando con su intuición
y su césped el cobijo de elementos ..."


Un hilo embrujado 
"En el amor,
lo ácido es radiante,
y el silex se diluye (...)

En el amor,
el río visita montañas con turbantes azules.

En el amor,
los planetas pasean
entre callejuelas,
y despiertan la sombra del difunto

En el amor,
el sueño vuela,
y los ojos de la puerta lloran (...)

En el amor,
una mañana,
colgándose
como un hilo embrujado..."

Unas palabras 
"A veces,
necesitamos unas palabras corrientes,
sobre el paseo en el mercado,
sobre los colores de nuestra ropa,
sobre la música que escuchamos
a la hora del café,
necesitamos
unas palabras
sobre las flores de manzanilla
detrás del cristal de la ventana blanca,
sobre el agua de las primeras mezclas,
si se purifica o se hace turbia.
Necesitamos palabras sobre nuestra salud,
sobre amantes que dormían debajo del puente,
sobre espacios que nos llegan o los atravesamos,
sobre el placer entre los árboles.
Necesitamos palabras entre dos crecientes,
necesitamos pasar sol a las lenguas,
necesitamos un lenguaje
cuidado por los astros
sobre unas cúpulas azules.
Que abran la puerta de las nieblas para los nombres."

octubre 20, 2014

Divagaciones: No me he ido

Tengo que confesar que tengo tantas nubes en la cabeza y algunas cosas entre las manos que he dejado abandonado este espacio de mis amores. Quizá porque ya no vale querer y no vale odiar, no vale gritar o ser indiferente; no hay más palabras cuando se está en el medio. Nota mental abierta: un día de estos voy a resolver el tema palabras porque aún hay querencias y cosas que decir.  Mientras tanto una foto del jardín de invierno (de lluvia)

Fotografía archivo personal
Flores miniatura, ninguna mayor a 0,5 milímetros

septiembre 30, 2014

Posibles futuros (III): Desde otros Héctor Collado, Panamá

Desde que los seres humanos somos, amar o ser amado se busca con letras mayúsculas como los anuncios de las películas "western". De alguna manera yo lo hago cada ciertos años... 

Querer y ser correspondido, soñar con felicidades aunque sean de cinco minutos que luego queramos extender a lo largo de los años, sin que se mullen, esperando renovarlas en una esquina; de alguna forma, sentir tibio, saberse esperado, saber que se puede, que hay un sitio a donde llegar, compartir, soñar, partir y retornar... sí esto de amar parece casi una cruzada para cada persona.



No es fácil hablar de amor

Si la muerte ha caído
en tu solar, tu patio
y le pone bombas a los testículos,
al pecho de tus muertos
y te ha deshecho la casa,
los besos de madrugada,
y se te ha muerto sin nacer
el hijo que no engendraste.
No es fácil hablar de amor
si te han humillado la arcilla y la sal
y la bandera amaneció muda,
desteñida,
a media asta,
avergonzada.
No es fácil hablar de amor
si la luz,
sorprendida por la muerte en pleno vuelo
se marchita, volviéndolo todo gris,
incertidumbre, todo sombra.
No es fácil
pero mi beso le nace,
otra vez, al corazón de la mañana.

Héctor Collado

septiembre 24, 2014

Posibles futuros (II) desde otros, Luis Chaves


Una cosa buena de estos último tiempos, ha sido conocer poetas buenos.
Leer otra vez. Digamos que
yo no les he hablado mucho, quizá compartimos un par de cervezas,
horas sillas, lecturas que a ellos les gustan,
aún no sé si a mí.
Estos años me han envejecido... Tengo ganas de un minuto de Cigala 

Luis Chavez

México D.F.
Esa foto donde ninguno sonríe
¿quién nos creerá que fue de la época buena?



los animales que imaginamos
esto que ves antes no existía. dice
las personas acomodan sus sombreros.
corrigen sus posturas y sonríen desde el papel.

es agosto y llueve con la voz de nina simone.
el apartamento es una cama gigante
donde se cubren las partes duras del amor.

afuera el mundo gira como siempre.
unos viven esperando el autobús de regreso.
otros adrede dan direcciones equivocadas.

en una habitación en pleno centro de san josé.
al colchón se le salen las entrañas.
faltan sillas para las preguntas.
hay noches desbordadas en los ceniceros.

ella es una niña que crece
como la santalucía entre las ranuras de concreto.

sentado frente a la lámpara.
él junta sus manos y aparece un pájaro en la pared.
mirá cómo camina este elefante. repite ella.
él enrola otro cigarrillo y cambia de canal.

se habla de dios. la muerte.
desnudos o en ropa interior.
bajo las sábanas las rodillas como cabezas atentas.
él lee cuentos con la sangre en llamas.
ella se duerme justo antes de llorar.
es la voz de nina simone y llueve como agosto.
hay latas vacías junto a las pantuflas.
ropa tendida en el alma de los dos.
desde los extremos de la mesa.
sus miradas se encuentran
como regresando de pueblos lejanos.

ella canta el blues de la negra. confunde las estrofas.
da golpecitos con el índice a su reloj.
de noche él deja sin seguro la puerta.
para que el miedo salga a caminar.

pero el tiempo no entiende de estas cosas.
para él todos son animales.
todos tienen lecciones que aprender.
y un viernes hay una grieta en el aire.
la puerta trasera abierta de par en par.
un pájaro dibujado con tiza negra vuela en la pared.

en un cajón remoto calla nina simone.
así tuvo que ser. piensa él.
que ya no frecuenta ciertos lugares.
y a veces se queda quieto de repente
cuando escucha pasos minúsculos en el cielo raso.
recuerda el tono atropellado de sus palabras:

todo el invierno es agosto
y llueve siempre como su voz
De Los animales que imaginamos, pp. 11-1.

septiembre 10, 2014

Posibles futuros (I)

"el silencio es el grito más fuerte" Schopenhauer
tendrás en el mismo lugar/ la misma hora y
por el tiempo que quieras/ todo lo que te floreció desde la panza/
como ese acto de magia de un gordo genio que saltó a tu auxilio//

sin embargo/ al abrir la ventana salvarás la vida/cerraras los ojos/
habrá miedo de perder el sueño/con las primeras de cambio
con el inicio del día//

una bocanada valiente y
la muerte soplará a tu oído/
el deseo empacará la valija
llevándose todos los perfumes/
dudarás de las décadas que se mueven como canicas en el bolsillo//
ese día vomitaras de susto
mientras las cucarachas aplauden
cuando juntas las colillas de los cigarrillos
y las ratas se suban hasta los huesos abrazándose a tus piernas
en esas noches de fiebres del trópico después de un orgasmo

dime/ ¿ahora cómo se llamará el futuro?

agosto 30, 2014

Manuales de sobrevivencia (III) futuro

curar la tierra con manos de pequeño
citar la lluvia de pasos escurridizos
airear el día de 5.55 a 6:01am
lamer la noche lenta y pausadamente

hacer, hacer, hacer...
hacer, hacer, hacer, hacer casas de papel
planos nuevos, lápiz HB6 y 8
cartón, pluma y carbón

luz, luz, luz..
luz
luz
luz
lu, lu, luzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
5:55 a 6:01pm

una cámara
un ordenador con ventana
una pared
un teclado de plata,
al olvido le gusta la esquina
al perro la carne con arroz
nota mental: cantarles
abrir la habitación
darle de comer
bañarle
beber un sorbo, dos, tres...
las botellas en el tacho de la basura
recortar las uñas
besar los nudillos
perdonar (nos)

agosto 20, 2014

Manuales de sobrevivencia (II) cuando se queria

"Celeste quedó la esperanza mía, azul de cielo escurrido por tormentas, diecisiete de sus lunas sin cuatro de sus días fueron suficientes para dejarte escapar (...) la noche se hizo más extensa que el día y la tormenta se posó en la mar." (Las muertes)

EJERCICIO I

EJERCICIO II


EJERCICIO III





EJERCICIO IV



Imágenes todas del archivo personal

agosto 10, 2014

Manuales de sobrevivencia (I)

arrasar los campos lento y sin pausa
ararlos con tenedor y cuchillo
demoler los escritos
quemar las noches y los días
y sentarse a mirar con franciscana paciencia

clasifico la información y presiono ctrl+dlt
desmonto el cpu de manera ordenada (no vaya a doler)

inanición para las plantas
silencio a los animales
que no hable nadie más

arrancar los párpados
candado a la habitación hasta que muera.
                 sí hasta que muera
                 no hay horas o días calculados,
                 darle todo el alcohol, los programas de cable, el canal de dios

bajo ninguna circunstancia dejar que se asome por la cerradura.
las bestias no deben saber futuro,
los heridos no deben beber esperanza
no debe haber vuelta atrás.

julio 30, 2014

otra vez, estas tripas mías

Hay sentimientos que se instalan como aves de paso con alas negras, fuertes, brillantes con ese color metalizado que solo tienen cierto tipo de noticias. Otros, parecen cantos rodados en alguna peña, por un sísifo con ningún futuro, ni de actor, ni de hombre. Cualquiera que sea, los que se parecen a las lagartijas siempre los llevo a asolear, para que no se les peguen los hongos, para que brille la piel al sol y no me asfixien por no poder respirar bien...

En fin, a todos los que me conforman les tengo su sitio, no es un altar o algo parecido, solo es una repisa por donde se mueven, pululan, arrastran, pelean, se esconden, duermen hasta el dolor, se encuentran para la hora del café, o se suicidan cuando toman mucho guaro, huyen o me abandonan, se ejercitan con algún éxito o simplemente de la manera más quedita, les dejo partir.

julio 20, 2014

Amarillo

Estoy
          en esa puta edad en la que para unos soy demasiado vieja
y para otros demasiado joven.

En resumen
                estoy mamada

Gracias