buscador y encontrador

agosto 31, 2015

Como quien oye llover

Está lloviendo otra vez, aquí y ahora, después de tanta sequía, no es suficiente... No es suficiente ni en la literatura, en la vida misma es tan recurrente como el árbol, el amor, el desánimo, la búsqueda. Ayer, me dediqué a fotografiarla en el minuto mismo, aunque al decir verdad lo que siempre me apetece es Octavio Paz.

"Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraída,
pasos leves, llovizna
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse,
la noche no llega todavía (...) 

sin oírme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormida con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y somos, 
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso, pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente..."

Lluvia serie en el mismo espacio
 Imágenes del archivo personal, 2015

Imágenes del archivo personal, 2015,
prohibida la reproducción sin previo consentimiento

Imágenes del archivo personal, 2015,
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Imágenes del archivo personal, 2015,
prohibida la reproducción sin previo consentimiento

Imágenes del archivo personal, 2015,
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agosto 20, 2015

El presente

Todo está cotidiano, como si desempolvar fuera pan nuestro de cada día, cambiar el agua al florero, abrir la puerta al gato, está esa espeluznante impresión de que al día de hoy es lo que se ama hacer, lo que sigue el resto de la vida; y, en un minuto comienza esa música que viene de no sé donde, la trompeta va abriendo paso por la piel, las venas abiertas, lentas, densas como la lava que transporta rojos oscuros, granates, incendiarios.

Bailar con esa pereza entre el bolero y el dolor del blues, tocar a través de la ropa con la autoridad y el derecho, ¿cuál?, un sentimiento en medio de las piernas, unas ganas de empujar la pelvis, un deseo en la cabeza, los ojos dejan el cuerpo. Deslizarse, la humedad del baño recién terminado, la limpieza de cinco minutos, sin pecado y sin rencor, la saliva de lobo feroz, las urgencias improcedentes y desordenas, el olvido, las uñas, la trompeta otra vez, el minuto 8:32 ya no es mío...

agosto 10, 2015

Cuentos inconclusos

Me tiembla la nalga izquierda, un calambre que ha durado ya cuatro horas, no duele, más parece un tic que no permite concentración alguna, es como si insistentemente quisiera decir estoy aquí. Me salta el pecho y la barriga, "hay algo en el ambiente", lo juro. Está cansado este radio, no deja de pitoretear el problema fiscal que lleva 30 años ya. Los pulmones "halan" más aire, no se llena el pecho, el cuerpo hoy está independiente cada parte, ansioso, en incertidumbre y nadie sabe qué lo provoca. Siento una presión en la cabeza, está denso el ambiente, demasiada lluvia esperando caer. Doble luz: la lámpara y  la ventana, el teléfono y el ordenador. Dos sorbos más de agua, llevo 500 mililitros, ¿a qué hora me darán ganar de "mear? ¿Sería la llamada para una oportunidad? ¿sería la llamada para unos datos extraños? (no diría fraude, pero no me encaja lo que escucho por la línea), ¿será la ansiedad de los olores? Llevo zapatos rojos, altos, brillantes, bien hechos.

Estoy vieja, voy a salir a caminar; a ver si se recompone el cuerpo o lo que no es igual: para entender a la loca que llevo por dentro y que intenta desatarse a punta de sierra, pócimas y armónicos del ambiente. Si bien no la culpo, es lunes y esta  gente no está preparada para lo que viene.



julio 31, 2015

Saramago

"Tengo una fe ciega en el futuro, y hacia él se extienden mis manos. Pero el pasado está lleno de voces que no callan y al otro lado de mi sombra aparece una multitud infinita de sombras que la justifican (...)A donde dan los portalones?”
Las maletas del viajero, Ediciones B, S.A., 1998
Saramago.

Quiero pensar como siempre, que los años impares son mejores... a pesar del cada día de mis sombras. 
Cierra el primer mes del segundo semestre, ¡qué de cosas!
Bienvenido agosto, cuando mi madre nació, o yo me enamoré, o mi padre nació después, o el tener historia no era un castigo. 
¡Qué de cosas somos!
Me pregunto:  ¿Quienes estarán en el final del camino que falta?

julio 20, 2015

De travesías y otros viajes cotidianos

llega a la estación, sube al tren,
parte, ella se encuentra en el sitio de salida,
la dejó.

llega a la estación, sube al tren,
parte, ella se encuentra otra vez en el sitio de salida.

dormir y despertar en el mismo lugar
solo que cada día desaparece algo,
al principio cosas pequeñas,
que si las flores de la macetera,
si los perros erizados por el sonido,
o el vendedor de periódicos y
el claxón de las motocicletas enanas.

cada vez, algo no está,
no encaja,
se echa de menos,
quizá deja un espacio algo ennegrecido,
lo que asusta es cuando desaparecen las personas
y ella sigue ahí, llegada tarde, aunque el tren no ha partido,
subida al tren, aunque despierta en el andén,
dice adiós,
agita la mano,
extraña,
no se va,
se muere y despierta en el mismo lugar.

las fórmulas han sido todas:
llegar de primera, dejarse llegar de última, controlar la ansiedad,
hacer camino de migajas de panes, perfumarse, leer a tolstoi,
usar audífonos, pensarse desapercibida, pagar los tiquetes en línea,
comprar asientos a diferente hora, dejar a los cuervos partir,
estar sobria, no abrir la boca, sonreír dignamente,
hacer ayuno, levantar las manos, fe, medallitas, hierbas de mercado...

ella está melancólica, lo sé,
pero es muy reina o muy niña,
no pertenece,
no corresponde,
no penélope,
no sísifo,
no pasos atrás,
no hay música o comparsa,
no hay frío más profundo,
no hay lluvia más aguja,
hay solo una opción:
tomar el tren

julio 07, 2015

La suma del tiempo y otros sinsentidos

Dorothy está de paseo, dejó Oz por un día y anda en búsqueda de torta para el cumpleaños, pero tiene tanto que hacer: 

  • Terminar el examen de final de curso a ver si salva el clima.
  • Ponerse al día de la semana y media de atraso futuro.
  • Dormir con la lluvia tempestuosa que lava y lava, que arrastra continua y sin perdón.
  • Sacar los zapatos rojos (está de fiesta.)
  • Decidir si abandona de una vez por todas estos grupos de whatsapp de mierda... creo que las relaciones individuales le dan mejor.
  • Dejar de escribir sobre afectos a los desaparecidos y encontrados.
  • Darle las gracias y finalmente adiós.
  • Hacer trazos nuevos, mientras evita el tráfico insufrible en el asiento del acompañante.
  • Arrepentirse de rodillas y ponerse de pie.
  • Completar el libro de poesía.
  • Ocultar detrás de las orejas Le jardin sur le Nile.
  • Trasplantar las reinas de la noche para la habitación.
  • Buscar más arcilla en el pueblo perdido de Dios.
  • Acabar la bolsa de dulces y sobarse la panza del dolor.
  • Enamorar mariposas invisibles.

Oh Dorothy, además de sonámbula, escribe sin razón, pero a dejarla hoy, que ha sido un año que solo Ángel González sabría describir.

junio 20, 2015

Agosto 2015

Combinar los afectos de alguien, darles formas como si uno fuera su mano es un ejercicio que a veces resulta y otras no. Lo cierto es que en ambos lados se hace con cariños. Coordenadas en la próxima ocasión, abrazos



junio 10, 2015

Desidia

25 grados 
llovizna con poca intensidad
el cuerpo me pesa
son las 10:09 minutos
aún no despierto de estar despierto
no hay resaca
ni un poco de ron en el cuerpo
nunca me ha gustado ese dulcete

jazz
como las letanías de la iglesia
no me persigné en las honras fúnebres
no me confensé a nadie

la muerte
es eso, muerte sin otro nombre o ropa
no aprendo a resignarme
la mosca contra el vidrio
se golpea hasta encontrar el orificio por donde salir
o quedar atrapada con suerte
en una telaraña
la inanición no es opción.

irónico
cada vez que me meto un bocado frito
que veo una obra exhibida en el museo del prado
o me da la espalda un morenazo de cabello obscuro y liso
una moto vespa
tus hijos
me da envidia de estar muerto

______________

Donde estés espero sea tibio,
Para jwj.s.


mayo 29, 2015

11/12/1954 - 29/05/2015 Estadios de la situación

"En África cuando llueve en el momento de un funeral 
significa que Dios te da la bienvenida"
-I-
lento viene el caracol
da vuelta con la rueda,
vuelta y vuelta otra vez
sube y baja,
es un conocido,
no es amigo,

-II-
se presiente,

una se resiste a creer,
aún ahora, que después de 125 días
de goteo, de máquinas zigzagueantes, mudas,
blancas, grises con partecillas de plástico
capaces de alterar el ánimo de los analfetas como yo;
no suene nada,
no registra como se apaga todo,
la nostalgia, las oportunidades,
la lucha,

-III-
todos extraños
nos encontramos en el mismo cuarto de espera de 1,5 x 3 metros,
hay una sola ventana hacia el parqueo,
hay tantas historias,
la gente casi siempre llora,
con esperanza y sin resignación,
yo pensé que para los otros: los huérfanos,
la vida sería diferente,
más ser huérfano te da libertad de marcharte,
no pensé eso,

-IV-
no son tan bonitas las camisolas blancas
ni la aparatología que viene de alemania o japón,
huele bien el lugar, o yo nunca noté nada,
ni siquiera pudo ver la temporada 5 del juego de tronos,

-V-
¿quién sería?,
se supone que hacía milagros,
me molesta pensar que, se reservó uno aquí...
puede ser que la magia era partir,

-VI-
¿cómo se fue?
¿a qué hora?
¿está seguro?
¿a dónde?

-VII-
si, otra vez
falleció alguien
quien fue amado y no.

___________
Sigue lloviendo, ya hace horas, supongo que hay una buena fiesta por tu llegada
Descansa en paz, Carlos.

mayo 20, 2015

He aquí que tu estás sola, Jaime Sabines

Fui a encontrar a Sabines ya crecida,con años sobre mis hombros, nueve le faltaban a él para morir. Sí está muerto, aún así, no dejo de enamorarme, de leerlo, si supiera cuantas veces me he sentado aquí para mirarlo se sorprendería, pensaría que casi es un acoso. Sencillo, irónico, doliente, amor, ese es Jaime Sabines, a mí me apetecía que me visitara aquí, que se quedara.

He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra, a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.

mayo 10, 2015

Blanco y azul

Quizá motivada por la semana latinoamericana al no acoso callejero, dejo esto aquí. Algo del baúl, de esas partes de donde el polvo, el moho caen y cubren en una oscuridad casi total...

Ponerse de pie,
arreglarse la falda,
colocar la mesa en su lugar.
Todas son decisiones.

Recoger el hilo de persona,
martillar las piernas,
y coser la compostura.
¿Dónde cayó?

Cerrar la puerta del 4to piso
detrás: al hombre,
al amigo, al amigo del amigo,
al amigo del jefe, al jefe de los jefes,
el que tiene una niña en el colegio europeo,
al latino picante que vive en una vieja metrópoli,
al adicto a las pastillas,
siete pasos y medio y la oficina queda atrás.

El teléfono es inofensivo,
aún así, hay nombres que asustan,
lobos enfurecidos al otro lado de los muros,
respiración seca,
se necesitan testigos,
una es culpable de oficio...

Se toman muchas personas
y una sola (yo)
para llegar ahí,
nadie escucha a la nada,
es viernes,
no se sabe noticia.

Comencé a pensar que había soñado,
que todo era una pesadilla con tres moretones
y el cabello deshecho.

abril 30, 2015

La belleza de lo perdido

Si están por Costa Rica, este 30 de abril a las 5:00pm, lleguen al Instituto de México, pues será la inauguración de una bella obra, del ejercicio de querencias, de perdidos y encontrados, de "un viaje personal" individual y colectivo.

Jimena Granados, artista visual, ceramista, soñadora, viajante mexicana (entre otras cosas), con  el apoyo de Jahel Palmero y por supuesto con el patrocinio del Instituto de México, se tomaron la "molestia" de montar un taller y exposición donde se encontraron, una mixtura de personas entre la danza, el teatro, la gestión educativa-artística, el arte, la lírica y el deseo de experimentar.

Es así como se abre paso a una exposición con elementos conceptuales muy personales y cotidianos, una forma de contar/vivir de manera individual y compartida. Vayan
 

Jahel Palmero y Jimena Granados 
Obra de Jimena Granados 



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"y me cuidas
y me cubres/ 
me abrazas 
en la lluvia/ 
yo/ con pies descalzos"

De H. Jiménez
Imágenes del archivo personal

De H. Jiménez 
Imágenes del archivo personal
H. Jiménez
Fotografía del archivo personal

abril 20, 2015

Un domingo cualquiera

Las imágenes que tengo de los hospitales no son las mejores. No es culpa de los hospitales o la gente que atiende y asiste. Es culpa de mis traumas, el cual solo es uno. Lo que sí he aprendido, es a ser generosa con la gente que vive allí por unas horas o de forma permanente. Desde quienes atienden dolientes y vivientes, hasta los moribundos y sin esperanza aunque estén bien. 

Pienso que hay lugares difíciles y estos, ¿como decirlo? son tristes, es como si en las líneas del concreto del techo y las paredes, se hubiese colado "un no se qué", no por el tránsito de órganos, o de personas, medicinas o esperanzas, ni por los cientos de pinchazos, orina y heces que deben analizar, ni por la cantidad de pocas buenas noticias y sus contrapesos decentes que le dan de alta a una. 

Me equivoqué, saben, la esperanza se viste de forma diferente, se acicala como un gato y se contonea oronda; si va un domingo por la tarde tempranera, la hora de visita es más dinámica que la salida de la iglesia o de las tertulias que se arman en las afueras de las velas. La gente come "cosillas" como si fuese un paseo,  habla, realmente habla mucho, hasta pedazos de la suerte venden en lugar de cabitos de candela o hierbas y aguas. Los niños corren por los espacios donde el oficial no tiene la ingrata labor de ordenar silencio. Yo que pensé, que en esos sitios, los únicos espacios con vida propia, eran los verdes, aquellos con suerte de haber sido olvidados y por ende no cubiertos con concreto.

En fin, el hospital se llena de jolgorio, de licras/leggins que llaman, de jeans/pantalones de mezclilla, ropa de colores, tenis y sandalias, poco zapato  empinado, comida  para el convaleciente escondida en los bolsos o en los abrigos, personas saludando a las ventanas a lo lejos y almas mirando desde ese alto. Gente sentada en los pasillos, las escalinatas de la entrada y cosa curiosa, todos mirando en dirección al atrio, a la entrada como espíritus en espera.

La "fiesta" dura poco, 60 minutos, después la marabunta se marcha, los estacionamientos se vacían, los cuidacarros igualmente abandonan los alrededores y el enfermo vuelve a quedar solo con sus pensamientos, en el mejor de los casos, o dormido, o sin visita y con la expectativa de futuro, lo conozca o no, todos tenemos uno.


https://soundcloud.com/muchosabrazos/marabunta-domingo-19042015 

Fotigrafías del archivo personal

abril 16, 2015

Centro Cultural Británico

Solo para contarles que, dos fotografías mías, por fuerza del destino, están en el festival de celebración de Shakespeare, esto a partir del jueves 23 de abril.

Romeo y Julieta, los personajes.
Romeo y Julieta acto 1

En el libro es el momento del conocerse de encontrarse humanos sin maquillaje (de ahí el cutis sucio, granuloso que le coloqué), apacibles


Romeo y Julieta con happy ending 

Esta pareja era colorida y bella, ella vestida con traje típico, la trasladé a sepia para hacerla atemporal, una mezcla de pasado y presente (su sombrilla, la gorra de él, los botines de ella el tejido del vestido) 

marzo 30, 2015

El llanto de las cosas, Roberto Sosa 1930-2011

En mi haber se encuentran historias cortas, intentos de poemas sobre mujeres, unas fuertes, otras débiles -¿quién ha dicho que ser fuerte o débil es un continuo sin descansos?-, pero colocarlas a veces en ciertos espacios podría sorprender de manera un poco extraña, incómoda, y tal parece que a una inmensa mayoría no le gusta la incomodidad, el confrontar no está en la lista de "por hacer" aunque a veces se deba,  pareciera que abordar ciertos temas debe ser "lateral". La palabra conflicto asusta y pensamos en asesinatos sin sentido o violencias oscurantas... en fin, hay tanto por decir en esta vida, cosas que se repiten una, dos, cientos de veces y sociedades nuestras marcadas por sucesos y acciones repetitivas en los espacios menos impensables. 

Por otra parte, hay personas que saben decir de la forma "más bella" lo que puede ser duro. La poesía es una de esas formas. Esa palabra breve, trabajada, que no es producto de sentarse y "boom" cayó la inspiración...-¡qué tontería!-; esa palabra trabajada  y mucho, no por eso significa sudores de horas, o humores de minutos o la acción de cinco palabras bien puestas. El ejercicio de escribir es una acción "mágica", extenuante, libertadora, imaginario fractal, de creación desde lo conocido y no, es la maravilla de saber decir estoy vivo.

Un autor hondureño, por ocasiones es necesario visitar los idos, un maestro de la pluma. 

Roberto Sosa 

Mamá
se pasó la mayor parte de su existencia
parada en un ladrillo, hecha un nudo,
imaginando
que entraba y salía
por la puerta blanca de una casita
protegida
por la fraternidad de los animales domésticos.
Pensando
que sus hijos somos
lo que quisimos y no pudimos ser.
Creyendo
que su padre, el carnicero de los ojos gateados
y labios delgados de juez severo no la golpeó
hasta sacarle sangre, y que su madre, en fin,
le puso con amor, alguna vez, la mano en la cabeza.
Y en su punto supremo, a contragolpe, como desde un espejo,
rogaba a Dios
para que nuestros enemigos cayeran como gallos apestados.

De golpe, una por una, aquellas amadísimas imágenes
fueron barridas por hombres sin honor.

Viéndolo bien
todo eso lo entendió esa mujer apartada,
ella
la heredera del viento, a una vela. La que adivinaba
el pensamiento, presentía la frialdad
de las culebras
y hablaba con las rosas, ella, delicado equilibrio
entre la humana dureza y el llanto de las cosas