Estoy leyendo tan poco.
Estoy tan agotada
el cuerpo me puede menos cada día.
Estoy encontrándome con las viejas calles
más viejas al decir verdad, igual que yo.
No soy la misma, he perdido tanto,
tengo que admitir que me duele.
Esta vida es de ciencia ficción,
¿para qué telenovelas?
Robar y ser robado, esa parece ser una ley de vida,
pero pagar es siempre más alto.
Ayer tuve una charla y ella más cero positiva que esta cero negativa
tenía más esperanzas de la vida que todos nosotros juntos.
Mar, sol, arena siempre con recargo de energías y a propósito de eso, un fragmento de la historia del nobel de literatura de 1912 Gerhart Hauptmann
La prodigiosa isla de las damas (fragmento)
" Ya no sufrían pues habían dejado de existir. Ya no eran en modo alguno náufragas. La noche de los trópicos extendíase inútilmente en torno suyo. En el firmamento, sobrepasando apenas la línea del horizonte, se hallaba la cruz antártica y justo encima de ella, más alto, el Centauro. Hacia el norte resplandecían majestuosamente Arturo, nubes de estrellas, la vía láctea y miradas de mundos...También el mar contenía miríadas y miríadas de universos luminiscentes y arrastraba hacia la arena y tornaba a llevarse olas de luz. Las durmientes no tenían conciencia de todo esto, y, sin embargo, yacían como en el interior del regazo materno, ligadas a la tierra por la respiración y el cordón umbilical de la esperanza. "