Mi persiana americana
La piedra de la locura (El Bosco)
Como de alguna forma "todas las personas tenemos algo de voyeristas" y si ustedes se preguntan ¿qué ando haciendo? Mis disculpas por haber abandonado este espacio que tiene mis cariños; es que ando tejiendo una vida con un ser humano en todos sus aspectos. Tengo que confesar que, he contado mis días posibles de vida y quisiera ser menos mezquina con estas querencias, en donde se planta, se hilan y deshilan cosas. Hace semanas atrás he amado un poco más a mi madre y mi padre y cada noche, aunque no quisiera, luto al plantarme esa semilla de realismo del reloj que recuerda que estamos viejos, que algún día no estaremos (mañana- verdad de perogrullo), que no somos los mismos, aunque yo inicie "berrinches" como si solo tuviera 17.
Esta última década ha sido de todo, lo que usted (quien me lee sea su conocida o no), así como yo podamos pensar; desde geografías hasta mundos de revés, desde la pérdida del paladar hasta la voracidad por lo dulce. Aún no logro dormir en una cama con escarabajos, mas vivo con alergias escondidas en los poros y en las neuronas y, cada día más soy peor alumna.
Desconozco si descansaré de las incertidumbres de la libertad, esa misma que atesoro, la que me quita el sueño cuando llega el día X donde hay que pagar todas las facturas del mes, o me deja, en un movimiento como un granizo en media lluvia fría de una tormenta tropical.
No se vaya, visite este blog, que de alguna forma se convirtió por la tecnología en una obsolescencia, más una aún fresca. De alguna manera, gracias por ser parte de esto.
Abrazos