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agosto 20, 2015

El presente

Todo está cotidiano, como si desempolvar fuera pan nuestro de cada día, cambiar el agua al florero, abrir la puerta al gato, está esa espeluznante impresión de que al día de hoy es lo que se ama hacer, lo que sigue el resto de la vida; y, en un minuto comienza esa música que viene de no sé donde, la trompeta va abriendo paso por la piel, las venas abiertas, lentas, densas como la lava que transporta rojos oscuros, granates, incendiarios.

Bailar con esa pereza entre el bolero y el dolor del blues, tocar a través de la ropa con la autoridad y el derecho, ¿cuál?, un sentimiento en medio de las piernas, unas ganas de empujar la pelvis, un deseo en la cabeza, los ojos dejan el cuerpo. Deslizarse, la humedad del baño recién terminado, la limpieza de cinco minutos, sin pecado y sin rencor, la saliva de lobo feroz, las urgencias improcedentes y desordenas, el olvido, las uñas, la trompeta otra vez, el minuto 8:32 ya no es mío...

septiembre 10, 2013

Desde las orillas

A este lado del océano,
a este lado del tiempo,
que lejos queda todo:
una película en blanco y negro que,
 intentó ser sepia.

Todo parece hojas sueltas,
perdidas, frías.
Sin embargo al tocarlas
hay trocillos de
carbones encendidos que,
parecen canicas...

Uno de mis compositores favoritos, a quien quizá he escuchado tantas veces como la vida que tengo... 

Fragmento de concierto N.2 para piano y orquesta Opus 27


abril 20, 2013

El jardín

En el jardín de mis deseos
habitan rayos, truenos, lluvia y neblina/
pasto suave a los pies, flores de naranjo, cafeto y belladona.


En el jardín de mis deseos
habitan tactos, olores, sabores,

saliva, sudor y sueño; hierbabuena, jengibre, romero/
se encuentran noches con sus días y algunas tardes perdidas;
vive, todo lo que no se ha marchado, borrado o perdido
en medio del polvo, la nube o la ceniza.

En el jardín de mis deseos
aún hay cantos, ecos y cosas perdidas
aún se encuentra un aún enredado en medio de nadas.

El jardín de mis deseos habla por mí...
imágenes de archivo personal
Bellísima, imágenes de archivo personal
Resurrección, imágenes de archivo personal

Mariposa nocturna, imágenes de archivo personal
Flor de café, imágenes de archivo personal

diciembre 10, 2012

Inconclusos

-I-
como el viejo al árbol
como el insecto a la hoja
abrazo a los años/
sin darme por vencida /
con esa tristeza de la tonada de radio
con esa viveza del pasto con el viento 

-II-
como el agua a la roca en el cauce del río/
como la neblina en la barriga del valle/
abrazo a los años//
con esa melancolía de libro amarillo/
con esa viveza del recién nacido 
-III-
abrazo a los años
desperdiciando todas las lágrimas 
y todos los chances/
corriendo para salvar carne y pellejo 
como las historias inevitables//
-Resumen-
abrazo los años 
que se escapan ante los ojos y las manos 
entre los brazos y las piernas/
aún así parece que/
fue apenas ayer que comencé a hacerlo... 
Hojas secas de Picalls 

abril 21, 2012

Quisiera,
escribir un suspiro,
no estoy segura de que sea un respiro o una inhalación profunda,
o un aliento o tres segundos de pausa.
o un susurro lo suficientemente quedo para que apenas puedas percibirlo,
o lo suficientemente intenso para que tiembles y el mundo lo haga contigo.

Quisiera,
escribir un suspiro
que exorcise todas las melancolías, 
que llene el esternón y la vida, 
que reviente las lágrimas y abra los cielos,

Uno solo, uno que abra paso a la tregua y de inicio a la paz.

Fotografía del archivo personal



septiembre 10, 2011

El día de los hechos 10/09/2011 denso y vacío...

Por muy imposible
que me parezca
hasta tu recuerdo
poco a poco
se está muriendo
dentro de nada
seremos vacíos
de espacio y tiempo
ecos de carne y hueso
que latieron felices
y que ahora olvidados
en los días muertos
se pudren en silencio.
Ecos de carne y hueso, Toro Salvaje



Hoy es una mezcla de todo. Quizá produzca la desapetencia de terminar de leer el post, quizá hubiese una sensación de no terminar de comprender lo que se lee, quizá se encuentre un idioma o una significancia que no se reconoce, quizá sea densidad en el contenido, quizá sea el vacío que contiene. quizás, quizás, quizás...

Abre la puerta y mira dentro.
Un alfiler bajo la cama.
Una capa polvorienta en la mesa de despacho.
Minucias y microbios, el miedo a no poder
prevenir lo inevitable. Será.
Lo que tenga que ser. El eratismo de lo oscuro,
la disolución del instante.
El ratón se arrastra fuera de su casa,
recuerda dónde comió por última vez una larva,

Elegía, Mary Jo Bang (Bartebly, 2010)



Pon tu frente sobre mi frente y tu mano en mi mano
Y hazme lo juramentos que romperás mañana
y lloraremos hasta que amanezca,
mi pequeña fogosa,
Paul Verlaine
Fotografía del archivo personal

"A veces me creo y no. Otras tantas me perdono no llorar la realidad de lo obvio. Hace mucho que dejé de llorar la potestad inútil de la palabra y su pecado virginal.

¿Qué nos empuja a la clausura? ¿Qué nos imprime esa aura incandescente de viejos albores? Algo yace inmóvil. Algo que nos sujeta el ánimo hasta la parálisis mientras arañamos la lluvia que apenas nos satisface, mientras la necesidad juega a fulgir un verdor de trepadora en la memoria.Una memoria construida en la anticipación de una noche caníbal donde el sexo se sujetaba al amor en un abrazo endémico (...) 

Alguna vez podría abandonar todo gesto hostil, todo símbolo que me preceda protegiéndome de malherirme. Podría y no. Podría ensayar gestos sustitutos que se inicien, que prosperen, que se filtren por complacencia. Podría y no (...) Quisiera suponer una gran rebelión de mi parte, un negarme nacido desde el pozo del alma y con el cuerpo asintiendo, tocarte. Tocarte de cerca, apenas cerca como una emboscada que intuyes y no eludes. Una artimaña de trama compleja, de peligrosa confianza.

Lo cierto es que no me caben los ojos en tanta ternura y en el nombre de tu nombre me hiere el costado una sangría de renuncias prodigiosas que no mareamos de goces absurdos.Cae un Dios que nos mira a los ojos del porvenir, marca de vapor casi fragmentada, la fruición de dos oscuridades escandalosas, agnosia y efeméride del día aquel en que se empezó a arder de cara, de pie..."  Andrea Breq

octubre 23, 2009

Este octubre

Hay semanas de semanas, unas duras y otras no tanto, todas pasan y finalmente a una se le olvidan el orden en que estaban o el color de la ropa, lo que se comió o hasta el perfume que usaba. Sin embargo y en ciertas ocasiones, suceden cosas que no se pueden borrar como el pizarrón o romper como la hoja de la libreta.

Esta semana me acosté a dormir y me desperté con un torbellino de malas noticias. Porque dejémonos de tonterías han sido malas en su mayoría, excepto por ese cachito de luz conformado por algunos.

Estoy sorprendida de mi propia reacción; es decir, a pesar de las náuseas tremendas que se colocan en medio de mi pecho y mi vientre, de la desesperación que le acelera el latido, el dolor de cabeza que sale punzante por los ojos o cualquier lado de los hemisferios, sigo tranquila.

Ciertamente me siento algo agotada, podría blasfemar de la familia que tengo, de tener tanta, de que son personas que viven y mueren, de causar colapsos temporales y permanentes de partes del sentimiento. Tengo en la mano 5 tristes noticias y esto de querer es agotador.

Cierra hoy repitiéndose el inicio de una: mi hermano, la noche de lluvia, la moto, la señal de alto saltada, yo temprano del trabajo, el comentario similar de "como llueve ojalá y no tenga un accidente", ahora acompañando a mis padres, llamando por teléfono a los otros, la diferencia: no murió hoy. Esto da un descanso pues el accidente no fue tanto.

Ahora, mientras me gasto el tiempo y llegan más adelantos de noticia, escribo en el diario público.

julio 25, 2008

¿Sos indispensable?


En teoría de recursos humanos y en otros ámbitos de la administración, así como en la cotidaneidad, ¿cuantas veces hemos escuchado que nadie es indispensable en un trabajo? Lo anterior se usa como una forma de ilustrar la correlación institución-sujeto, estructura-persona o el ciclo de vida contenido en una relación laboral.

Si bien es cierto, las personas son el motor de funcionamiento y avance, los valores organizacionales, la estructura funcional de esta, los objetivos estratégicos y la planificación que acompaña son los pilares del pensamiento institucional. Es así como la anterior postulación reconoce entonces que nadie es indispensable y que el curso mismo de una organización continuará a lo largo de la vida de esta con o sin nosotros.

La mayoría de las organizaciones, empresas, instituciones siguen aún conformadas por personas, aunque países donde cierto tipo de industria ha ido sustituyendo el sujeto por la máquina imparable, estén invirtiendo tal afirmación.

A pesar de que puedo compartir muchos elementos anteriores, debo reconocer que discrepo en la línea pura de la teoría. Quizá lo indispensable casi podría entenderse como la eterna permanencia (y no es cierto), es necesario reconocer que las personas y cierto tipo de personas llegan a ser claves-esenciales en momentos particulares de una estructura.

No consiste en ponerse una medalla personal por la labor ejecutada, o autonombrarse el especialista único y particular de la temática aún no descubierta, o pedir que te reconozcan las horas de vida entregadas al trabajo o que te nombren la cabeza oficial por la aceptación y el liderazgo que puedes ejercer.

Sí se trata de reconocer que hay personas que por su actitud, su conocimiento, esfuerzo y trabajo se vuelven motores fundamentales en los espacios donde se desenvuelven, podrían así ser líderes positivos o líderes, pero cabecillas finalmente.

Quisiera elegir hoy a los líderes (positivos) que tienen esa particular habilidad de llevar a cabo tareas diminutas y campales juntando los esfuerzos de otros, reconociendo el trabajo desde el individuo y el grupo, pero sobretodo tomando de la materia de la ilusión, de idea y de la fuerza para crear.

Hablo de las personas que son “alma” en un espacio, donde el vacío que dejan (sano también) se nota, por que la sustancia principal se modifica. Es así como lo queramos o no parte de la memoria institucional, el oxígeno fresco que se cuela por la sangre del cuerpo es producto de la contribución colectiva y el motor de su cerebro-corazón. Por lo tanto no se debe pretender que nada cambia, o que no nos duele cuando ese sujeto quien nos ha acompañado por "todo este tiempo" se marcha, lo hacen marcharse o desaparece en medio de la neblina explicatoria.

Seguimos hablando de personas que conforman una cultura organizacional, continuamos hablando de los altibajos que se producen cuando las personas clave son movidas o han tomado otro camino( sea en lo positivo o lo negativo). En definitiva, todo exige tomar partido.

Compartir o no lo que he dicho, no nos lleva a mucho quizá, pero hay que reconocer que no es tan cierto que unos podamos andar sin los otros por el mundo, como si nada hubiese pasado, porque aunque fuera para un dolor de muela, cada persona cuenta.