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septiembre 21, 2015

Cotidianas noticias

A veces furtivamente leo el horóscopo,
 convencida de que esas suertes de venta de remedios de agua no serán,
 pero con ganas de que algún día una sorpresa se diera.

Las noticias de lunes me impresionan aún, no por los asesinatos que parecen ser más frecuentes en el fin de semana, o los sicariatos -que es la palabra de moda-, ni los femicidios a pesar de las campañas. Todo esto es pan nuestro de cada día (me gusta el pan por cierto, el fresquito de la panadería del centro). Al final estoy en shock por "culpa" de quien organiza las portadas del periódico digital (ese es el punto); no sé quien es, pero debería saber que me deja fuera de órbita, no comprendo si trabaja mucho o poco, pero normalizar el "arrestado por matar a machetazos" junto al de las fotos de las primeras xilografías a todo color en la historia de la humanidad, no me cabe en la cabeza. -¿Será que quiere enviar un mensaje a un clan al que no pertenezco?

Debería de comprar el tiraje impreso y así cada semana me evito la misma situación, o quizá sea que internamente lo veo como mi cuota de "factor sorpresa". En definitiva, la entrega en papel es más ordenada -además me da el chance de saludar al vendedor y escuchar una de sus historias-, ¿cómo seguirá de salud?-. Volviendo a mi problema, la versión digital es como la bolsa de verduras sin empacar de la feria, todas se mezclan gracias a la inercia de colocarlas en el mismo sitio, solo que la noticia "más pinchada" toma mayor visibilidad; gracias a eso, el nobel compite con el rapero de momento -¿qué tipo de conversación podrían tener estos dos?-, o el divo de tres botones abiertos en la camisa con el culo de la mujer con cuarenta años quien lo sigue teniendo "duro" según dicen los titulares.

Insisto en leer el periódico, debería de aprender mi lección y asumir la culpa, o quedarme con el de papel, como en los fines de semana donde me siento lujuriosa y me sirvo el desayuno en la terraza (porque sí tengo terraza también), pongo el pancillo, el café fresquito y algún queso que hubiese sobrevivido a mi refrigerador.

Esto es un desorden (como mi cabeza), debería de no pensar en las noticias, debería no pagar porque me llenen los ojos y la vida con solo tristezas, o las tangas de alguien  o la membresía digital del pequeño grupo aquel. Debería exigir titulares diferentes, debería ser indiferente, no seguir comprando nada que contenga osos muriendo  de hambre, brazos, piernas y vísceras descritas, o fotos de niños muertos y a todo esto, sigo comprando el periódico, que no me digan que si en internet hay cosas mejores, todos escriben lo mismo, comemos de las mismas fuentes solo que en diferente idioma. Yo no encuentro con quien quejarme y claro quiero seguir informada...

2 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Una sugerencia?
No hay que ver televisión jaja.
Besitos.

TORO SALVAJE dijo...

Deberíamos aislarnos más.
Conocer lo imprescindible y darle al cerebro y al corazón horas de paz y sosiego.

Besos.