cuando a una se le parte algo por dentro,
ni pretender lo mismo
mordiéndose el nudillo,
pues aún con tiempo
con hierbas curativas,
abiertas la puerta de las dudas
adquiere todo un sabor de llegado tarde,
aunque recién inicie la primavera.
Había dejado en el bote de atrás a Jaime Sabines, pero por estos días buscando tu nombre, poema que se fue a buscar a su receptor, me tropecé con lo que copio a continuación, lo traigo a colación, pues para variar en la naturaleza humana y en el huerto de la vida, hay turbulencias agitando piedras y vientos tirando polvo sobre las aguas.
Además, hoy no tengo tampoco ganas de berrear acerca de esta ciudad. Ya fue suficiente: "Déjame reposar, aflojar los músculos del corazón y poner a dormitar el alma para poder hablar, para poder recordar estos días, los más largos del tiempo. Convalecemos de la angustia apenas y estamos débiles, asustadizos, despertando dos o tres veces de nuestro escaso sueño para verte en la noche y saber que respiras. Necesitamos despertar para estar más despiertos..."
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