Alguna vez ya no estaremos ninguno de nosotros, los que leemos, escribimos, lloramos, amamos, cometemos delitos. Somos en el ahora. El curso de la vida es así. Llámese a esto sabiduría, dureza, inescrutabilidad, naturaleza, normalidad.
A pesar de que no estaremos y ya ni siquiera recordaremos lo que no se puede recordar, porque no seguiremos más, porque el olvido es regla durante la vida y después de esta, habrá un momento, en dónde un solo movimiento dejará al descubierto quienes hemos sido, lo que hemos escrito, a quienes hemos llegado y perdido.
Entonces, quizá algunos nos considerarán afortunados y nosotros nos consideraremos hallados bajo un golpe de suerte. En medio del olvido seremos memoria nuevamente y por un tiempo más.
Para todos los mios, recordados y olvidados, para mis vivos y muertos, lo que quizá no llegará:
Lo que siento por ti
"Lo que siento por ti es tan difícil.
No es de rosas abriéndose en el agua.
Lo que siento por ti. Esto que rueda
o se quiebra con tantos gestos tuyos
o que con tus palabras despedazas
y que luego incorporas en un gesto
y me invade en las horas amarillas
y me deja una dulce sed doblada.
Lo que siento por ti, tan doloroso
como pobre luz de estrellas
que llega dolorida y fatigada.
Lo que siento por ti, y que sin embargo
anda tanto que a veces no te llega."
Idea Vilariño (uruguaya, generación del 45 con ahora 88 años y viviendo en un asilo de ancianos, según leí en el sindicato del mono degollado, quién diría que es de la generación del onetti y del benedetti...)
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