algunos árboles del patio antiguo,
quizá miedos a cuentagotas,
tardes de cielo piña-naranja,
intentos de hornear galletas,
te he dado algunos de mis sitios escondidos,
las tardes de lluvia pequeña,
las conversaciones sin fin (aburridas o nuevas)
el sexo que gotea, el deseo desatado
y todo fue devuelto nuevo,
crecido y diferente.
me gusta esto de los dos
2 comentarios:
No caen en tierra yerma tus ofrendas.
Dadora y recibidor crecen al unísono.
Te toca la fortuna.
Que se prolongue....!
(hermoso texto...)
Abrazo,
L.
Hmmm... qué lindo huele todo esto...
una sonrisa.
Iraide
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