Un día de estos, uno cualquiera quizá, aunque yo diré que no es así, cualquiera no existe pues el 2010 con las mismas personas se va gastando a paso seguro, tuve una conversación extrañamente cercana sobre un favorito Jorge Luis Borges.
Hurto por un momento el poema del "Jardín de senderos que se bifurcan." En el mes del cumple, en el mes de la vida y la muerte, del paso inexorable del tiempo que no parece detenerse o tener fin, que lo diga Dalí.
"En la ventana estaban los tejados de siempre
y el sol nublado de las seis.
Me pareció increible que ese día
sin premoniciones ni símbolos
fuera el de mi muerte implacable.
A pesar de mi padre muerto,
a pesar de haber sido un niño
en un simétrico jardín de Hai Feng,
yo, ahora, iba a morir.
Después reflexionñé que todas las cosas
que suceden a uno suceden
precisamente, precisamente ahora.
Siglos de siglos y solo en el presente
ocurren los hechos;
innumerables hombres en el aire,
en la tierra y el mar
y todo lo que realmente pasa me pasa a mi."
4 comentarios:
Leer por lo alto de esa ventana con ese piano que has puesto de fondo ha sido uno de los grandes momentos de hoy. Gracias.
Vanessa
Esta belleza merece regresar con más tiempo...
Un saludo!
Es que uno es el universo, un hombre son todos los hombres desde Schopenhauer a Borges, y de ellos a nosotros.
Un saludo!
Hola linda.
Desde este cacharro que tengo por computadora, no se escucha la música, pero seguro que es hermosa.
Si no se te ocurre a tí, se me va a ocurrir a mí escrbir un libro con tus historias.
Seguimos aquí.
Un beso
Iraide
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