Debajo del ala del teatro de pie los cacos esperan, los policías cerca haciendo anotaciones bajo los techos, las nenas de tacones altos se suman a la reunión, los de oficina y corbata ven como no se salvan de la humedad, los habitantes de la calle recogiendo los pies y yo. El paraguas para el sol, no ayuda más, no cuando llueve de adentro hacia afuera, no cuando llueve de abajo hacia arriba, no cuando se llenan los caudales de blanca, fría e indiferente agua. Hace frío, apuesto que todos tenemos frío por dentro -quizá sea un problema del viento- a pesar de que todos somos "hornitos". Quiero un cigarrillo. Se desenrosca la botella roja, se pega un trago el "amigo" del piso, es el único que se calienta y en ese momento todo quisiéramos tibia ebriedad, mientras la calle sigue siendo azotada.
1 comentario:
Y si hubiera una taza de café? Sería una humedad más...aromática.
Publicar un comentario