El Tríptico del Jardín de las Delicias cerrado, El Bosco |
Pareciera que, todo en la vida es solo seguir, como si ese remolino invisible obligara. Así es como se va dibujando o desdibujando, sea por decisión o por inercia. Se puede berrinchar, gritar, llorar, morir de a poquitos por dentro o por fuera, no ser jamás los mismos, correr las calles deseando en silencio, haberse perdido y no encontrado más. De cualquier forma que lo pensemos, aunque no podamos con nuestro propio cuerpo algo nos obliga y, ¿qué mas nos queda? salirse a la fuerza o continuar. Aún resta esa decisión por descifrar.
Y por ahora, cranear o mirar el Jardín de las Delicias abierto que hay mucho por decir.
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