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enero 30, 2013

Persuación de los días, Oliverio Girondo

Hay días como ayer, antes de ayer y semanas hacia atrás, en donde el tiempo desaparece como inhalar o exhalar... es así como se han ido los últimos cinco años si lo pienso bien... en fin, la lectura sigue siendo un punto de retorno un detener y avanzar de las manecillas del reloj siempre con hambre, siempre con preguntas. De los viejos y bien viejos tiempos, Oliverio Girondo, con quien inicié el primer post de este blog.

Abandone las sombras,
las espesas paredes,
los ruidos familiares,
la amistad de los libros,
el tabaco, las plumas,
los secos cielorrasos;
para salir volando,
desesperadamente.

Abajo: en la penumbra,
las amargas cornisas,
las calles desoladas,
los faroles sonámbulos,
las muertas chimeneas,
los rumores cansados;
pero seguí volando,
desesperadamente.

Ya todo era silencio,
simuladas catástrofes,
grandes charcos de sombra,
aguaceros, relámpagos,
vagabundos islotes
de inestables riberas;
pero seguí volando,
desesperadamente..

Un resplandor desnudo,
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta,
me fascino de muerte,
pero logre evadirme
de su letal influjo,
para seguir volando,
desesperadamente.

Todavía el destino
de mundos fenecidos,
desoriento mi vuelo
-de sideral constancia-
con sus vanas parábolas
y sus aureolas falsas;
pero seguí volando,
desesperadamente.

Me oprimía lo fluido,
la limpidez maciza,
el vacío escarchado,
la inaudible distancia,
la oquedad insonora,
el reposo asfixiante;
pero seguía volando,
desesperadamente.

Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente. 
"

enero 10, 2013

Después del después

Archivo personal

Después de estos ríos de sangre,
después de esas lágrimas de ojos grises,
de las iras que escupen bilis granulosas,
de las maldiciones que no abandonarán jamás.
Después, mucho más allá del después,
crecen pequeñas cosas:
como flores liláceas, 
nubes ocre,
pasto azul,
y pareciera que algunos nuevos brotes 
de hiedra, zumaque o roble,
con la misma característica: veneno, por supuesto.  

enero 01, 2013

Camino


“Rabbit's clever," said Pooh thoughtfully.
"Yes," said Piglet, "Rabbit's clever."
"And he has Brain."
"Yes," said Piglet, "Rabbit has Brain."
There was a long silence.
"I suppose," said Pooh, "that that's why he never understands anything.”
Benajmín Hoff, The Tao of Pooh


Poco más de diez años atrás, me regalaron un libro ya reciclado, este texto busca introducir a los "creyentes occidentales" en el sistema del Taoísmo, como filosofía (no como religión tal se conoce más ahora), usando personajes ficticios para ampliar el conocimiento más allá del yin-yang, se llama The Tao of Pooh. Hoy me lo trajo a colación un vivo de esos tiempos y me apeteció saludarles en este estrenado año occidental. 


El Tao, ve cómo todas las cosas se elevan, se vuelven grandes y luego retornan a su raíz. Vivir es morir y simplemente entrar o salir de un camino. Es buscar la armonía. Es la brevedad, la creencia en que tanto el objetivo como el camino de la vida son esencialmente el mismo y que el Tao (camino) solo puede ser conocido por quienes los practican por elección, no existe la ayuda del "más allá." 

Quizá lo que trato de decir es que deseo para vos, quien lee esto o está en esos espacios donde no nos tocamos, un poco menos de hemisferio derecho y algo más de izquierdo (o viceversa) y. por qué no "believe in the power within us".  Besos 
“We don't need to shift our responsibilities onto the shoulders of some deified Spiritual Superman, or sit around and wait for Fate to come knocking at the door. We simply need to believe in the power that's within us, and use it. When we do that, and stop imitating others and competing against them, things begin to work for us.” 
Benajmín Hoff, The Tao of Pooh