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diciembre 30, 2013
Reflexión sobre la mentira o lo que es igual a Otra vida en la maleta
"El suyo era de esos casos en que los prejuicios, la inteligencia o el cinismo de los enfermos engaña al terapeuta." Otra vida en la maleta, Gregorio Casamayor y A. G. Porta
No soy crítica literaria, ni escritora. Soy una lectora cualquiera de este mundo de 7 billones de personas; como tal, tengo un criterio formado de lo leído, sugerido, regalado, comprado, "robado" y encontrado. Es así como escribo y no espero en ningún momento con estas líneas, ponerme al nivel de los críticos que han dicho antes algo acerca de Casamayor y Porta o bien con este post, no esperaría que vayan corriendo a buscar la novela (sugeriría que sí), en el sitio más cercano. Sin embargo puedo afirmar que, la manera en que fue escrita "Otra vida en la maleta", atrapa, consume y vive.
Las primeras 100 páginas me las leí de un tirón, sin sentido de tiempo y espacio y el prólogo de los editores, fue ese inicio justo que se requería para comprender como un sujeto, en este caso dos y a cuatro manos, iban a contar una historia acerca de una, dos, tres o más personas. Las siguientes, fue armar el rompecabezas.
El libro es una reflexión acerca de la mentira, en donde el silencio está más atado a la cobardía quizá, al orgullo, al cinismo o el no saber como asumir una responsabilidad que corresponde. Lo cierto es que todo en la vida tiene consecuencias y jamás imaginamos, por mucho que le echemos cabeza, por dónde saltará la liebre y quedará la bancarrota.
Hace un año y medio, leí "La vida y las muertes de Ethel Jurado, la cuál me dolió, sentí ese cariño por Ethel, esas ganas de tenderle la mano; en esta, quizá lo mismo por África, o las ganas inmensas de partirle la cara a Natalia, por ese desprecio, o esa insana inteligencia, por esa soledad y esa estupidez.
Toparse con "Otra vida en la maleta", es tal vez la ficción de otras vidas, quizá la nuestra... Léalo.
"... en cambio, sí la oí repetir que le hubiera gustado ser pez elefante porque este animal tiene la clase de talento necesario para reconocer su entorno y de la misma manera que calcula los volúmenes de los objetos que lo rodean y sabe reconocer de qué están hecho, identifica a otros seres y determina de cuáles puede fiarse y de cuáles no. Así, ella podría haber intuido que materia era la que sustentaba las historias..."
Ah y para quienes se preguntan si existe el señor pez, ciertamente es de África Occidental. Gracias Gregorio, por semejante detalle, de enviar hasta estos trópicos ese estupendo libro y por hacerme llegar a esta chica.
Bueno gente, un delicioso 2014, que viajen con maleta ligera.
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2 comentarios:
No lo he leído.
Pero si puedo afirmar que la mentira se ha institucionalizado y gobierna el planeta.
A la verdad la ejecutaron.
Te deseo un buen 2014.
Besos.
Toro, tiene esa boquita suya, llena de razón...
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