El viento no está muerto,
solamente quiere conversar...
Nada de susurros, piruetas o mece hamacas.
Pedacillos de hojas caen como lluvia deshidratada, pulverizada.
Flores cansadas de las ramas se dejan arrancar, listas para cualquier resultado
El polvo seco, muy seco sí,
rubio con destellos oscuros, casi castaño mediano 40,
solo se contenta con ser levantado a veces
acumulado otras, de manera poco juiciosa,
simplemente se quiere marchar,
sin detenerse, sin pensar la hora o el lugar
Ahí están las llaves que cantan,
siguen pegadas a la aldaba
se balancean sostenidas por la cuerda.
Quizá así debería de sonar el móvil de la entrada,
pero está mudo... dicen eso mismo de mí.
Todo se acumula
los autos,
las motocicletas,
la gente
el camión,
los perros
el niño pegado al muro,
los gritos de los muchachos,
la aspiradora de esa casa,
los tacones del último piso.
Demasiado ruido
Sin embargo, el viento lo calma,
cuando se "pone"
sencillo,
perezoso,
brevemente intenso y sostenido,
cuando se desliza entre mis piernas sin pena,
choca en mis brazos aún fuertes,
se cuela por los pensamientos
y por más cursi que suene,
me hace sentir que,
puedo volar.
Maraña I, 2014 |
Maraña II; 2015 |
Maraña III, 2015 |
4 comentarios:
Ahora veo y siento al viento de otra forma.
Te ama.
Besos.
¿Viento de Primavera?
Abrazos
Sabes Toro... sí, el viento y yo nos amamos.
Etan, no lo sé. Este más de verano sabes...
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