con prisa o lentas y perezosamente inmóviles al final de los días,
secas, crujientes y una que otra jugosa.
No nos importa si es verano, otoño o primavera,
aquí parece que todo es igual. Siempre hay capas,
una sobre otra, en ciclos, con ese orden fortuito que suma años.
Ha pasado tiempo, igual que un respiro molido,
tan rápido como las noticias de facebook en la pantalla del teléfono.
No somos amigos, ni nos interesa,
realmente nunca existimos,
pero hicimos cambios, evitamos cosas,
no mencionamos planes, caminos o alegrías.
Las hojas siguen, los locos no han cambiado, por cierto, creo que son más,
hay uno que otro recuerdo, hay uno que otro que pregunta,
hay espacio para memorias, eso nos compone a todos, hasta a los olvidados
Es hermoso este niño, el olvido, la oportunidad de borrarse a fuerza
de sol, de capas de hojas, de distancia, de todas las significancias muertas en asfixias y desidia.
La memoria, ese laberinto que no comprendemos.
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