Ya esto es todo una persona crecida, once años escrito en un septiembre, todos cambiados, todos crecidos, todos idos, todos llegados a nuevas vida...
"cuando miro al mundo, cuando miro al espejo, cuando miro por la
rendija, cuando estoy allá afuera no solo mirando, sino interactuando; cuando
abro los sentidos y el olor me dice que sigues aquí, a la par, en una cama
cualquiera, con las (in)comodidades espaciales de permitir movernos, aunque se
quiebren cosas y se guarden historias y de 100cm de maniobra.
cuando miro al mundo, cuando miro al espejo, cuando miro por
la rendija
cuando estoy allá afuera no solo mirando, sino interactuando,
cuando abro los sentidos y el olor dice que sigues aquí, junto a mí, en la cama con las (in)comodidades de abrirnos espacio y permitirnos movernos por allí en tierra harto extraña, mientras majamos objetos y se quebramos códigos.
cuando hago un recuento, de la vida, cotidiana (tan joven y
casi inexistente), de los espacios, las fortunas e infortunios,
cuando siento los rastros del estar, de como nos habitamos,
de donde nos quedamos…
cuando miro al camaleón (aunque no se llamé así),
cuando observo al sujeto de la mirada penetrante,
de pestañas guardianes que cuidan
la entrada de ojos potentes,
cuando viene con saliva y mano,
cuando te das,
cuando das y sigues,
cuando me das, no solo de comer
bocado...
cuando eso pasa y más allá,
entonces me recurre la urgencia de todo y nada
sin respeto o disculpa,
porque no solo lo quiero, así hemos dispuesto,
así ha
crecido debido a quienes somos: un nos.”