Hace algunos días, siete para ser exacta, escribí una nota sobre el hijo de Juan Almeida Bosque, ayer murió quien fuera uno de los Cinco Comandantes de la Revolución Cubana, con 82 años de edad y de un paro cardiaco, como diríamos por estos lares.
Las noticias de nuestros muertos son tristes para los vivos, aquellos quienes se quedan rumiando lo que sienten o no, la impotencia y el respiro de aire con ausencia. Suman a esta esquela otros menos conocidos, pero no por eso menos dolidos, llámese la madre enferma de un amigo o el hermano joven de 50 y tantos años de una amiga.
Quedarán de todos, las fotografías, testigos mudos de su vida, así como sus dolientes, pruebas de lo vivido.
Sin que el blog se convierta en un espacio para "colgar el dolor" de otros, o para hacer odas de ninguna índole. Lo escrito es porque quizá sea el tiempo justo de extenderles la mano y decirles a los que podemos que, pueden contar con nosotros.
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