
Los días soleados con brisa fresca son una fortuna y mayor regalo si los recibes en un lugar cualquiera con la labor de no moverte, solo tertuliar. Las noches seductoras en cielos de color profundo, limpio de nubes con luces colgantes.
En el verano uno está más predispuesto a hacer lo que dijo Victor Hugo, que la risa ahuyente el invierno del rosto humano. Sin embargo hay días que aunque brille el sol por todas partes no vemos más que las sombras de los cuerpos. Cuando eso sucede, todos sabemos que es tiempo de mirar adentro...
1 comentario:
Hola, te conocí en el blog de Marcelo y te vine a visitar. Qué agradable lugar, vendré más seguido y por lo pronto, vas derechito a mi blogroll.
Un abrazo,
Publicar un comentario