El mar no es nadie
solo existe aquí,
con ese disfuncional modo en el saludo,
el pensamiento de minuto y medio en la mañana,
al tener nombre y apellidos, licencia y registro médico.
Es,
cuando coloco flores en el dormitorio,
si escucho sus historias,
las de hijos idos y odios de las concubinas,
podría ser si la radio tararea canciones viejas, cursis
o soy yo cuando el jazz estalla mis arterias y el blues se sienta a las 10:35 pm.
en un silencio desesperanzador.
No hay nadie debajo de los arrecifes empujados a la superficie,
ni a la luz de los cuchitriles o al eco de la voz.
Sé que vive cuando pone la mirada dura
¿qué esperar?,
está maduro
ido,
desconectado,
salvado de excesos,
con ese miedo de los valientes
proveído por la suma de años.
Hay,
hambre y, ni un bocado,
hay arena,
pasto debajo de los pies,
el goteo habla de vivos,
si por mí fuera, desconecto todo.
Nota mental: buscar una nueva emisora.
2 comentarios:
Ojalá encuentres una emisora mejor.
Esa parece muy dura de escuchar.
Corazones de paz.
Un Abrazo.
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