Una chica escribía en un blog una historia
de historias de la red. No de esas que hablan de gente que se encuentra y el mundo termina por calificar de relaciones de infidelidad. Como si fieles o infieles no hubiesen sido usados lo suficiente en la inquisición.
Las historias de las redes virtuales, redes sociales, corazones solos o despechados, gente en busca "algo", espacio dónde personas del universo físico se encuentran, son desde hace años motivos de estudio.
Unos dirán " yo no tengo amores virtuales" ... ¿o sí? No tengo relaciones destinadas al fracaso por la distancia virtual ¿o quizá? Yo en lo personal tengo de otras relaciones, ¿de qué tipo serán?
Tanta introducción, quizá por la perolata de viernes, pero todo va hacia esta chica que contaba la vida de una mujer, una de sesenta y tanto de años y yo que quizá tenga la mitad más mil, encontré tan fresco, mío y a flor de piel el sentimiento:
"Lunes, 21 de setiembre de 2009
Joaquín querido
Con taza de café aún sin terminar, vengo urgida a la PC, con el candor de una niña, con la excitación de una adolescente, con la placidez de una mujer bienquerida, a decirte que estoy tan feliz porque te hayas adueñado de mi sillón (...) por esa copa de vino que nos bebemos cuando vienes y por todos los rituales de amor que celebro contigo.
Y por la libertad que siento cuando hablo, cuando río, cuando bailamos, cuando cocino, cuando digo que No... o que Sí!
Estoy feliz por esa mujer que soy, eligiéndome cada día y por ese hombre que sos y del que me enamoro cada día.
Es 21 de setiembre (...) La primavera me lleva en andas, mientras pienso en mi cuerpo maduro, mi alma desperezada como una gata al sol, alimentándose del placer de vivir como si mañana no amaneciera y tampoco importara.
Y quiero decirte, sobre todo, que te amo con el amor que nos prometimos: un amor que siempre nos aclare la mirada y nos perfume las manos.... Sabina" De
Miralunas (solamente fueron cambiados los nombres)
Hace una año regresaba de las
Italias, de una fiesta; porque así debe hacerse, festejar, danzar,
rituar cuando se pueda, festejar diciendo cuanto te quiero.
(Fotografía desde Cualquier Lugar del Mundo, blog)