Una cosa buena de estos último tiempos, ha sido conocer poetas buenos.
Leer otra vez. Digamos que
yo no les he hablado mucho, quizá compartimos un par de cervezas,
horas sillas, lecturas que a ellos les gustan,
aún no sé si a mí.
Estos años me han envejecido... Tengo ganas de un minuto de Cigala
Luis Chavez
México D.F.
Esa foto donde ninguno sonríe
¿quién nos creerá que fue de la época buena?
los animales que imaginamos
esto que ves antes no existía. dice
esto que ves antes no existía. dice
las personas acomodan sus sombreros.
corrigen sus posturas y sonríen desde el papel.
es agosto y llueve con la voz de nina simone.
el apartamento es una cama gigante
donde se cubren las partes duras del amor.
afuera el mundo gira como siempre.
unos viven esperando el autobús de regreso.
otros adrede dan direcciones equivocadas.
en una habitación en pleno centro de san josé.
al colchón se le salen las entrañas.
faltan sillas para las preguntas.
hay noches desbordadas en los ceniceros.
ella es una niña que crece
como la santalucía entre las ranuras de concreto.
sentado frente a la lámpara.
él junta sus manos y aparece un pájaro en la pared.
mirá cómo camina este elefante. repite ella.
él enrola otro cigarrillo y cambia de canal.
se habla de dios. la muerte.
desnudos o en ropa interior.
bajo las sábanas las rodillas como cabezas atentas.
él lee cuentos con la sangre en llamas.
ella se duerme justo antes de llorar.
es la voz de nina simone y llueve como agosto.
hay latas vacías junto a las pantuflas.
ropa tendida en el alma de los dos.
desde los extremos de la mesa.
sus miradas se encuentran
como regresando de pueblos lejanos.
ella canta el blues de la negra. confunde las estrofas.
da golpecitos con el índice a su reloj.
de noche él deja sin seguro la puerta.
para que el miedo salga a caminar.
pero el tiempo no entiende de estas cosas.
para él todos son animales.
todos tienen lecciones que aprender.
y un viernes hay una grieta en el aire.
la puerta trasera abierta de par en par.
un pájaro dibujado con tiza negra vuela en la pared.
en un cajón remoto calla nina simone.
así tuvo que ser. piensa él.
que ya no frecuenta ciertos lugares.
y a veces se queda quieto de repente
cuando escucha pasos minúsculos en el cielo raso.
recuerda el tono atropellado de sus palabras:
todo el invierno es agosto
y llueve siempre como su voz
De Los animales que imaginamos, pp. 11-1.
corrigen sus posturas y sonríen desde el papel.
es agosto y llueve con la voz de nina simone.
el apartamento es una cama gigante
donde se cubren las partes duras del amor.
afuera el mundo gira como siempre.
unos viven esperando el autobús de regreso.
otros adrede dan direcciones equivocadas.
en una habitación en pleno centro de san josé.
al colchón se le salen las entrañas.
faltan sillas para las preguntas.
hay noches desbordadas en los ceniceros.
ella es una niña que crece
como la santalucía entre las ranuras de concreto.
sentado frente a la lámpara.
él junta sus manos y aparece un pájaro en la pared.
mirá cómo camina este elefante. repite ella.
él enrola otro cigarrillo y cambia de canal.
se habla de dios. la muerte.
desnudos o en ropa interior.
bajo las sábanas las rodillas como cabezas atentas.
él lee cuentos con la sangre en llamas.
ella se duerme justo antes de llorar.
es la voz de nina simone y llueve como agosto.
hay latas vacías junto a las pantuflas.
ropa tendida en el alma de los dos.
desde los extremos de la mesa.
sus miradas se encuentran
como regresando de pueblos lejanos.
ella canta el blues de la negra. confunde las estrofas.
da golpecitos con el índice a su reloj.
de noche él deja sin seguro la puerta.
para que el miedo salga a caminar.
pero el tiempo no entiende de estas cosas.
para él todos son animales.
todos tienen lecciones que aprender.
y un viernes hay una grieta en el aire.
la puerta trasera abierta de par en par.
un pájaro dibujado con tiza negra vuela en la pared.
en un cajón remoto calla nina simone.
así tuvo que ser. piensa él.
que ya no frecuenta ciertos lugares.
y a veces se queda quieto de repente
cuando escucha pasos minúsculos en el cielo raso.
recuerda el tono atropellado de sus palabras:
todo el invierno es agosto
y llueve siempre como su voz
De Los animales que imaginamos, pp. 11-1.