buscador y encontrador

diciembre 03, 2008

Un correo más que extenso (quizá te tome muchos minutos para leerlo)

Esta noche, al igual a otras noches que vengo de regreso a casa después del trabajo o cualquier tontería, que hace que pueda tomar autobús antes de las 9:30pm, se sentó un hombre junto a mi. Poca fue la atención que le di, realmente venía entretenida entre una llamada telefónica y el periódico- ya que es dificultoso leer con poca luz y en movimiento, aunque me gusta así.-

He tratado de recordar como inició la conversación segunda, ya que la de arranque trataba sobre mi capacidad de leer en oscuridad, con cierta distancia y sin lentes. Seguidamente hablamos de su vida.


Comenzó diciendo "no hay salario para la familia", inmediatamente y sin saber por qué, comprendí. Ojo, no lo digo de manera poética, ni romántica de identificación instantánea.

Tiene el hombre de la gorra 25 años de trabajar en un sitio. El sabe que es peligroso, manipula químico, los cuales reconoce, le dañan la vista -sí así arrancó la conversación siguiente-


Aunque él sabe al igual que sus compañero, del daño a su salud, de allí los hijos enfermos, deformes y discapacitados. La empresa le provee casa, agua, salario y solo le cobra una mínima parte de luz.


El está claro que si sus compañeros y él se juntan, quizá podrían hacer algo, pero lo cierto era que la organización es grande, multimillonaria -comentaba- y ellos eran ignorantes. Así, cuando por ocasiones estaban descontentos los trabajadores, la empresa llevaba gente a dar discursos, cerrando todas las actividades con algún almuerzo -así se quedaban tranquilos.-


Este lunes, él pidió permiso por un día. Vino al hospital. Tenía que ver a su hermana, quien con 65 años, tiene cáncer de pulmón -lo común parece-. La operaron, aún así ya hizo metástasis. Contaba el hombre, que el médico le pronosticó un 10% de probabilidades de sobrevivencia, por lo cual le indicó a su familia "el cuñado", que fuera "preparando" la fosa, el ataúd y toda la cuestión mortuaria.



El hombre de gorra, con 25 años a cuestas en la plantación bananera, peón agrícola del Caribe de mi país, recibió una “regañada” de sus 3 hijas (las que son normales a diferencia de los hijos de sus compañeros), quienes le reprochaban que se había marchado con solo un día de permiso y ya llevaba dos más acuestas aquí con su hermana. Sin embargo, para él era justo quedarse lo que fuera para al menos ir todas las tardes de visita.


Era su hermana, no por eso hay salario que pague la familia. Parecerá estúpido y algo ingenuo –al menos así me siento yo-, pero corrió tanto por mi cabeza en una distancia de 11 kilómetros.


Cerré el periódico, guardé el teléfono, le miré a la cara, le escuché al inicio con interés histórico (atando cabos de lo que conocía de su zona) me sorprendí, de que pareciera que nada hubiese cambiado de la historia de los 30, 70, 90 del siglo de atrás. Me sentí avergonzada ante su propia postura de él. Quise ser confidente y casi darle una palmada.


Cerramos la conversación cuando se bajó del autobús 5 paradas antes de la mía.

Reitero, sonará extraño, confirmo: fue vivir sin más y de nuevo, lo leído en los periódicos, lo investigado en la universidad. Todo tenía sabor a "no cambio", a pequeño, lo diminutos que somos, la intrascendencia de las décadas o del "desarrollo", el sin movimiento del trajín, del corre y corre sin más.



Ahora: un poco de historia

La actividad bananera nació a raíz de la falta de recursos que sufría la última etapa de la construcción del ferrocarril al atlántico. Ante tal hecho y con capital estadounidense, Minor Keith, ingeniero director de la construcción, propone cultivar productos exportables en las áreas aledañas a las vías férreas; de esta forma el siete de febrero de 1880 zarpa de Puerto Limón, rumbo a Estados Unidos el primer cargamento de banano


El producto inicia una etapa de aceptación en el mercado internacional y para el año 1884 hay 35 fincas extendidas en unos 4.000 acres, con 570.000 cepas que producen cerca de 420.000 racimos. Otros inversionistas estadounidenses invierten (...) más de 800.000 acres y el ferrocarril es concedido por 99 años a Minor Keith como contraprestación por su arreglo financiero de la deuda inglesa.


Después de la crisis de la década de 1920 Costa Rica permaneció estancada prácticamente desde 1913 hasta 1926 (...) 1900 -1930 El muy bajo nivel de los salarios pagados, así como las condiciones laborales (...) permitieron una elevada tasa de plusvalía.


La situación en Limón comenzó a tornarse caótica antes de 1927. Crónica de un periodista: "...las calles de Limon son despilfarraderos... que hay cada sima que da horror, que existen en esas calles montazales y pantanos que constituyen la mayor amenza para la salubridad pública, por ser creadores de zancudos y mosquitos transmisores de malaria y otras enfermedades.


En términos generales para 1927 el 90% de la población económicamente activa de la provincia de Limón, no tenía acceso a la propiedad; solo el 8.8% dijeron ser propietarios y este porcentaje se empleó en actividades agrícolas propias.


En 1942 un grupo de "trabajadores organizados" de las plantaciones bananeras de la United Fruit Company en Costa Rica le escribieron al Presidente de la Repùblica y le pedía que interviniera la "situaciòn angustiosa" soportada por aquellos que trabajaban (...) en la irrigación del veneno spray, destinado a curar o preservar los bananales de la enfermedad denominada sigatoka... Nosotros, los trabajadores del Spray basados en la experiencia amarga de nuestro trabajo, decimos a usted que en nosotros es corriente el dolor de cabeza, tos de la noche y mal deojos, es decir, padecemos de la vista, del cerebro, y de los pulmones, estamos muy propensos a la tuberculosis."


Muchos después de su sustitución por tecnologías más modernas, el programa de control manual de la sigatoka de la United Fruit sigió siendo, de acuerdo a uno de los principales fitopatologistas "el proyecto más grande de atomización jamás llevado a cabo en el mundo."


En Costa Rica, entre todas las actividades agrícolas, el cultivo del banano es el que utiliza mayores cantidades de agroquímicos. En promedio, en las plantaciones bananeras se aplican hasta 44kg de sustancia activa por hectárea por año. En 1987, el cultivo de banano consumiò el 35% de las importaciones de plaguicidas del país (von DUszeln 1988; Thrupp, 1988)


La incidencia de intoxicaciones laborales con plaguicidas en la provincia de Limón (la principal productora de banano para exportación) respecto al resto del país es de un 77%. La incidencia de intoxicaciones laborales en el cultivo del banano fue de 59.9% y 63.9% en 1995 y 1996, respectivamente, con respecto a los otros cultivos agrícolas en Costa Rica.)


Las áreas de mayor producción bananera, que abarcan la Región Atlántica y el cantón de Sarapiquí, en la Región Huetar Norte, presentan, la mayor incidencia de intoxicaciones por plaguicidas en Costa Rica: 63 de cada 1.000 trabajadores bananeros presentan problemas.


En el país, para 1990, el 75 y 78% de los trabajadores intoxicados correspondían a trabajadores de campo en Limón y Guápiles, respectivamente. De esos porcentajes, el 25 y 20% eran trabajadoras de las plantaciones empacadoras. El 17% de las denuncias correspondian a mujeres incluidas mujeres embarazadas. Debido a la alta incidencia en las intoxicaciones se ha determinado que las mujeres tienen más problemas en las plantas empacadoras (79%), mientras que los hombres presentan más accidentes durante la aplicación de la plaguicidas (62%) (Vergara, 1991)

La tasa calculada de intoxicaciones laborales en la actividad bananera es de 6,4% de trabajadores agrícolas bananeros con denuncias por intoxicaciones con plaguicidas por año, cifra que representa más de un 100% de diferencia con respecto al 3% de intoxicaciones en los trabajadores agrícolas de los países en desarrollo (WHO/UNEP, 1990).


Con respecto a las intoxicanciones crónicas y efectos a largo plazo, el caso de mayor conocimiento y de gran alarma ha sido el de la esterilización de más de 20 mil trabajadores de las zonas bananeras de Costa Rica, expuestos al DBCP en los años setenta (Ramírez y Ramírez, 1980; Thrupp, 1191)


Facio Brenes, Rodrigo. Estudio sobre Economía Costarricense.

Viales Hurtado, Rony José. Después del enclave 1927-1950

Marquart, Steve. Pesticidas, pericos y sindicatos en la industria bananera costarricense, 1938-1962

Amador Marvin y Yamileth Astorga. Banano que envenena. Foro Emaús

diciembre 01, 2008

un cielo que no es mi cielo

y al final... canciones tristes

Es un blog como muchos que uno descubre cuando se convierte en blognauta. En principio no es un sitio tan distinto a otros escritos por cualquier persona. -Hay tanto allá afuera que es dicho y que no alcanza el tiempo para escuchar,- a mi me gusta visitarlo a veces.

Cuando me "colo" en uno de los espacios construidos de manera similar a este, entre otros sentimientos encuentro algún viso de identificación. Me invade un tanto el pensamiento de ¿por qué demonios sigo escribiendo?, si los otros lo hacen genial. Llega la sorpresa de este mar de gente en la vida cotidiana virtual. Me dan ganas de seguir buscando, cansancio de tanto que hay allí. Resumo, también se ha convertido en oficio esto de ser buceadora de la red.

Entonces, me declaro culpable de hurto lo que anoto y ato al asta de mi espacio, porque yo también he sentido así, aunque las palabras no son las de mi autoría:

... Vista cansada... (o ya no te veo, o"hipermetroastigmatismo visual")

"Existen dos motivos principales por los que soy capaz de temblar: porque tengo mucho frío o porque pienso en el día en que me dijiste que no me ibas a olvidar. De entre estos dos motivos, cíclicamente tiemblo de frío pero ya casi nunca pienso en si me has olvidado. El olvido es un abrazo y un puñal. Es como querer y perdonar a la vez. Es como dolerte. Supongo que por eso prefiero no pensar en él.

Cuando duermo procuro no soñar con cosas extrañas como que puedo volar, o que hacemos el amor, porque sé que luego cuando despierte voy a echarte mucho de menos. Pero yo ya no mando en mis sueños. Lo procuro pero no lo consigo. En mis sueños follamos y volamos. Existimos.

Te quiero dar las gracias por cualquiera de las veces en las que has estado en mis sueños, aunque no te haya avisado o lo haya hecho con poco tiempo.

Porque eres, cuando estás, cuando te pienso, cuando te quiero y cuando me existes, como aquellas bolitas de luz que brillan en los cielos de noche y que algunos piensan que son estrellas, pero que en verdad somos tú y yo antes de volver a nacer.

Supongo que te quiero, porque sigues haciendo que todo esto sea misterioso y especial."

noviembre 30, 2008

Walter

En mi barrio al igual que en todos los vecindarios, hay un loco, una de esas personas que deambulan por las calles, confundiéndose con vagabundos o mendigos. Algunas veces anda descalzo otras tantas abrigado, con el cabello perfectamente recortado -los días de mejor estado- y prendidos los ojos de loco permanente.

Algo agresivo, esa es la afirmación de las casas que le conocen la locura. Sin embargo, no sé de nadie que haya sido golpeado o maltratado por él. Todo se resume a "palabritas-palabrotas", tirar cosas o pedir tabaco y, en sus épocas de "peores crisis", solo camina por días, a veces con un libro entre las manos, o guturando palabras cual rezo, recoge basura, o se sienta a la entrada de una casa del vecindario mirando hacia la calle, lo que nosotros no podemos ver.

No es la clase de persona que pierde tornillos, engranajes y resortes con los años; "siempre" ha llevado semejante envestidura, desde joven fue así, de hecho no conozco la historia, no la he preguntado. Tampoco le miro a los ojos, pues es una provocación, no le cruzo palabra, no asisto a ningún espacio que él vaya, no hemos comido juntos, pero me es tan familiar, casi diría que le tengo algún afecto, podría ser porque me significa parte de la vida que se ha construido en este sitio.

Ayer, estaba sentado en las gradas de una de las casas de la “cuesta”, pasaba yo por ahí cuando una mujer le gritó que se fuera a su casa, a lo que él contestó, sí ya sé pronto me iré.
Hoy llueve a cantaros, me pregunto dónde estará sentado.

noviembre 28, 2008

El viernes de mi noche

En medio de la pradera urbana, tapizada de adoquines, huecos, alcantarillas un tanto descubiertas y alguna que otra venta ambulante, estoy. Aquí donde me dejaste, donde decidí quedarme por unos minutos, con la impresión de haberme perdido y esperando a que alguien me encuentre.

No hay desánimo, ni ganas de abdicación, solo estoy cansada y por mucho. Con las venas algo rotas ya que por los fríos de la noche, el laboratorista no encontraba camino y decidió picarme como una fresa o como un recuerdo de un cristo.

Ha llovido mucho estos días, demasiado puedo decir, lo que ha inundado casas, escuelas, pueblos, plantaciones, gente y vida, deslizamientos, pérdidas, fríos y piedras han competido en las noticias de primera plana.

Ya es viernes, hora de ir a cualquier cosa. Desconectar por horas, por minutos, e inclusive las manecillas del reloj. Estoy lista para que comience el sol. Quiero una semana algo diferente, podría ser una de esas con cafés, tertulia, horas para deshojar y cosillas así.

noviembre 24, 2008

El comienzo de un cuento

"A veces miro a la pared y veo manchas, y esas manchas me recuerdan a manchas en tu piel, y tu piel me recuerda a pequeños momentos de felicidad, como mirarte a los ojos y no decirte nada, porque tú ya lo sabes (...) Y termino pensando en tu piel y en mis ganas de ensuciarlo todo.

Otras veces te veo mirar por la ventana buscando un mundo mejor en el que acolcharnos, a pesar de todos mis temores relativos a los mundos mejores y a las palabras que contienen la "hache". Pero si te veo mirar en mi ventana, puedo decir muy alto cucaracha, chocolate y pacharán y me siento tremendamente a salvo. Tremendamente contigo." Baba sule

Hay días que me encantaría decirte “exíliate conmigo”. No sé que significa, pero hagámoslo. Quizá podamos en otro mundo vivir sin tanta prisa, bastando así solo un paso, -aunque reconozco que el vértigo y el castigo son grandes.

Podría ser que se pueda aparecer en otra tierra, con pretexto de cualquier noticia y pensando en una forma de mirar. Y sin embargo, sé que es difícil amanecer en otras venas con poca explicación, pretendiendo que sin memoria, sin pasado y sin temor.

Pero no te asustes si dicen por ahí que han visto profunda ensoñación, porque solo juego a escribir historietas, tal como imaginar Marte con un poco de población; a montar un minibar o un restaurante de manzana, pan y quesos, yo por las noches podría servir las mesas sin techo o bien inventar sabores de helados.

Por lo tanto, no hay que dejarse llevar por tales libros, noticias, chismes, folios y escritos. Si bien es cierto salgo sin cabeza a veces, deliro por las esquinas y escribo semejantes cosas, nunca salgo por allí sin el corazón y con lo que implica.

Hoy yo solo jugaba a existir de otro modo.

noviembre 18, 2008

Bicicletas con alas de gorrión

"Un niño de sonrisa ancha vuela sobre montañas de viento, con su bicicleta con alas de gorrión. Al cruzar la enredadera del cielo tropieza con un pájaro negro y lo hace rebotar con los rayos de un sol gigante." Laureano Asolí

Hoy llueve que es una desgracia.

Al menos quienes me conocen saben que la lluvia me es más que grata, pero si hay algo que no me gusta es la lluvia fría, la que se acompaña de un viento helado como si se le congelara a uno el tuétano. Llueve así esta noche, es noviembre en sus últimos días, pronto acabará la temporada oficial de huracanes 2008, estoy casi que aplaudo a 6 manos porque necesito sol que me renueve mi pasión por las tormentas.

Resumo: en esta noche algo fría, que sin melancolía digo que desearía estar en otro lugar y por qué no bajo las cobijas, me decidí a colgar cualquier tristeza, a cambio me iré a dormir en el mundo onírico donde espero encontrarte: Antigua.

noviembre 16, 2008

La persistencia de la memoria

A veces sin enterarnos, la mirada nuestra cambia de luz incendiaria a profunda melancolía, de luchador que ve pocas puertas de salida a descanso temporal, de rojo dolor a azul de tarde tranquila o bien de guerra no provocada a solicitud de tregua.

A veces sin darnos cuenta, los ojos se endurecen por meses, las noches blandas pasan sin ser sentidas y los pensamientos se quedan atrapados en telarañas que mascullas repetidamente como el tabaco denso y consistente.

El tiempo pasa (es algo que ya conocemos), ¡cómo cambiamos! (se nos nota), nos damos cuenta de todo y a su vez de nada, pareciera que solo sumamos, como si tejiéramos un dique con piedrecillas, todos los días colocamos una sobre otra, una junto a otra, una después de otra, una seguidamente a otra. Hay buena argamasa, pega bien, eso parece, aún así pueden darse filtraciones también.

Sí avanza, todo avanza, por ocasiones como un anuncio breve cual telegrama, pero profundo como la noticia urgente que es despachada. Sí todo cambia, hasta la ternura, las miradas endurecidas, los viejos conflictos, los pulmones jóvenes, las lozanías de los viejos y las madureces de los nuevos.

Me pregunto, ¿cómo estaremos de hoy en un año?

noviembre 15, 2008

Leónidas

"Las Leónidas son una lluvia de meteoros que se producen cada año entre el 15 y el 21 de noviembre (...) para el 2001 se registró una Tasa Horaria Zenital máxima de 150 meteoros por hora" Sin embargo fue la actividad de 1998 la que rompió con todos los esquemas desarrollados hasta ese momento.

En este mundo, algún día, ya no habrá un lugar donde se pueda encontrar la oscuridad propia de la noche, que a su vez se acompaña de esos sonidos en su derredor. Además de los cuerpos que dicen presente solo a esas horas y de los pensamientos que asoman en tal condición.

Entonces morirá la noche, porque los diurnos en el afán de colgar estrellas de vidrio y plástico con forma de farolas, habremos acabado ese espacio y con parte de la vida, la que se presenta durante las oscuridades, la que se renueva en esas horas.

Nací en un valle donde he invertido al menos la mitad de mi existencia; es como una olla profunda, irregular y calada por el uso. Se "puede tocar" su forma de valle cuando se recorre de norte a sur, de este a oeste, de borde a borde. La diferencia ahora de hace treinta años atrás, radica en que se divisa casi claramente sus líneas finales pues en todo su borde cuelgan luces de casas, calles, sitios como bares y pequeñas pulperías. Es así como "amante silenciosa" de esas horas sin sol, que noto lo difícil de encontrar un espacio público, habitable aunque fuera por unos minutos, sin nada más que la noche.

Ciertamente en el crecer, nosotros inventamos pequeñas y grandes necesidades, tanto o más como pretextos, deudas y hambres, en ese trajín, tengo claro que algún día "construiremos" un apagón, uno universal. Tal vez entonces en medio de semejante sorpresa y el estupor, haya fiesta, pánico, preocupación, cuestionamiento y teoría.

Quizá allí las personas estaremos llamadas otra vez a inventar vivirnos dentro de la noche, a encontrar cobijo y no abandono en el silencio, a mirar con otros sentidos o dividir mejor el recurso.

No es fantasía pensar que todos los días vamos decidiendo si imperará la noche o el día, pues apesar de tener un favorito, reconozco que ambos se necesitan.

noviembre 11, 2008

"Con su vestido nuevo comprado ayer en una tienda del centro, la muerte asiste al concierto. Está sentada sola, en el palco de primera y, como hizo durante el ensayo, mira al violonchelista (...) No fue el único de los músicos en darse cuenta de su presencia (...) era guapa, quizá no la más guapa de entre la asistencia femenina, pero guapa de un modo indefinible, particular, no explicable con palabras, como un verso cuyo sentido último, si es que tal cosa existe en un verso, continuamente escapa al traductor. Y por fin porque su figura aislada, allí en el palco, rodeada de vacío y ausencia por todos los lados, como si habitase la nada, parecía ser la expresión de la soledad más absoluta." Las intermitencias de la muerte, José Saramago.

Milner (extrañísimo nombre) se llamaba uno de los amigos de mis sobrinos, quien murió ahogado a los 23 años de edad este fin de semana. Inevitablemente el agua (la que debería aprender a amar diferente), me recuerda a Kevin un sujeto único, importante para mí, con quien además trabajé y quien murió a los 27 años de edad ahogado también. Juan William, Clarissa, Carmita, Nidia, Sabina, Antolina nombres todos que pertenecen a otras personas ahora y que pertenecieron a quienes fueron vivos míos.

La fiesta del día de los muertos en México, la del 2 de noviembre, me encanta. Estoy segura que no es por morbo, aunque sí con medida curiosa, quizá con envidia, con mirada ansiosa, algo distante, casi antropóloga sin mayor oficio en su espacio, una forma de querer entender diferente.

Me atrapa el aroma del incienso y el copal de los mercados, o de las flores de zempasúchitl en los cementerios, los adornos y las calaveritas de azúcar que ya se encuentran por todo el año. Aunque reconozco que aún me falta el pan de muertos y las bebidas diversas, además de los adornos en los panteones y la ofrenda a los difuntos. Sin embargo ante tal escenario es imposible pensar que no es un mundo mágico el día de los santos difuntos en tal país.

Si alguien me preguntara que cosas me hacen daño, quizá, de vez en cuando, bajo ciertas circunstancias, podría afirmar que la muerte. No sé explicarlo, no le temo a esta, pero me invade un no se qué cuando la pienso.

Podría ser mi educación con algún tufillo religioso, la cual se metió entre mi piel y huesos, la causante de ese “desencaje de la vida a partir de la muerte”, aunque debo confesar que es más que eso. Lo que me recurre, es que me invade un sentimiento "abandono", porque es jodido quedarse queriendo, con los sentimientos en las manos y sin depositario de estos, hasta el día en que decides o sucede (si eso pasa), que lo que "cargas" deberás dejarlo "abandonado" en alguna esquina, porque sino vos serás el siguiente en la lista de la muerte pero por tristeza y compungimiento.

Quizá por exorcismo, como forma de conocerla mejor (a la muerte), para darle su luto, su espacio y esas cosas, debamos organizar más seguido por este lado del mundo latino, grupos de coplas, versos y rimas, fumadas, comidas, dulces y tomatingas, fiesta y parranda para los muertos muy muertos y para los muertos muy vivos, para los vivos que deberían haberse ido y todos los demás.

En todo caso solo estamos hablando del ciclo natural de vida, el que unos llevan mejor que otros, a algunos nos toma por sorpresa.

noviembre 05, 2008

Le biser- Auguste Rodin

Lento, ligero, inicial, de cierre
apenas un roce, un encuentro en ciernes

dulce humedad,
a quien la lluvia no le importa

provocación
de esquina adversa
evocación en tiempo, de alegría, y tristeza

menta recién partida
aceite en la piel
romero sobre la mesa
quizá un poco de ciruela fresca

café humeante con pan, queso y natillas

una flor de naranjo en el pelo
mirarse al espejo
viéndose más bello

golpe uno, golpe dos = latido uno, latido dos
exhala, inhala, no inhala, no exhala
todo tiene una connotación
resta de distancias,
suma de encuentros
una vida por un beso

noviembre 03, 2008

De regreso

Después de un mes que fue duro por muchas cosas, tal como atarme los dedos durante los primeros días, ya que me recorría un cosquilleo con deseos de escribir en el blog. Sin embargo quería seguir mi decisión como ermitaña, la de no permitirme anotar nada, sino dar espacio a otras cosas.

A su vez el calendario estuvo matizado de días extensos como el invierno de techo cerrado, en donde parecía no levantar cabeza nada, tratando a la vez de ponerme al hilo, junto a una sensación de que no daba cuerda, que no daba pie en bola. Por mal citar algo de ayer: "con el frío en la médula, instalado en la manija, en el cuerpo, en la ropa, en la ventana", el frío de la pobreza. Además estaba allí otra vez, esa especie de tranquilidad con visos de tristeza.

Se suma la intensidad de intentar cumplir con las responsabilidades, el volumen de trabajo que en estos días nos inundan a todos con su peso de plomo y grava. Finalmente una lucha laboral, algo tonto, básico quizá, algo sencillo (trasladar a alguien de puesto fuera de mi oficina), algo que finalmente terminó mal y con gente resentida.

El mes de octubre estaba entre el día de brujas, las vísperas de muertos y los sinsentidos cotidianos. Es así como llegué a tener la sensación de carnicería y lucha por el hueso, los ojos y el dinero.

He de confesar que no todo quedó tal cual, porque finalmente como ese regalo que no te das cuenta que lo necesitabas y deseabas. Llegó lo inesperado de la mano de lo deseado, sonriendo como niño recién atrapado, quien no dejará de hacer la travesura, ahora matizada con conocimiento, sentido y deseo a flor de piel.

Así apareció y comenzó con la mano amiga, a veces prófuga, otros tanto provocadora, la que sostiene y acaricia, la que toma tiempo, la que mueve la página, golpea el tabaco en la lata de cerveza, la que desmenuza la cabeza del langostino, la que recorre el borde de la sonrisa. Qué bien que existen manos, que bien que estas van "atadas" a un cuerpo, donde entre independientes, reaccionarias, dueñas de un albedrío propio de la extremidad, pero a su vez de relación escabrosa y permanente con la cabeza, manifiestan el inicio de historias que de un solo golpe o de manera lenta, pausada y sabrosa, calientan, adormecen, tranquilizan, quieren en los días nublados y las noches interminables.

Ya estoy de regreso, sí llegó noviembre, faltan dos meses y el año se habrá ido, vendrá reyes y yo tendré deseos por cumplir, así como regalos que dar. ¡Como se suceden los meses!, ya octubre no está en el calendario 2008..

octubre 28, 2008

El color de mis sonidos

No tengo la habilidad de tocar instrumento alguno y menos de poder entonar algo, a duras penas se de teoría musical lo que sabe un niño de Kafka a los cinco años. Aún no he aprendido el orden de todos los instrumentos en una orquesta, ni creo que lo vaya a hacer finalmente. Sin embargo reconozco que disfruto la música como un enano en campo floreado y sin alergia de primavera. Es decir me gusta la textura, el movmiento, el color de los sonidos, la música que despide la cotidaneidad que a veces me revienta la paciencia también.


Hace algunas semanas miraba pedazos de un documental que trataba sobre la sordera congénita, la que ahora puede corregirse a partir de un implante cócleo. Es así como se mencionaba el proceso que vivían dos personas, una pareja que por 60 años, más o menos fueron sordos, es decir desde su nacimiento.

La cosa continuaba con el proceso de adaptación de ellos y el cómo adecuaron los espacios con luces y movimiento para poder "notar" los sonidos de sus hijos; pero también trataba de sus hijos del cómo se incorporaron a la dinámica de los padres que escuchaban con las manos y los pies por medio de vibraciones.

Posteriormente me enteré de la discusión que se lleva en algunos sitios de Estados Unidos acerca de todo el tema de cultura de los sordos, en donde hay personas que debaten el derecho y la cultura de ser sordos, de no incorporarse a ese mundo de ruido y sonido.

Qué fina es la línea verdad, la de elegir que debe o no ser para una persona; en la cual algo que fue extraño para ellos por tanto tiempo, fue deseado, soñado y añorado, se convirtió en un proceso de nueva adaptación. ¿De qué hablo? del implante coclear que vivió esta pareja, les hizo enfrentar nuevas situaciones: uno evolucionando más que el otro, uno sintiéndose culpable porque el otro no evolucionaba, ambos temiendo mucho y contando poco, uno tomando la decisión de escuchar como esa forma de vivir y el otro de desconectar también como la decisión de vivir; uno viviendo cada cosa como una aventura el otro como un castigo aunque fuese el mismo tema, fue entonces cuando uno entró al lava autos cinco, cien veces para sentir los sonidos del agua, de algo que no significaba nada más que el movimiento, el otro responsabilizaba a los sonidos de su propio dolor.

El silencio es tan valioso, es tan único tan particular, como la lectura de un libro, cada vez que este es visitado por alguien es casi que vuelto a escribir, es nuevamente vivido. En la otra mano el sonido, el que te permite distinguir el "ánimo", la condición, la procedencia, el que te recuerda que hasta caminar sobre el pasto fresco, verde, corto y húmedo tiene ondas, el que hace un vínculo suave o intenso entre la roca tirada sobre el agua mansa y la mano, el ojo y el oído.

Alguna vez pensé en un "sentido que pudiese sacrificar", hoy no estoy tan segura y me doy cuenta que cada parte tiene su tarea. El elegir uno de estos por sobre el otro me llevará no solo al imperio de un sentido sobre los otros, sino también a una nueva lectura, a una realidad diferente, a resultados distintos aunque parezcan lo mismo. En fin, hay mucho que hilar en torno a esto y lo que escribo solo es un arranque.

octubre 19, 2008

El boomerang

Siempre ha llamado mi atención ese implemento que atribuían a los aborígenes australianos, y que más bien pareciera que es del noreste de África, o del sur de California y hasta de la India, dicen algunos. El asunto es que me gustaría aprender a usarlo, pero volviendo a boomeran(g) Sergio Ramírez, político y escritor nicaragüense, quien se hizo escritor alimentado por historietas, radionovelas y cine (según el dice), tiene un blog con ese nombre: http://www.elboomeran.com/blog/7/sergio-ramirez/

Lo que sigue, es de uno de sus libros, no de su espacio, pero si hay tiempo, quizá visitarlo no cae mal. Nadie dice que hay que compartir lo que manifiesta, yo no lo hago necesariamente. Sin embargo, en esta región con
tanta necesidad de proposición, él podría ser alguien que propone...

"La imaginación empieza con el acto de ver sin ser dado tocar. Alguien imaginó primero el origen de las estrellas y pasaron milenios antes de que otro alguien pudiera medir sus distancias. La expansión de la mente hacia un estado gaseoso es la imaginación, el primer estado del pensamiento racional. Razón y representación son entonces uno mismo. Ese acto no tiene ni antecedentes, ni sustitutos. Y aquel que piensa imaginando, necesita representar en el lenguaje no sólo lo que imagina, también la propia realidad que lo circunda; una representación, esta última, que desde entonces e inevitablemente estará teñida con los mismos colores de la imaginación." Mentiras verdaderas, Sergio Ramírez.

octubre 08, 2008

Sub y Sab (subcomandante marcos y joaquin sabina)

Según las leyendas urbanas, que abundan más ahora que vivimos en urbes todos aglomerados, la canción que les copio la escribió Joaquín Sabina a partir de una solicitud del subcomandante Marcos, quien deseaba decirle a su embajadora de fuego, la mujer que quería, que apesar de todo él estaba allí.

Para quienes no saben de Marcos, él es líder principal del grupo armado indígena mexicano llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), mismo que apareciera en escena el 1 de enero de 1994, cuando lanzaron una ofensiva militar en la que tomaron seis cabeceras municipales del estado sureño mexicano de Chiapas, para demandar democracia, libertad, tierra, pan y justicia para los indígenas.

No puedo dar fe de semejante cosa, no es necesario, al menos para mi la canción es suficiente por ella sola. Escucharla vale, el Sabina casi no canta, pero la siente.

Como si llegaran a buen puerto mis ansias,

como si hubiera donde hacerse fuerte,

como si hubiera por fin destino para mis pasos,

como si encontrara mi verdad primera,

como traerse al hoy cada mañana,

como un suspiro profundo y quedo,

como un dolor de muelas aliviado,

como lo imposible por fin hecho,

como si alguien de veras me quisiera,

como si al fin un buen poema me saliera...

una oración.

Como si la arena cantara en el desierto

los cantos de sirena del mar Muerto,

como si para crecer sobraran las escaleras,

como si escribiera un ciego un libro abierto.

Ven a poblar el zócalo de ojos,

siembra de migas de pan caliente

mis canas de alcanfor adolescente.



octubre 05, 2008

Todos los uruguayos (III) final

Cierro con dos escritores "más recientes" Eduardo Galeano y Cristina Peri Rossi, el primero más conocido que la segunda. A veces con Galeano me sucede que, lo siento tomador de ideas o de formas de Cortázar, quizá solo soy yo o mi neurosis... sin embargo lo que digo no le quita lo grandioso, él inicia.

Lecciones contra los vicios inútiles.
"El desempleo multiplica la delincuencia, y los salarios humillantes la estimulan. Nunca tuvo tanta actualidad el viejo proverbio que enseña: El vivo vive del bobo, y el bobo de su trabajo. En cambio, ya nadie dice, porque nadie lo creería aquello de trabaja y prosperarás.

El derecho laboral se está reduciendo al derecho de trabajar por lo que quieran pagarte y en las condiciones que quieran imponerte. El trabajo es el vicio más inútil. No hay en el mundo mercancía más barata que la mano de obra. Mientras caen los salarios y aumentan los horarios, el mundo laboral vomita gente. Tómelo o déjelo, que la cola es larga."

Cristina Peri Rossi ha escrito más de lo que conozco y traducido más de otros. Yo me sorprendo cuando la visito, me gusta su forma.

Distancia justa en el libro Otra vez eros
"En el amor, y el boxeo
todo es cuestión de distancia.
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo
digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas."