buscador y encontrador

abril 25, 2009

Ayer

Ayer, podría decir que estaba con ganas de hacer lo del cacuy de Girondo, solo como la forma de poder sacar el extraño sabor de la semana, lo que esto signifique en mi cabeza. Miraba la tarde apagarse detrás de las montañas del suroeste, la veía desde mi ventana del sexto piso y me cayó encima cierta "sodade", o quizá solo fue el pretexto justo para buscar a Evora y que ella cantara nostalgia por mi.


Ya acaba abril, no es un mes que particularmente me guste, tiene su no se qué escondido, aunque fue hace un año que comenzó a caminar este blog, gracias a que alguien me empujó quizá sin darse cuenta, entonces comencé a asomarme por este lado. Quizá el mes no sea tan oscuro...


LLORAR A LÁGRIMA VIVA...
"Llorar a lágrima viva.

Llorar a chorros.

Llorar la digestión.

Llorar el sueño.

Llorar ante las puertas y los puertos.

Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas, las compuertas del llanto.

Empaparnos el alma, la camiseta.

Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología, llorando.

Festejar los cumpleaños familiares, llorando.

Atravesar el África, llorando.

Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...

si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo, pero llorarlo bien.

Llorarlo con la nariz, con las rodillas.

Llorarlo por el ombligo, por la boca.

Llorar de amor, de hastío, de alegría.

Llorar de frac, de flato, de flacura.

Llorar improvisando, de memoria

¡Llorar todo el insomnio y todo el día!"


abril 23, 2009

En el mes del cumple: Gaviota de Amalia Rodrigues

Una de mis queridas y cercanas, quien se brinca todos los días la distancia que implica estar al otro lado del atlántico o a este lado del pacífico donde las aguas cambian de nombre, me decía que si yo andaba buscando cosas nuevas para renovar el espacio, pues por qué no anotaba algo de fado.

Yo conozco de esta música tan poco, por no darme el asiento de decir "que nada". En estos lugares como el mio, quizá por lo joven de los días, las personas y los ambientes, es un poco difícil encontrar algunas cosas.

Digo encontar por el chance de cruzarte con gente conocedora del tema, porque aunque tenga tiempo no es tanto para navegar por todos los sitios de la virtualidad musical y sobretodo porque soy medio sorda, con lo cual casi podría llegar a un fracaso de gustos.

Esencial es la música para mi, aunque ahora no tanto como antes. En el pasado dormir, ducharse, comer, caminar descalza, llover, todo tenía y llevaba tonadas. Ahora no todas las melodías son recibidas y el silencio se hace más importante para mi (realmente estoy envejeciendo).

Intenté algo de fado, aunque estuve tentada por el día a dejar algo de blues de Cabo Verde, sí ya saben algo de la conocida y dolorosa pero vital de Cesaria Évora, será entonces para otro día.

abril 21, 2009

Simples arrumacos

Siempre es bueno descansar, ¿a poco y no nos viene bien a todos?
Algodón de azúcar.
Ducha tibia.
Masaje en la espalda.
Crema de lavanda en el cuerpo.
Tarde de verano.
Lirios inundando todo el lugar.
El gato durmiendo.
El perro también.
Café recién preparado con cáscara de limón.
Nada que pese en la cabeza. (no hoy)
Los ojos cerrados.
El viento apenas presente.
Dejarse llevar.
Mi música, ¿cuál?, cualquiera.
Anuncios de noche joven.
Ventana sin cortinas.
Tranquilidad posible alrededor.
Pasos conocidos.
Deseo latente.
Un poco de risas.
El tiempo no cuenta.
Volvamos a comenzar. Arrumacos: mirada cómplice, roce, trampa, ducha recién tomada, dejarse llevar, sin nada que agregar, tiempo de sobra...

abril 18, 2009

En el mes del cumple: Una nueva uruguaya, Idea Vilariño

Alguna vez ya no estaremos ninguno de nosotros, los que leemos, escribimos, lloramos, amamos, cometemos delitos. Somos en el ahora. El curso de la vida es así. Llámese a esto sabiduría, dureza, inescrutabilidad, naturaleza, normalidad.

A pesar de que no estaremos y ya ni siquiera recordaremos lo que no se puede recordar, porque no seguiremos más, porque el olvido es regla durante la vida y después de esta, habrá un momento, en dónde un solo movimiento dejará al descubierto quienes hemos sido, lo que hemos escrito, a quienes hemos llegado y perdido.

Entonces, quizá algunos nos considerarán afortunados y nosotros nos consideraremos hallados bajo un golpe de suerte. En medio del olvido seremos memoria nuevamente y por un tiempo más.

Para todos los mios, recordados y olvidados, para mis vivos y muertos, lo que quizá no llegará:

Lo que siento por ti

"Lo que siento por ti es tan difícil.
No es de rosas abriéndose en el agua.
Lo que siento por ti. Esto que rueda
o se quiebra con tantos gestos tuyos
o que con tus palabras despedazas
y que luego incorporas en un gesto
y me invade en las horas amarillas
y me deja una dulce sed doblada.
Lo que siento por ti, tan doloroso
como pobre luz de estrellas
que llega dolorida y fatigada.
Lo que siento por ti, y que sin embargo
anda tanto que a veces no te llega."


Idea Vilariño
(uruguaya, generación del 45 con ahora 88 años y viviendo en un asilo de ancianos, según leí en el sindicato del mono degollado, quién diría que es de la generación del onetti y del benedetti...)

abril 16, 2009

A media voz

A veces vamos a media voz, a medio motor, a media máquina, con los dedos cruzados, preguntándonos si llegaremos o nos extraviaremos. Otras ocasiones aunque vamos a toda voz, todo motor, toda máquina, caminamos poco y allí tampoco sabremos si lograremos llegar. Recorremos con la mirada hacia abajo encontrando el cuerpo gastado y un tanto ajado, como si en el trajín hubiésemos perdido tanto, que la banca rota es evidente.

Hay momentos donde nos extraviamos, nos encontramos con ninguno o pocos recurso y no nos damos cuenta cómo, por qué, quién, cuando y dónde sucedió...

¿DÓNDE?
¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?

¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asomado a la angustia, al engaño, a lo verde?...
No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco, adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror, al delirio.
No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,

en el fondo del sueño,
del eco, del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba."
Oliverio Girondo

abril 11, 2009

En el mes del sitio, otros dos en proceso de conocer: un fotógrafo francés y un escritor japonés

"Je suis devenu photographe parce que je n'ai pas de mémoire. La photographie me permet de reconstituer les albums de famille que je n'ai jamais eus, dont les images manquantes sont devenues le moteur de mes recherches. Mes planches-contacts sont mon journal intime." Patrick Zachmann ( fotógrafo francés)

Hay ojos, manos, oídos, narices, cabezas y bocas que permiten como puente, la excusa de entrar en otros mundos a los cuales y por otra manera no tendrías tiquete alguno, quizá porque no sabes de su existencia, quizá porque llegaste tarde para poder ser parte, quizá porque aún no existen. Que disfruten...

"Perfil de una gran ciudad Captamos esta imagen desde las alturas, a través de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto. En el amplio panorama, la ciudad parece un gigante ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpúsculos entrelazados. Innumerables vasos sanguíneos se extienden hasta el último rincón de ese cuerpo imposible de definir, transportan sangre, renuevan sin descanso células. Envían información nueva y retiran información vieja. Envían consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envían contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazón parpadea todo el cuerpo, se inflama de fiebre, bulle. La medianoche se acerca y, una vez superado el momento de la máxima actividad, el metabolismo basal sigue, sin flaquear, a fin de mantener el cuerpo con vida. Suyo es el zumbido que emite la ciudad en un bajo sostenido. Un zumbido sin vicisitudes, monótono, aunque lleno de presentimientos." After dark, Haruki Murakami.

abril 07, 2009

En el mes del sitio: dos chicos de nortes diferentes, un ilustrador estadounidense y un escritor español

Con nosotros -la humanidad- a veces el tiempo parece no transcurrir. Sin temor de convocar la espiral de la repetición, es obvio decir que la historia cuenta con hechos tan similares multiplicados en cientos de escenarios a lo largo de su transcurso; que quizá por eso, cuando leemos o hayamos a unos y otros tenemos cierto sabor de "ya vivido", de reconocido, de aún no aprendido.


Sorpresivamente, sin pensar, como cuando me tropiezo fuerte y pierdo el equilibrio -cosa que sucedió fatídicamente uno de estos días-, me topé con dos personajes, los cuales andaba buscando desde hace rato - he de dar gracias a la red en este caso-, uno un poeta, el otro un ilustrador.


Un bocado de ambos, un deseo: que lo disfruten...


"Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:

que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos." León Felipe

abril 03, 2009

Algún lugar donde llegar

Yo que estoy al borde por 11 meses de lluvia. Dando las gracias por semana justa de maravilloso sol, el que sí parecía de estación seca, tengo que comunicar que llueve hoy.

Esta noche si parece de trópico: húmeda, cargada, sudada, tensa en el ambiente, deseosa de que la bañen un poco, con aire denso, calor que no merma, mosquitos, olor mezclado. Así que sin saber dónde es mi lugar, digo si entre la lluvia o la sequedad, debo decir bienvenida. Me estoy dando cuenta de que debido a eso, pronto me iré a la cama, en donde seremos esta y yo, no más medidas de distancia o protección.

Dormir a pierna tendida, dejar que el descanso no tenga horario para el trabajo y abandonar todo, cada cosa, detalle, esperanza, ganas, temor, el profundo cansancio, abdicar y solo dormir.

abril 01, 2009

Por las noches que viajamos

Cuando uno aborda un autobús o un tren, entra por una puerta de alguna microcomunidad. A mi me gusta sentarme atrás, pues puedo ver quien entra o sale, además "mi asiento" es justo donde se encuentran las llantas debajo, así que los compensadores ayudan a no sentir tanto golpeteo de la carretera carpeteada y recarpeteada como una sábana armada de retazos.

La noche de hoy estaba algo aburrida, "todos" andaban preocupados por el partido de fútbol. Huele a lixiviados.

El señor del asiento tercero come una mandarina (olor demasiado intenso para mi). Una niña de bien quizá con 30 años encima, vestida elegantemente. Una chica cerca de los 20 con un cutis de porcelana y ropas de oficina (generalmente le veo a ciertas horas). El indigente que logró subirse (él también tiene dinero suficiente para el pasaje, bien) se transforma y en una esquina mezcla el alcohol barato de la botella roja con jugo (tomo de esa aguardiente también) y bebe, luego abre una paquete con embutidos y come (lo se porque está diagonal a mi) En el asiento de la par un chico con pinta universitaria (ustedes saben joven no adolescente, algo hippie con un pin del "che") escuchando música.

Los asientos de la mitad del autobús hacia atrás con graffitis pequeños hechos con marcador que dibujan nombres o consignas. Dos asientos son los que quedan para el final. Escucho un cabrón, alguien salta fuera del autobús, el chico hippie se va "espantado" corriendo detrás igualmente saltando a la calle.

Resumen: fue asaltado en solo unos segundos. No parece haberse dado cuenta ninguno de los pasajeros, corrijo: el asaltado, una pareja en la última fila del autobús y el asaltante sí se dieron por enterados.

Hace unas noches atrás fue una gorra, anteriormente un bolsito, las ventas "autobuseras" han aumentado, los que piden dinero por su salud, por su casa, por su vida, las noticias de asaltos, heridos, chocados y muertos aparecen por doquier. A veces pienso que este micromundo se está volviendo algo "peligroso" ¿dónde no lo es?, mientras tanto quizá deba moverme unos asientos más adelante.

Ya les contaré que decido.

marzo 29, 2009

Buscando puertas, ventanas y rendijas

Estos días de sol son medicinales, sobretodo si son intensos en luz y calor, viniendo acompañados de un poco de brisa. Quizá sea por la vitamina D, o porque además se respira ese aire seco que permite llenar bien los bronquios durante el tiempo en que las cosas se mecen levemente, incluyendo las cometas.

Estoy tirada en la cama, con poca ropa, las cortinas abiertas de par en par, casi las dos de la tarde en el reloj, los ojos cerrados, quizá algo dormida, el viento empuja de allá hacia acá al guindajo cerca de mi ventana, mismo que lleva todo el día musicalizando, y eso, tranquiliza de alguna manera.

marzo 27, 2009

Un poco de pan

Venía por la calle lamiendo mis patas como gato. No los bigotes por las entrañas llenas de buena comida, sino porque quizá fue el borde de uno de esos días donde un solo movimiento hace cuestionarte de todo, poner en la mesa de frente muchas cosas revueltas y encontrarte ante decisiones próximas a ser rotundas.

Me detuve entonces en una panadería, la que no suelo visitar con excepción de algunos sábados si paso cerca. Ordené lo pensado: tres bizcochos y dos galletas, no más. Pagué a la cajera. Regresé donde había solicitado las cosas y el chico, joven, desaliñado para una panadería -según yo-, risueño y distraído me dio cuatro bizcochos y cuatro galletas.

Al principio creí que había contado mal y luego al ver las galletas le dije -Pero si me estás dando más- Me guiñó el ojo y dijo -queremos irnos a casa y así se vende más rápido-. Se sonrió, extendió la bolsa y dijo acéptelas. No me pregunté si era correcto o no, sonreí, acepté las cosas y me fui.

Puse un pie en la calle y saltaron tres imágenes: una situación similar en la patagonia argentina, una panadería a medianoche donde un muchacho me dio un churro a pesar de que no me alcanzaba para pagarle; segundo me sentí regalada y tercero me dio ganas de devolverle el gesto a la siguiente persona que encontrara.

Me dolían las rodillas ciertamente - las caídas raspan- también el resto de la existencia. Sin embargo, debo reconocer que algo cambió.

marzo 24, 2009

Cuando estemos de nuevo con nosotros

Hay pocas cosas a las que retorno tan sedienta como a la literatura, o los sitios lejos de la gente, la música, la cama con sueño o el azúcar cada ciertos días. Hoy regresé a Jorge Debravo, por múltiples motivos, no hablaré de ellos, no diré que tiene que ver que son 18 meses (madura edad), ni el equivalente a tres embarazos o bien la matusalénica edad de más de mil años de escritos, ni que es uno de los primeros que te mostré o que leí para vos. No hablaré de ninguna de estas tonterías nuestras. Es Debravo, porque no podría ser otro más en este martes.

Cuando estemos de nuevo con nosotros

"Cuando estemos de nuevo con nosotros
contándonos los gestos,
cuando estemos hablando de las gentes
a quienes más queremos,
quédate, por favor, mirando el surco
que dejan tus dos ojos en mis huesos.

Y dame lo que puedas de tu alma,
lo que no necesites de tu afecto,
lo que logres sacar sin sacrificio
de tu casa de sueños.

Yo tomaré, de fiesta, lo que quieras,
aunque sea el milagrillo más pequeño.
No es que yo sea mendigo,
es que cualquier amor es amor bueno."

marzo 21, 2009

Deseándote descanso

No basta con cerrar los ojos
cuando a una se le parte algo por dentro,
ni pretender lo mismo
mordiéndose el nudillo,
pues aún con tiempo
con hierbas curativas,
abiertas la puerta de las dudas
adquiere todo un sabor de llegado tarde,
aunque recién inicie la primavera.

Había dejado en el bote de atrás a Jaime Sabines, pero por estos días buscando tu nombre, poema que se fue a buscar a su receptor, me tropecé con lo que copio a continuación, lo traigo a colación, pues para variar en la naturaleza humana y en el huerto de la vida, hay turbulencias agitando piedras y vientos tirando polvo sobre las aguas.

Además, hoy no tengo tampoco ganas de berrear acerca de esta ciudad. Ya fue suficiente: "Déjame reposar, aflojar los músculos del corazón y poner a dormitar el alma para poder hablar, para poder recordar estos días, los más largos del tiempo. Convalecemos de la angustia apenas y estamos débiles, asustadizos, despertando dos o tres veces de nuestro escaso sueño para verte en la noche y saber que respiras. Necesitamos despertar para estar más despiertos..."

marzo 20, 2009

Héroe de Zhang Yimou

"Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas
a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol
en verano
y se calla"
Preámbulo de un silencio, Ángel González

Es una película que siempre me conmueve, a pesar de que la primera vez fue quizá 7 años atrás, asumo que está relacionado con el arte de dibujar imágenes, colores, música y sonidos en especial, además de danza en luchas, actitud y palabras con tinta (yo que cuando joven no toleraba las películas chinas, me detengo con Yimou) ¿Qué mas derroche de cosas podría decir hoy?

Reconozco que fue la forma de bordar esa cinta, quizá con cariño profundo, donde siempre hay una ventana, esa mirada en otra dirección (todas diferentes), bebida y vuelta a beber de principio a fin.

Me gustan las ventanas, sobretodo en época seca, cuando no hay nubes en el cielo sea de día o de noche, así se pone el ambiente como diáfano, pareciera que todas las cosas recuperan por un tiempo su olor natural antes de terminar secándose, o bien ahogándose por la lluvia que invade muy constantemente este lugar.

Hoy tengo lentes nuevos, digamos vidrieras nuevas.

marzo 16, 2009

Dos ideas: la segunda

Generosa ante el viento,
parece decir sí.
Cede por aquí,
se mueve hacia allá.
Abre los brazos, la vista,
las piernas.
¡Cómo se divierte¡
esa ventana.