buscador y encontrador

julio 26, 2010

A ojos cerrados

De las tierras cercanas (no me referiré al sur o el norte) y respecto al cine, yo hasta ahora le he tenido poca fe la producción centroamericana, he huido del mexicano con muy contadas excepciones, no he llegado a ver nada venezolano y lo más cercano de nuestros vecinos caribeños ha sido algo perdido de Cuba, me confieso una crítica negativa.

El asunto aquí es que yo soy una ignorante profunda, quien podría pensar que hacer cine es como hacer pompas de jabón si se tiene un "soplador" de buena calidad. Puede ser que me he acostumbrado a los cortos animados hechos por estos lares y cuya calidad está más que "buenérrima", la producción en largo metraje cuesta, tanto como sostener sobre los hombros por más de una hora un saco de aguas en movimiento. Siempre se moja uno.

Los diálogos son importantes en las películas, e inclusive hay momentos en que parecen decirse palabras futuristas, casi bíblicas, líneas inolvidables y para recordar en la historia. Sin embargo, guardar silencio para luego usar la música como el espacio de diálogo, se podría decir que es más complejo.

Por estos días, he andado en el cine, al que tengo más que abandonado y sustituido por una pantalla plana, demasiado escandalosa pero útil que tenemos en casa. Me di una tremenda sorpresa, una cálida sorpresa con "A ojos cerrados."

He visto una de esas películas que son tan cortas, pero no podrían ser más extensas. Una de esas cuyos altibajos de colores dan la impresión de que la mitad fue expuesta al sol intenso y la otra mitad se salvó del mismo cuando la cinta fue tirada en la parte de atrás del auto. Lo que quiero decir es que podría mejorarse sí,  sin embargo esta y a pesar de ser novata, merece ser vista y sobretodo escuchada.

A ojos cerrados dura un poco más de una hora y algunos minutos, un encuentro de tarde con la vida y la pequeña gran muerte, Cinta que está pintada de espacios comunes para quienes conocen América Central y ciertos espacios más íntimos de un país llamado Costa Rica. 

Me alegro que me hayan provocado a ir, me alegro de la compañía de esa noche, me alegro de haber salido a la calle otra vez, me alegro de la gente joven que mira al mundo con esos ojos y cuentan las historias de viejos.

julio 20, 2010

20-07-2010

Cuaderno suelto I
Cuando Saramago conoció a Pilar detuvo todos los relojes de su casa. Él se "dio" por notificado que ella podría ser, que ella era. Saramago murió, una parte de Pilar con él y parece que muy pocos lo notaron. Yo detuve los relojes y no tuve si quiera el mínimo efecto.

Cuaderno suelto II
A veces se vale tanto como el peso de la nada.
Se apuesta tanto como el alma, que pesa nada.
Se llega a tanto como el agua del río atrapada entre las manos,
 la que queda en nada.

Cuaderno suelto III
Corran, huyan, llega la tropa,
llega la cobarde, llega el estúpido,
llega la noche con cascos azules,
llega la pena, llega el dolor y no podrán hacer nada.
Llegaron para cambiar la vida otra vez y sin una mano extendida que asir.

Cuaderno suelto IV
Y yo que soy pobre,
que soy cobarde,
que soy delirio,
 yo te ruego, yo te pido,
yo suplico lo que nunca he dicho: intenta.

julio 18, 2010

Necesito creer

Sí necesito creer que hay futuro, que lo tenemos, que podemos, que más pronto que tarde se saldrá de esto. Hoy lo necesito más que ayer y más que antes.

Credo, Jorge de Bravo 
"No acostumbro a decir amo, te amo,
sino cuando el amor me inunda todo
desde los ojos hasta los zapatos.
Mi cuerpo es una sola verdad y cada músculo
resume una experiencia de entusiasmo.
       
Una vez dije: ¡sufro! Y era que el sufrimiento
agitaba a mi lado sus cascos de caballo.
       
Y siempre digo: espero. Porque a mí me podrían
arrancar el recuerdo como un brazo,
pero no la esperanza que es de hueso
y cuando me la arranquen dejaré de ser esto
que te estrecha las manos."
(...) 

julio 16, 2010

Marabunta

Algunos dicen que estoy melancólico, triste, fatalista, algo suicida.
No es cierto, estoy desmoronándome como las entradas de las casas de la hormigas.
Se me ha caído la tierra encima, se han bloqueado los caminos,
estoy atrapado en la oscuridad
y mi propio laberinto se ha vuelto un lugar inseguro,
una trampa.
 
Extiendo las manos en dirección de auxilio,
miro hacia donde hay personas, miro hacia el artífice que me ayudó a levantar esto,
al arquitecto que fue mi cómplice
y ahora solo me da la espalda,
me ignora, me borra, empuja en silencio los gránulos a la entrada.
 
Algunos dicen que soy melancólico, fatalista, determinista, algo suicida.
Asumo que es así, que soy el responsable de esto, de un destino plantado con cobardías, con silencios, con inresoluciones, 
sin puerto de llegada, 
siempre de partida, 
huyendo de mi propia sombra

julio 11, 2010

Andamios

Estos días han sido "secos" en mi escribir, pues no hacía falta ganas, solo no habían palabras. Supongo que un impase no cae mal aunque se proteste. Es así como me he dedicado a leer entre saltos, sueños y gripas bacterianas. Han sido ingeridos todos los periódicos nacionales, las revistas de análisis semanales, las financieras y de opinión, así como un libro.

Hace días les contaba que me habían regalado "Andamios" de Mario Benedetti. Supongo que algunos de ustedes lo han leído. Es una lectura que encuentro algo lenta, cargada de diálogos que sirven para dibujar personas, para contar sobre ese cambio nuestro y de la cotidianidad del entorno.

Confieso me han gustado esas imágenes que me llevaron a pensar en las cartas, el telégrafo al teléfono y al fax (era oneroso enviarlos y el papel se decoloraba con los días) A eso se suma la "suave" tristeza (si esta puede ser así) del libro, de las relaciones, de las personas.

Quisiera decirles que lo leyeran sino lo conocen, pero titubeo, porque de alguna forma hay una melancolía reconocida. En fin, mejor les dejo una parte de uno de los poemas que hay mezclados en algún lugar del libro

"Cada día lo veo con mayor nitidez:
mi cuerpo, este cuerpo, es lo único mío,
mi casa solariega, mi propiedad antigua.
Qué pobreza, qué lujo
de futura ceniza.

Viajo por él sin guía y sin resguardo
y como en un safari recorro sus penurias,
sus abras y archipiélagos, 
sus redes varicosas,
sus manchas y ruturas,
sus rótulas tarpeyas,
y hasta las cicatrices, ese agüero
del mañana que acecha.

No hay duda que mi cuerpo es lo único mío,
mi testamento ológrafo,
mi convincente nada, mi destino,
pero también mi dulce 
memoria de rocío.

Estiro con la yema
de mi pulgar villano
las costuras del tiempo,
pero no bien la quito 
renacen y se afirman 
todos sus amuletos.

La cabeza candela no existe como faro.
Es la que atiende y juzga,
la que asimila y sueña
la que se subordina
y a veces se subleva,
la que espera el regalo
de otro cuerpo a la espera
la que organiza tactos
y visiones y yugos
y resume en su piel
el pellejo del mundo.

Pese a todo mi cuerpo
es lo único mío,
mi propiedad antigua.
Qué pobreza, qué lujo
de futura ceniza."

julio 07, 2010

Los pasos perdidos, Alejo Carpentier

Porque esta fecha es especial, porque así quiero mirarla, porque quiero recordar que valen los días por mucho, porque hay futuro siempre, porque hay horizontes, porque la oportunidad es una mano abierta, porque los ciclos significan algo, porque la ruptura no solo quiebra, porque tener emociones es parte de la existencia, porque algún día nos apagaremos con la muerte pero mientras tanto tenemos la responsabilidad de devorarnos la vida, porque podemos recuperarnos aunque no parezca, porque es festejo de cumple.

"Había grandes lagunas de semanas y semanas en la crónica de mi propio existir; temporadas que no me dejaban un recuerdo válido, la huella de una sensación excepcional, una emoción duradera; días en que todo gesto me producía la obsesionante impresión de haberlo hecho antes en circunstancias idénticas -de haberme sentado en el mismo rincón, de haber contado la misma historia, mirando al velero preso en el cristal de un pisa papel. Cuando se festejaba mi cumpleaños en medio de las mismas caras, en los mismos lugares, con la misma canción repetida en coro, me asaltaba invariablemente la idea de que esto sólo difería del cumpleaños anterior en la aparición de una vela más sobre un pastel cuyo saber era idénticos al de la vez pasada. Subiendo y bajando la cuesta de los días, con la misma piedra en el hombro, me sostenía por obra de un impulso adquirido a fuerza de paroxismos -impulso que cedería tarde o temprano, en una fecha que acaso figuraba en el calendario del año en curso-. Pero evadirse de esto, en el mundo que me hubiera tocado en suerte, era tan imposible como tratar de revivir, en estos tiempos, ciertas gestas de heroísmo o de santidad." 

julio 04, 2010

Te espero cuando la noche se haga día
M. Benedetti 


Trasluz,
contrario a lo que piensan las personas,
en los aquelarres nos sentamos las brujas a contar historias,
a divagar sobre futuros,
desear vidas y
a sentirnos iguales.
Tal vez un poco menos que diferentes,
un poco menos grises,
con algo más de oportunidades,
quizá un poco más personas y
con algo de magia y libertad.

junio 30, 2010

Resumen de los ánimos

No nos sorprendamos de lo que digo, gritaba el enano por su megáfono mientras anunciaba el circo. No nos hagamos los que ignoramos lo que digo pues alguno de ustedes debería de estar aquí. Sí damas y caballeros porque estará como una suma de desaciertos, como un café congelado, como la paleta vacía de colores o con deseos de arrancarse el pecho.

Yo aún no me enteraba, al decir verdad no había escuchado nada. Yo que jamás podría darme por aludida, al poner el segundo pie de la acera hacia la calle, sentí el mal paso e hice un intento de caer. Fue así como me desperté en un golpe del supor de ese malsano día y me enteré que me estabas engañando. Hasta allí me di cuenta.

Acto seguido, entré al circo por estupidez  y creyencería.
La vida es un circo sin dueño (ilustración de Michael Hussar)

junio 27, 2010

Juegos de niños: diagnóstico I

Antes mucho antes solía tirarme sobre el pasto para ver el cielo azuloso con las nubes gordas. Miraba las formas, como todas las personas. Me apretaba los ojos con las palmas de las manos hasta que lograba provocar esos puntitos de colores según diera la luz en mi rosto.  Me gustaban los de colores, los negros y blancos eran aburridos a pesar del movimiento.

En algunas ocasiones aparecían líneas de borde transparente. Su forma era la misma, solo la figura abierta o cerrada, eran picos que se situaban al lado inferior de mi mirada derecha, sin embargo hacía que doliera el ojo izquierdo (con el que veo bien)

He de decir que de mis favoritos una burbuja blanquecina, sola ella recorría la vista aunque mirara al abierto del espacio, de arriba hacia abajo, de arriba hacia abajo otra vez. Jugaba yo a que era mi ave y la seguía, aunque solo yo podía verla hasta desaparecer tan pronto como se asomaba.

Han pasado los años. Ya no veo al ave, solo de paso noto su visita. Las líneas quebradas son más frecuentes, son las que me acompañan. No son tan divertidas he de decir. Me "rompen" la vista y a veces la paz.


Sabes, antes jugaba y podía decidir cuando detenerme. Ahora no lo decido. Ellas se deciden solas, enturbian mi día, más que mi noche. No siempre puedo dormir y así tan orondas como aparecen se marchan sin decir adiós, dejándome aturdida, agotada y dolida, cambiando mi estado.

Extraño el juego de luces, de antes mucho antes cuando me tiraba sobre el pasto a ver el cielo debajo del naranjo o la mandarina, no estos de ahora. 

junio 24, 2010

Denme sus apuestas: Sudáfrica 2010

Para quien diga que a las nenas nos les gusta el fútbol, tengo dos ejemplos cercanos de gente que es capaz de dejarse las pupilas o los oídos escuchando todos los partidos de este mundial (ellas son mis maestras). Debemos dejarnos de tonterías y aceptar que este deporte tiene detenido a gran parte del mundo, mientras mueve dinero, infla ilusiones, alza los precios en el costo de la vida (sin que la gente proteste porque está absorta en la danza de 22 sujetos), crea verdades como tenelovelas y mantiene en vilo a este tercer planeta del sistema solar.

No he seguido de cerca Sudáfrica 2010 (lo siento, pero es así). Sin embargo de lo poco que sé he de mencionar algunas sorpresas, no por grandes hallazgos, sino porque las grandes luminarias se sobrevaloraron yéndose al carajo, sí me refiero a Italia y Francia. 

Ahora bien, el asunto no es hablar de los "idos" ya están en esa condición y tendrán en estos momentos el pretexto de otros 4 años futuros para "pensar" (si cabe) como resolver la vida con el fin de ir a Brasil 2014. Hablemos de los "duelos que vienen" de las apuestas por tirar: Brasil y Portugal, Chile y España (dos mundos, dos continentes), mientras se espera lo escrito; es decir:  México y Argentina; Inglaterra y Alemania.

Tengo mis favoritos, más que por buen fútbol, por estúpida "atracción" o empatía; aunque si les soy honesta, me encantaría que el mundial se lo llevara Ghana, solo por joder la existencia... En fin, vamos a ver que pasa y quien se corona en julio11, en todo caso la máquina maravillosa de la industria está girada ya hacia el futuro no en este mundial "pronto" a morir, así que es justo disfrutar de las luces que despiden los días de ilusión... ¿no les parece?

junio 21, 2010

Robado de Luis Sepúlveda

Si te digo que te quiero, quizá te parezca cursi y pondrás rictus de no saber por donde huir. Si te cuento la historia del viejo y la niña, te parecerá francamente alusiva. Si te digo que tenemos tiempo hacia adelante, guardarás silencio porque el futuro es incierto. Entonces mejor hablemos de otra cosa, algo en común que sea más vano: los dientes... (a ver sino te ries un pelín) Yo alguna vez quice ser dentista, que lo diga mi hermana.

"El cielo era una inflada panza de burro col­gando amenazante a escasos palmos de las cabe­zas. El viento tibio y pegajoso barría algunas hojas sueltas y sacudía con violencia los bananos raquí­ticos que adornaban el frontis de la alcaldía.
 Los pocos habitantes de El Idilio más un pu­ñado de aventureros llegados de las cercanías se congregaban en el muelle, esperando turno para sentarse en el sillón portátil del doctor Rubicun­do Loachamín, el dentista, que mitigaba los dolo­res de sus pacientes mediante una curiosa suerte de anestesia oral.—¿Te duele? —preguntaba.Los pacientes, aferrándose a los costados del sillón, respondían abriendo desmesuradamente los ojos y sudando a mares.Algunos pretendían retirar de sus bocas las manos insolentes del dentista y responderle con la justa puteada, pero sus intenciones chocaban con los brazos fuertes y con la voz autoritaria del odontólogo.—¡Quieto, carajo! ¡Quita las manos! Ya sé que duele. ¿Y de quién es la culpa? ¿A ver? ¿Mía? ¡Del Gobierno! Métetelo bien en la mollera. El Gobier­no tiene la culpa de que tengas los dientes podri­dos. El Gobierno es culpable de que te duela.Los afligidos asentían entonces cerrando los ojos o con leves movimientos de cabeza.El doctor Loachamín odiaba al Gobierno. A to­dos y a cualquier Gobierno. Hijo ilegítimo de un emigrante ibérico, heredó de él una tremenda bronca a todo cuanto sonara a autoridad, pero los motivos de aquel odio se le extraviaron en alguna juerga de juventud, de tal manera que sus monser­gas de ácrata se transformaron en una especie de verruga moral que lo hacía simpático.El doctor Rubicundo Loachamín visitaba El Idilio dos veces al año, tal como lo hacía el em­pleado de Correos, que raramente llevó correspon­dencia para algún habitante. De su maletín gasta­do sólo aparecían papeles oficiales destinados al alcalde, o los retratos graves y descoloridos por la humedad de los gobernantes de turno.
Las gentes esperaban la llegada del barco sin otras esperanzas que ver renovadas sus provisio­nes de sal, gas, cerveza y aguardiente, pero al den­tista lo recibían con alivio, sobre todo los sobre­vivientes de la malaria cansados de escupir restos de dentadura y deseosos de tener la boca lim­pia de astillas, para probarse una de las prótesis ordenadas sobre un tapete morado de indiscutible aire cardenalicio.
Despotricando contra el Gobierno, el dentista les limpiaba las encías de los últimos restos de dientes y enseguida les ordenaba hacer un buche con aguardiente.—Bueno, veamos. ¿Cómo te va ésta?—Me aprieta. No puedo cerrar la boca.—¡Joder! Qué tipos tan delicados. A ver, prué­bate otra.—Me viene suelta. Se me va a caer si estor­nudo.—Y para qué te resfrías, pendejo. Abre la boca.Y le obedecían.Luego de probarse diferentes dentaduras en­contraban la más cómoda y discutían el precio, mientras el dentista desinfectaba las restantes sumer­giéndolas en una marmita con cloro hervido."  Un viejo que leía novelas de amor, Luis Sepúlveda

junio 18, 2010

Luto, otra vez luto José Saramago muere

La noticia no la recibí por los medios de comunicación, sino por medio del cariño de una amiga. Ha muerto hoy 18 de junio Saramago, ha muerto otro grande, un pensador, porque aquí no se trata hablar de si la izquierda o la derecha, si filosofía o matemática. Se trata de uno grande entre las personas, de uno que sentía como todos nosotros, que fue labrando lento, que caminaba, pensaba, expresaba, que no se mantenía duro como una piedra. Luchaba.
Estamos, como lo dicta la vida, asistiendo nuevamente a la muerte, en este caso a la de un gran pensador de nuestros tiempos. Dejo un fragmento de uno de sus libros.


Intermitencias de la Muerte, José Saramago
"... Entonces ella, la muerte, se levantó, abrió el bolso que había dejado en la sala y sacó la carta color violeta. Miró alrededor como si buscara un lugar donde poder dejarla, sobre el piano, sujeta entre las cuerdas del violonchelo o quizás en el propio dormitorio, debajo de la almohada en que la cabeza del hombre descansaba. No lo hizo. Fue a la cocina, encendió una cerilla, una humilde cerilla, ella que podría deshacer el papel con una mirada, reducirlo a un impalpable polvo, ella que podría pegarle fuego solo con el contacto de los dedos, y era una simple cerilla, una cerilla común, la cerilla de todos los días, la que hacía arder la carta de la muerte, esa que sólo la muerte podría destruir. No quedaron cenizas. La muerte volvió  a la cama, se abrazó al hombre, y sin comprender lo que le estaba sucediendo, ella que nunca dormía, sintió que el sueño le bajaba levemente los párpados. Al día siguiente no murió nadie. 

junio 17, 2010

El día para olvidar

Uno puede sobrevivir a muchas cosas, que si la caída de un segundo piso, el haber sido correteado por un toro, una descarga de 25watts, un rayo a dos centímetros de la mirada, un camión cargado de flores rosadas, los sillones forrados de plástico, una grapa en el pan, el cabello perdido en el helado, la uña en la comida, el gas suelto en un auto con las ventanas cerradas, ver a los padres teniendo sexo y sin pedirlo, los fármacos de contrabando, el alcohol destilado ilegalmente, en fin a muchas cosas... Sin embargo, siempre hay alguna que es nuestro talón de Aquiles, que por más lejana o por más vivida siempre nos genera repelus, en mi caso son las agujas.

Las conozco y no porque me dedique a coser, a la acupuntura o la medicina generalista. Sino porque por un largo período fueron mis acompañantes diarias y he de decir que yo que no me considero cobarde (tengo que mencionar algo bonito de quien escribe) siento "cierta intranquilidad" cuando tengo contacto con ellas, aunque solo sea por unos instantes.

Hoy me pasó eso, quería salir llorando, al decir verdad huyendo, en cambio mientras la mujer buscaba por cuarta vez la vena para un rutinario examen de sangre, acompañando "la caza" llamando con una serie de nombres a mis "venas escapistas" yo ponía cara bonita, sonrisa amable y trataba de tranquilizarla diciéndole: "ya verás que pronto saldrá".¿Dónde demonios se ha visto? Tuve que haberle dicho algo diferente, pero no pude.. uff que fastidio. 

junio 14, 2010

¿Qué música le gusta?

Te prometo un sahumerio de tequila y vainilla, un zacapa triple en noche lluviosa, cobijas suaves y extremidades frescas, un poco de anís para la digestión.
Te prometo anarquía y pies descalzos, cabello suelto y alguna emoción.
¿Qué música le gusta?
¿Qué prefiere esta noche?
Quizá un tango, algún bolero,
el desliz de un jazz, la insinuación del hip-hop.
Descuide, no tendremos blues a pesar de que asome el soul,
aunque el alma tenga más música de Rachmaninov.
Acérquese, no se asuste, ponga una moneda y use el tocadiscos.
Por lo demás, yo llevo la música por dentro.

junio 12, 2010

Lo que dejamos pasar

Hace días dejé atrás en formato borrador algo escrito sobre el volcán Pacaya de Guatemala, sitio impresionante que ha estado activo por décadas. Antes quedó "botado" el tema del derrame petrolero en el Golfo de México que significó el "escape" de más de 413 millones de litros de oro negro, o lo que es la bicoca de 40.000 barriles diarios, cuyo daño ambiental no ha podido ser completamente calculado, aunque sí es el mayor desastre natural de la historia de los Estados Unidos (y eso es decir bastante). Más atrás y no salió del correo personal, el inició de un "post" de una de las demostraciones más recientes del "futuro" próximo de Centroamérica y el Caribe: la guerra entre los carteles de la mafia (no la telenovela Colombiana) y el gobierno en Kingston, Jamaica, cancelándose vuelos hacia la capital por la posibilidad de la extensión de la violencia y lo inverosímil de todo esto es que la misma gente protegiera a los delincuentes, situación repetida en Sinaloa, México, Tegucigalpa,Honduras, Ciudad de Guatemala, Aguantafilo, Costa Rica. 

Es así como han desfilado pocos pero constantes temas por mi cabeza, por las noticias, los espacios que frecuento o leo. Sin embargo sucedió "eso" solo los dejé allí guardados, dedicándome a otras cosas. Anoche escuchaba las noticias (me da flojera ver la tv. para esto), en el país se han solicitado al menos 23 aumentos diferente de bienes y servios principalmente. Es histórico y no exclusivo de estas tierras que durante finales de "fut", mundiales de estos, se presenten los mayores aumentos en la llamada "canasta básica" de consumo y la violencia doméstica e intrafamiliar.

Ahora con el Mundial de Futbol Sudáfrica 2010, del cuál yo no me escapo y cuyo partido inicial no me perdí, retomo algo que  Fran Sevilla, corresponsal de RTE para América Latina comentaba: el fútbol le encanta de una forma particular y desde pequeño, sin embargo ocurriese lo que ocurriese, ganara quien ganara no iba a hacer que él olvidara que hay más cosas sucediendo en el mundo.