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septiembre 06, 2008
Aceite de roca
Una de las características del petróleo, es que por su densidad no suele mezclarse con el agua, es una capa que aunque convive con este elemento mantiene la diferencia particular de su propia condición.
De origen orgánico, fósil, fruto del proceso de transformación química por el calor y la presión sobre aquella mezcla que viene del zooplancton y las algas depositadas en los fondos carentes de oxígeno y cubiertos por capas pesadas de sedimento.
Es así como los productos más ligeros de la transformación química ascienden a la superficie por medio de los escapes. La materia densa sin suerte, como el "aceite", no escapa, se deposita si cae en trampas.
La vida como la conozco hoy, no puede ser la misma como hace años antes del petróleo que “tocó" lo económico, lo social y porqué no, lo cultural. Traigo a colación esta materia por la imagen que rondaba en mi cabeza hace algunas horas, cuando al intentar incorporarme a una dinámica no nueva, sentí la poderosa dificultad de reunir las condiciones para hacerlo.
Sabemos todos que el relacionamiento humano puede ser complicado, más aún si hay que desenvolverse en un espacio dónde la diferencia numérica y de opinión de unos hacia vos o tu entorno, sobrepasa tus ganas de entrar en lid.
He de confesar que lo hice, entrar en escena y colocarme en posición estratégica, no recuerdo que me frecuenten las ganas de evitar opinar -aunque sí sucede-. Sin embargo al cabo de un rato, francamente deseé unirme a la pandilla de sujetos que no sobrepasan los 7 años de edad. Ya que parecía que el barro, la chichota, el moretón, el rasguño resultaba un tanto más desafiante en igualdad de ombligos y condiciones que desenmarañar la frustración colectiva sobre mi país.
Si bien es cierto, comparto tal frustración, -que al fin y al cabo abrió un espacio para cualquier otro tema-, me río de la forma en que algunas personas dictamos cátedra, eso de asegurar que la opinión de uno será la verdadera ya que es producto de la experiencia ¿Quién no tiene diferentes experiencias en un mismo tema?
Confirmo que hubo un momento dónde tuve la gana imperiosa de dar la llave de la legislación y decir damas y caballeros, es su tarea limpiar el estado del sitio. Verdad que es fácil disertar. Verdad que no se dan cuenta que ustedes también son petróleo.
¿Por qué lo digo? Pues una gota de petróleo en medio del agua, no se mezcla, no importa si está en franca “desventaja” proporcional, solo su naturaleza parece no permitirlo. Fue de esta forma, que yo me sentí una gota negra en medio de un mar blanco, rodeada por aquí y por allá, tratando de explicar y decir, te comprendo, pero a pesar de nuestra condición, nuestra densidad sigue siendo diferente y no por eso una mejor que la otra.
A su vez, mi contraparte también fue en su momento petróleo y no agua, pues parecía que no importaban las décadas en las que había estado aparcado en este lado del mundo y en esta región; ya que puedo confirmar, había aprendido como buen taxónomo a la clasificación pero parecía negligente al olvidar el ambiente en el que se habían desenvuelto las personas y las especies.
Que ironía no, pretender que un joven país se construya en dos centurias, lo que a otros les tomó siglos y milenios, donde la tarea no radica en solamente mirar el “desorganizado y algo sucio espacio” dónde se está, sino también, ese caldo de cultivo, que aunque complicado, hace cocer y germinar muchas más cosas de las que pensamos.
Finalmente, no decidí si entrar en disputas sobre matrícula educativa, sobre asfalto y octanaje, sobre corrupción o corruptela, sobre la lenta forma de los cuerpos, decidí atacar la comida -tal parece que sigo aumentando de peso-, y disfrutar la albahaca verde que estaba plantada en el horizonte del jardín donde estábamos…
septiembre 03, 2008
Platero y yo
septiembre 02, 2008
Paraíso tropial
que sobra de todo
sobran palabras
sobran fantasmas
sobran besos
sobra soledad
sobre el atardecer
sobra el verde con azul y rojo
sobra el corazon y los espacios
es tiempo de sembrar
en el paraíso tropical
septiembre 01, 2008
365 días
Confirmo que ser artífice de un cambio, quizá sin haberlo esperado o deseado, sin haber entrado en estado de gestación por nueve meses, o sin haber movido hilos para tejer algo, nos deja con los ojos dilatados de inmensa sorpresa.
Es cierto que cambiamos, al mezclarnos el suficiente tiempo para que alguien nos conozca o le conozcamos, sea por antagonismo o por paralelismo, por conjunción de nuevas energías, o porque sus piojos pasaron a ser los tuyos en un salón de clases, porque el emparedado que se cayó lo limpiaste en el pantalón, lo comiste y lo compartiste, porque llorar cambia, porque el “uso y desgaste” nos lleva a moldearnos la vida.
Nosotras las personas, encontraremos en algún punto de inflexión que la ebullición nos ha llevado a otro lugar. Que ya no somos los mismos y estaremos más sorprendidos, cuando allá afuera nos demos por enterados que nuestra vida es otra.
Decisiones matizadas de otra tonalidad. Acercamiento desde espacios no pensados. Paladeo de sabores “nuevos”. Visualizaciones con ojos expuestos a otra intensidad de luz. No somos los de hace 53 semanas atrás. Hasta la panza es nueva y el intestino más viejo o el surco más profundo.
La constante es el cambio tanto como no darse por enterado siempre. La realidad es que los años nos llevan en tropel y nosotros vamos cargando de cuanta cosa la cajuela del automóvil, sin a veces percatarnos.
¿Qué será lo que observamos cuando de vez en vez volvemos la mirada hacia la distancia?, cuando llega o se marcha la gente. Cuando en definitiva sabemos que no somos los mismos, que ya recorrimos lugares, los cuales han vuelto a aparecer lejanos pero esta vez porque no los frecuentamos. No es acaso un cambio darse cuenta que además tenemos el valor de ver eso, de reconocer que unos nos cambian a otros. De que los otros nos significan tanto. De saber decir lo que ansiamos.
Mi vida es otra diametralmente en tanto, desde hace 365 días atrás que más bien parecen años.
agosto 30, 2008
Seda- Baricco
El arte de los sabores, el placer que esto conlleva y la búsqueda de la maravilla de la mano con la excelencia del paladar, parece algo que nos ha llevado durante la historia de la humanidad en búsqueda de mundos, a “conquistar personas y espacios”, a acercar latitudes.
Es así como encontramos rutas de sal, rutas de especies y rutas de seda. En todas ellas y en otras más que no he de nombrar, sea porque las desconozco o porque mi afán no es tratar este asunto hoy, siempre ha habido un loco, un idealista, una persona que en tiempo diferente, juntó a otros poco cuerdos o todos a su vez se fueron por allí en su motor común. ¡Qué motivo tan potente como un amor!, el que podría llevarte a perder la cordura y la razón.
Para quienes me conocen, saben que el café es una bebida que me encanta, quizá no soy tan adicta como mi hermana -a quien no le regresa el alma hasta que no haya bebido un poquito de este, sea después de cualquier cosa-.
He de mencionar que nací en una tierra cuya planta y su fruto, me dio comida, cobijo, sufrimiento y motivo para crecer, un país que celebró los 200 años de industria alrededor del "amargo" elixir.
El café tiene toda una historia, un proceso que lo lleva a lo artístico; este necesita para crecer un suelo rico y húmedo, que absorba bien el agua y drene con rapidez el exceso de precipitación. Los mejores suelos son los formados por un pequeño manto de hojas, materia orgánica y roca volcánica desintegrada. Hay que velar por la exposición al sol, por los insectos, los hongos y si todo sale bien, una planta produce su primera cosecha de rendimiento pleno casi a los cinco años de edad.
Sea arábica o robusta, la primera es superior que la segunda en cuanto a sabor, calidad y cuerpo. Al igual que la aceituna para el aceite, el té, la uva para el vino, los licores en general, el tiempo cuenta, el proceso como "la forma de tratarlos", de moldear el sabor, su color, su aroma, su cuerpo son una danza. Es así como hay tonos amarillos y dorados, dulces, afrutados, achocolados, con sabor a pimienta o recordando maderas. Todo es posible en ese universo.
Sin embargo me ronda una pregunta por la cabeza ¿Pero que pasa cuando la especialidad limita finalmente al placer? Ya no solo el café es el café que disfrutas, o el vino es eso: el delicioso vino que corre por tu garganta sin la clasificación profunda de año, color, origen.
¿Qué sucede con el paladar experto que no perdona al novato o al que nunca aprendió la diferencia?Tal parece que con los años, con el tiempo, llevás a madurar para más o para menos el olfato, el gusto, la razón o el sentimiento. No podríamos pedir que todos disfrutemos igual, o que cada sabor se repita en el sitio que visitas.
Sería corto de nuestra parte y algo más, considerar que lo que conocemos es lo correcto o lo mejor. ¿Por qué no pensar que hay mundo allá afuera que nos podría lleva a nuevas rutas de especies?
Asomarse y volver a visitar, porque aunque hallamos pensado que lo hemos visto todo o hay poco más por conocer, la vida nos podría tirar al piso a la vuelta de la esquina, con una zancadilla, recordándonos así que no hay humano alguno que haya visto o saboreado todo en la humanidad.
Bien que anden personas con locura por allí, dispuestas a jugarse un chance, aquel que por ocasiones les produzca vértigo, les explaye los pulmones, agolpe sangre en las mejillas, les arranque el estómago y después de elevares a tal punto, sean depositados en caída estrepitosa o bien plácida calma. Por cierto, deberías de leer Seda, es un libro que merece ser vivido.
agosto 23, 2008
Sintiéndome azul
Nos da la tarea de acercar mundo o vivir en la total discrepancia, de encender la radio y poner oído atento a lo que pasa en el Pakistán, al nuevo logro de la China, a la reforma de la Francia, el revuelo de la Colombia, la convulsión de la Nicaragua, la Corea tan distante.
agosto 18, 2008
Sin Novedad en el Frente: Erich Marie Remarque
Si bien es cierto, las guerras nunca nos llevan a ningún lado y de eso estamos todos de acuerdo, no tardan en desaparecer y aparecer nuevas y antiguas riñas, enervados y recordados conflictos.
Las luchas, sean contra el narcotráfico, contra el terrorismo, contra la invasión de unos a otros (unos sí pueden hacerlo, otros no), contra la liberalización de un territorio, contra la pobreza y el pobre, contra el desamor, contra el abandono. Guerras, batallas, enfrentamientos, la destrucción e hija de todas estas.
Aunque el firmamento no estará rojo para algunos, porque su lucha no implica armas, bombas, fuego o el ruido ensordecedor de un avión volando bajo la puerta. El miedo se asoma con ojos grandes por cada lugar.
agosto 13, 2008
Lope de Vega
Es así como la sensación de estar reaprendiendo las cosas, las situaciones, las relaciones nos deja perplejos como la imagen de una persona frente a un edificio de 100 pisos todos de espejos; en donde tienes la tarea de intentar mirar quien está en el piso 99 (es decir hay que levantar la cabeza muy alto, agudizar la vista, desear ver algo, esperar y recorrer toda esa distancia hasta el nivel buscado).
Nosotras las personas en toda la historia de vida hemos escrito del amor y el desamor, de la vida y la muerte, las batallas, los amigos, el desastre, el dolor, las razones de la existencia. Pareciera que cada vez que uno de nosotros decide sentir, manifestar y opinar al respecto, está haciéndolo como si fuera la primera vez. Sin embargo, la primera vez cuando ya uno es viejo, esa primicia pareciera más fuerte que aquella de la hormonal adolescencia o la incipiente adultez.
Solo aquello que nos motiva a sentir y hacer ciertas “locuras” sin atenuación, con la fuerza de dejarse el pellejo en el camino, con la sensación de que no hay después o que no llegará, es lo que lleva de alguna forma a ser vivido de manera recién estrenada.
Que dichosos somos y que reto, si estamos vivos de esa forma, si hay alguien o algo que nos motiva de manera tal que una melodía nos arranca las lágrimas, que una palabra con devora el intestino, que un roce nos acelera la garganta, que un vistazo nos infla de ira y otra mirada de calma, si una situación no nos deja dormir, si el desvelo de las horas es provocado por una voluntad.
Quisiera festejar eso y más (no hacen falta nunca pretextos para las conmemoraciones), por eso me permití tomar un pedazo del Lope de Vega por allá y otro del Oliverio Girondo por acá. Cada uno decide con qué parte de los dos se queda.
“Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde, animoso, no hallar, fuera del bien, centro y reposo: mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso. Huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho(…)dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor; quien lo probó lo sabe.” Vega
POEMA 12-Girondo.“Se miran, se presienten, se desean,/ se acarician, se besan, se desnudan,se respiran, se acuestan, se olfatean,/se penetran, se chupan, se demudan, se adormecen, se despiertan, se iluminan,/se codician, se palpan, se fascinan,se mastican, se gustan, se babean,/se confunden, se acoplan, se disgregan,se aletargan, fallecen, se reintegran,/se distienden, se enarcan, se menean,se retuercen, se estiran, se caldean,/se estrangulan, se aprietan se estremecen,se tantean, se juntan, desfallecen,/se repelen, se enervan, se apetecen,se acometen, se enlazan,
agosto 10, 2008
Nosotros las hormigas
Me pregunto acerca de los "requerimientos" (por llamarlos de alguna forma) para mantener un vínculo, para justificar cuanta cosa sucede, para pasar por alto los vaivenes de la volatilidad de nosotras las personas, para no renunciar a la familia, al amigo, a la relación, cuando finalmente con la suma de los años pareciera que lo predominante es el desgaste de la bolsa de viajero, como el odre mullido de todas las campañas devoradas. ¿Dónde está todo lo bueno que ha quedado?
Quisiera saber qué motiva el no dejarse morir en el intento, no salir huyendo, no decir hasta aquí basta. Me encantaría comprender mejor lo que nos provoca esos sentimientos de afecto entrañable que se meten por las articulaciones. El aprender como dar/recibir/tomar/entregar sin sentir por ocasiones (a veces las de más), que es una forma de extracción como mina de carbón o de hierro abierta a través de los ojos. Solamente dar y dejar ir.
No voy a entrar a hablar sobre daños o resarcimientos, ese tema es nota para un análisis en otro sillón. Sino solamente de esa cotidianidad que nos hace justificar lo injustificable, transformando lo que no debe ser normal en normalidad. Aquella la cual nos lleva a disculpar algo que a simple vista con ninguna persona podrías hacerlo, o la que empuja a atenuar las violentas circunstancias volviéndose en permitidas, marcándose así la vida en un halar y soltar de hilos, recargando quizá no al más fuerte sino al más resistente, a veces sin opción.
¿Cuáles son los códigos? ¿Dónde están? Necesito leer los libros que van indicando las rutas de este tipo de memoria. No puedo compartir que la genética o el vínculo de sangre sean suficientes para considerar una familia, a algún "relative" - pariente, o amigo a algún transeúnte de vida, por más buena persona.
Quiero vivir en el intento y así compartir la cuchara, el plato, la discusión, el tacto, la voz, la ruina desde la distancia o la cercanía, el temor, la incertidumbre, el andar pesado, el equipaje ligero, el temor a la noche o el placer por el turrón, mi gente nueva, también la muerta. En fin, construir es necesario para cualquier relación.
No espero perecer en el medio de la asunción de que no es obligatorio siquiera "trabajarse un poquito" la vida, porque los vínculos del ADN son transparentes, suficiente con el útero, la ubre, los linajes, la educación en sí mismos. No quiero que la tiranía o la autocracia de las relaciones me arrastre. Me urge entender, quiero hacerlo, para que lo aún remanente siga vivo.
agosto 08, 2008
Por las noches
Es la llama flotadora de la provocación, el lumen en el espacio oscuro de la habitación que se mueve revoltoso e insurrecto llamando a un punto de atención. Son el faro al voltear la cabeza hacia el abierto de la noche, unos ojos por lumen cuando no encuentro ás en el mar de personas, son la bandera en el asta más alta recordando lo difícil que es apagar la voluntad personal.
agosto 06, 2008
En el natalicio
¿A qué hora fuiste expulsado del espacio con clima controlado y cero inflación? ¿Cuáles son las primeras palabras que recordás después de los años?¿Te gusta como naciste?¿Querés volver a nacer y donde?
Más allá de la bebida, la torta, con mala suerte hasta la canción o el himno al festejado que en todos los idiomas hay (no podemos negarlo), los regalos (que disminuyen o aumentan por temporadas), las llamadas, los más frecuentes correos electrónicos (que acortan en casos las distancias transoceánicas, pero en otras nos "quitan" la responsabilidad de llamar o de contactar a alguien, bien tomar más minutos del día y decir hola), en fin después del universo del festejado, ¿Qué haces al recordar ese día más de cumplir otro período del ciclo de estar vivo? ¿Qué sientes? ¿Qué les has dicho a esas personas que te han acompañado estos días, estas semanas, casi tu vida? ¿Qué piensas cada vez que miras una arruga extra en la boca, las bolsas bajo los ojos, las manos algo manchadas, el cabello ralo?
He de confesar que soy alérgica a la celebración en tumultos. Me gustan esas relaciones casi exclusivas, a veces solo como el pretexto de encontrarnos todos o algunos entre juntos y dispares, entre cercanos y enemigos, quizá ese momento donde se cruza la noche con el día, se notan menos las arrugas (de la ropa), no hay prisas, hay algún tiempo sin planificar.
julio 30, 2008
El árbol de la vida
Hay momentos en los que sería el fracasado no moribundo de un cuento sin acabar, el viajante de un boleto sin retorno; o la música sin pauta anotada. El guiño del ojo del mago en su acto final, la nube puntual en el calor del desierto Australiano.
Realmente me brotan las ganas de ser otra persona; no de buscar en mi bolsa de múltiples personalidades, sino al contrario de ser quien escribe y habla pero solamente tomar un boleto a otro país, con el pretexto de que las alas pesan y ya es tiempo de volar.
Sucede que a veces lo que nace dura más de unas horas, o un día completo, entonces me doy a la tarea de ir a buscar “el nuevo mundo”.
Es así como el traje que uso dura días y ese nueva persona que soy (siempre la misma) ve con otros ojos, respira con pulmones más grandes, se “monta” en los aires de esa ciudad, y encuentro detalles y mimos que no tendría en casa.
Construyo conversaciones que serían inimaginables en mi hogar país. Me doy lujos, que serían algo onerosos en mi hogar país. Es más, hasta mi casa de viaje es diferente a mi hogar país.
Lo que pasa, es que construimos bajo diferentes códigos, quizá nos hacemos mejores escuchas afuera por lo dispuesto a la aventura de la orden del día, o a fuerza de mirar con mejor ojo a la lánguida tristeza. (que va con nosotros también, como otros más.) Podría ser que ya no somos los mismos y hasta ese momento nos damos cuenta, que se yo…
Lo definitivo, lo que me sucede, consiste en que a veces me gusta jugar a ser otra persona, pero cuando regreso a mi país, extrañamente ya no soy la misma aunque lo pretenda, dándome cuenta de ello hasta con el pasar los días, con lo cual me ha quedado un pedacito del traje que salí a probar o el olor de los aires de otros nuevos mundos.
julio 27, 2008
Asignatura en revisión
¿Papá sabes qué? Tus amigos no son tan bonitos como tú crees. Eso le dice una niña de apenas unos cuantos años escolares a su padre, cada vez que él habla de lo bellos que son dos entrañables suyos, quienes a su vez él les enseña lo que a su hija le gusta y divierte, pues para cuando se conozcan o miren por allí.
He de reconocer que aunque no conozco a los dos citados y sospecho que son personas que aún no han desarrollado cinco orejas o cuatro manos -para vivir y abrazar mejor- eso como para que la pequeña manifieste semejante cosa. Sin embargo, algo de razón tendrá en lo que dice sobretodo si conocemos el particular gusto de su padre.
Anoche me preguntaba qué nos motiva o que artilugio usamos para encontrar la belleza en las personas o en los espacios; para poder hacer la diferencia y determinar si se es un universo o un planeta; para poder observar lo que hay entre un grano de tierra y un caracol; para mirar una foto y pensar que somos más bellos ahora con 60 años encima; para encontrar “eso” en medio de la basura, los huecos de las calles y la violencia a la vuelta del cañón; para no volverse loco en la diversidad. Yo por ocasiones no puedo.
Confirmo que no es la belleza de los cánones del arte, la moda o la actual cultura; sino de ese “conglomerado de persona(s)” que llevás dentro. Las que protestan, roncan, se alimentan, las que llevan a estar feliz o triste, las que dan valor para no voltear la cara y no extender un palabra, las que hacen que salgas de la cama a la hora de sonar el reloj para empezar a prepararte e ir al trabajo con sonrisa pintada y tratando de andar el mejor traje.
¿Qué sucede que has sido provocado?, con lo cual entornas los ojos, afinas el oído, inventas un pretexto de encuentro. Es decir, ¿ quién ha llamado tu atención?
Tal parece que de alguna manera un motor enano provoca volver la cabeza, seguir los labios, escuchar los pulmones y mirar a partir de los túneles del cerebro del otro. ¿Qué resorte se soltó?,
Las luces se mueven sigilosas, los sistemas están pulsando, algo ha activado el explorador, el taxónomo, el paisajista y el futurista, quienes se disputan la llegada primera a la línea de salida, quienes desean iniciar velozmente la investigación.
A veces juego a adivinar acerca de lo que nos lleva a tomar lo bello que no poseemos, el frescor de lo que quizá carecemos, la juventud que va de las manos de los recién paridos, el candor de la quinceañera de hace media década atrás, la fuerza del descubierto, la novedad de las mañanas. Tengo tantas preguntas acerca de la belleza de vos...
Reconozco que esa diminuta habilidad desarrollada por vos persona, lo que al día de hoy continuas hilando, la manera de acercar, de mover como un felino cazador, de pensar como un engranaje de reloj, de errar como yo no he aprendido, de temer como todos lo hacemos, de luchar ferozmente, hace que tengamos asignaturas pendientes sobre nuestra belleza.- ¡Qué bien!-
¿Será entonces que vamos a tomarnos un café y jugamos a exploradores? o ¿mejor invito a la hija de mi amigo?
julio 25, 2008
¿Sos indispensable?
En teoría de recursos humanos y en otros ámbitos de la administración, así como en la cotidaneidad, ¿cuantas veces hemos escuchado que nadie es indispensable en un trabajo? Lo anterior se usa como una forma de ilustrar la correlación institución-sujeto, estructura-persona o el ciclo de vida contenido en una relación laboral.
Si bien es cierto, las personas son el motor de funcionamiento y avance, los valores organizacionales, la estructura funcional de esta, los objetivos estratégicos y la planificación que acompaña son los pilares del pensamiento institucional. Es así como la anterior postulación reconoce entonces que nadie es indispensable y que el curso mismo de una organización continuará a lo largo de la vida de esta con o sin nosotros.
La mayoría de las organizaciones, empresas, instituciones siguen aún conformadas por personas, aunque países donde cierto tipo de industria ha ido sustituyendo el sujeto por la máquina imparable, estén invirtiendo tal afirmación.
A pesar de que puedo compartir muchos elementos anteriores, debo reconocer que discrepo en la línea pura de la teoría. Quizá lo indispensable casi podría entenderse como la eterna permanencia (y no es cierto), es necesario reconocer que las personas y cierto tipo de personas llegan a ser claves-esenciales en momentos particulares de una estructura.
No consiste en ponerse una medalla personal por la labor ejecutada, o autonombrarse el especialista único y particular de la temática aún no descubierta, o pedir que te reconozcan las horas de vida entregadas al trabajo o que te nombren la cabeza oficial por la aceptación y el liderazgo que puedes ejercer.
Sí se trata de reconocer que hay personas que por su actitud, su conocimiento, esfuerzo y trabajo se vuelven motores fundamentales en los espacios donde se desenvuelven, podrían así ser líderes positivos o líderes, pero cabecillas finalmente.
Quisiera elegir hoy a los líderes (positivos) que tienen esa particular habilidad de llevar a cabo tareas diminutas y campales juntando los esfuerzos de otros, reconociendo el trabajo desde el individuo y el grupo, pero sobretodo tomando de la materia de la ilusión, de idea y de la fuerza para crear.
Hablo de las personas que son “alma” en un espacio, donde el vacío que dejan (sano también) se nota, por que la sustancia principal se modifica. Es así como lo queramos o no parte de la memoria institucional, el oxígeno fresco que se cuela por la sangre del cuerpo es producto de la contribución colectiva y el motor de su cerebro-corazón. Por lo tanto no se debe pretender que nada cambia, o que no nos duele cuando ese sujeto quien nos ha acompañado por "todo este tiempo" se marcha, lo hacen marcharse o desaparece en medio de la neblina explicatoria.
Seguimos hablando de personas que conforman una cultura organizacional, continuamos hablando de los altibajos que se producen cuando las personas clave son movidas o han tomado otro camino( sea en lo positivo o lo negativo). En definitiva, todo exige tomar partido.
Compartir o no lo que he dicho, no nos lleva a mucho quizá, pero hay que reconocer que no es tan cierto que unos podamos andar sin los otros por el mundo, como si nada hubiese pasado, porque aunque fuera para un dolor de muela, cada persona cuenta.
julio 20, 2008
El camino de regreso (II)
Pienso, que cuando uno decide entrar nuevamente al mundo sea “completamente” preparado o bajo la intemperie total, por más que pretenda no tiene idea plena de lo que habrá en el paso dos del segundo uno, aunque la experiencia desarrollada le permita olfatear y sospechar lo que podría haber en los alrededores del futuro cercano.
Los no retornos, no solo son para vos que has dejado el espacio de manera física por las circunstancias motivadoras fuese el nuevo empleo, terminar la relación, el regreso esperado a casa, la muerte, el nacimiento, lo inevitable, la beca estrenada. Los no retornos son también para aquellos que si bien no se marcharon con uno, igualmente han continuado camino, o son para los otros que en su memoria perdieron eso, la memoria y no saben como regresar. Lo cierto es que de alguna manera todos nos miramos con alguna nostalgia de lo que se deja, nostalgia de lo que se encuentra, nostalgia sin motivo aparente, nostalgia que la encontramos sentada en la calle esperando a un transeúnte, nostalgia de vestido rojo o de camisa negra, hay motivos suficientes para sentarse con ella a beber en la mesa.
El explorar y explorarnos en sentimientos y vida se convierte en una oportunidad, otra vez; es así como a lo largo del trayecto caes en la cuenta de que no podrás llevarte lo pericos contigo, que el perro habrá que ponerle vacunas "internacionales de viaje", que el plan de moverse en el tiempo requerirá vivir aparte, que los meses siguientes no serán iguales para nadie, que realmente requieres de una carga inmensa de voluntad si quieres que las cosas sucedan en la transición que se aqueja o la que ya pasó.