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octubre 04, 2008

Uruguayos todos (II)

Hoy es el día para dos de mis queridos, dentro de los cuales está uno de mis favoritos de todos los tiempos: Mario Benedetti, quién está en los últimos momentos de vida y el otro quien fuera su amigo, colega y compatriota, Juan Carlos Onetti.

Onetti, El cerdito: "La señora estaba siempre vestida de negro y arrastraba sonriente el reumatismo del dormitorio a la sala. Otras habitaciones no había; pero sí una ventana que daba a un pequeño jardín parduzco. Miró el reloj que le colgaba del pecho y pensó que faltaba más de una hora para que llegaran los niños. No eran suyos. A veces dos, a veces tres que llegaban desde las casas en ruinas, más allá de la placita, atravesando el puente de madera sobre la zanja seca ahora, enfurecida de agua en los temporales de invierno.Aunque los niños empezaran a ir a la escuela, siempre lograban escapar de sus casas o de sus aulas a la hora de pereza y calma de la siesta. Todos, los dos o tres; eran sucios, hambrientos y físicamente muy distintos. Pero la anciana siempre lograba reconocer en ellos algún rasgo del nieto perdido; a veces a Juan le correspondían los ojos o la franqueza de ojos y sonrisa; otras; ella los descubría en Emilio o Guido. Pero no trascurría ninguna tarde sin haber reproducido algún gesto, algún ademán de nieto."

Bendetti, hay tanto según yo pero hoy solamente tenemos
Asunción de ti- 3
"Puedes querer el alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote,
Puedes
venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere sola
en su azar
quemando
y tu sueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadidos,
saberte aquí.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
Esta noche, otra noche
tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He coservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta donde está intacto sin tí,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú, aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí."

octubre 03, 2008

Uruguayos todos (I)

Horacio Quiroga –cuya vida es más fuerte que sus propios libros y quien ha leído sus textos pues saben a lo que me refiero- , Juana de Ibarborou , Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Cristina Peri Rossi se han ido calando desde Uruguay a mi vida. Cuando los fui encontrando uno a uno y en desbandada, me fui sintiendo de alguna manera mujer uruguaya, quise su patria, busqué sus vidas, quise conocer su tierra, su exilio, su calma y su mar…


Me gustaría alguna vez sentarme a charlar con ellos, sean vivos, sean muertos. Así como estamparle un beso a uno de mis poetas favoritos, contarle que con él comencé a querer diferente y así con cada uno hilar historias de las que me parecen entrañables…


Hoy comienzo con dos de ellos, vamos con uno de los mayores cuentistas de latinoamérica, un loco, un grande. Horacio Quiroga. El Hijo y otros cuentos es uno de mis libros favoritos, lo he comprado, regalado, perdido, comprado otra vez. Les copio Los desterrados.


"El hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal. Faltábanles aún dos calles; pero como en éstas abundaban las chircas y malvas silvestres, la tarea que tenían por delante era muy poca cosa. El hombre echó, en consecuencia, una mirada satisfecha a los arbustos rozados y cruzó el alambrado para tenderse un rato en la gramilla. Mas al bajar el alambre de púa y pasar el cuerpo, su pie izquierdo resbaló sobre un trozo de corteza desprendida del poste, a tiempo que el machete se le escapaba de la mano. Mientras caía, el hombre tuvo la impresión sumamente lejana de no ver el machete de plano en el suelo. Ya estaba tendido en la gramilla, acostado sobre el lado derecho, tal como él quería. La boca, que acababa deabrírsele en toda su extensión, acababa también de cerrarse. Estaba como hubiera deseado estar, las rodillas dobladas y la mano izquierda sobre el pecho. Sólo que tras el antebrazo, e inmediatamente por debajo del cinto, surgían de su camisa el puño y la mitad de la hoja del machete, pero el resto no se veía. El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñadura del machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia."


Por el otro lado y con otro sabor a la señora Juana de Ibarbourou
Noche de lluvia
"
Llueve... espera, no duermas.
Estate atento a lo que dice el viento,
y a lo que dice el agua que golpea
con sus dedos menudos en los vidrios.
Todo mi corazón se vuelve oídos
para escuchar a la hechizada hermana
que ha dormido en el cielo,
que ha visto el sol de cerca,
y baja ahora elástica y alegre de la mano del viento,
igual que una viajera que torna
de un país de maravilla.
Cómo estará de alegre el trigo, amante(...)
Espera, no te duermas.
Escuchemos el ritmo de la lluvia.
Apoya entre mis senos tu frente taciturna
"

octubre 01, 2008

Octubre: La India por A Domínguez

Me pican las manos, he estado tentada a escribir, pero también me propuse este mes tratar de "guindar" solamente cosas de otros, cosas que en lo personal me parecen "grandes" en su contenido o forma. Gente que piensa, escribe o siente de manera particular.

Va la primera publicación, claro a mi amigo no le he pedido permiso de autor o le pagaré por esto. Sin embargo está el atenuante que él escribe correos en "masa" y nos abre a todos camino sobre lo mismo, con lo cual podría pensar que también puedo compartir esto de manera abierta...

"Hola a todos
Si en Tailandia y en Laos te sientes como Ulises atado al palo mayor intentado no escuchar el canto de las sirenas, la India es como una buena patada de Chuck Norris en todas las pelotas: desagradable y dolorosa, sin contemplaciones.

Es el último lugar del mundo que recomendaría para quince días de turismo tranquilo y, sin embargo, para el cooperante con ganas fustigarse un poco la espalada esto es Disneylandia. Aquí se pueden disfrutar prácticamente todos los problemas de un país subdesarrollado, e incluso tiene algunos que son exclusivos. Su peculiaridad es precisamente la habilidad para sobrevivir impertérrita ante tanta penuria.... Algunas regiones incluso se las han apañado para cerrar los ojos, taparse los oídos y crecer a un ritmo del 8% anual.

Los agricultores se suicidan por las reformas económicas del FMI, los niños también; los musulmanes y los hindúes están a palos; el Tsunami arrasó el sur, océanos de basura cercan las ciudades; el trabajo infantil crece, los fetocidios femeninos también..., y el sistema de castas, la esclavitud, la corrupción, el clasismo inglés y la moral victoriana, la contaminación, los franceses en general, los vegetarianos ...

Lo único que no tienen todavía son maras y, en general, inseguridad ciudadana. Gandhi les enseñó a tomarse las cosas con calma.

Delhi es una ciudad pobre, superpoblada y contaminada, pero sobre todo, sucia. Dicen que es por el Hinduísmo. Los hindúes viven enamorados de su alma y del ultra mundo. La realidad, sobre todo el concepto de lo público, se la pela. Es la antítesis de Escandinavia. Menos del 1 % de la población se digna a pagar impuestos directos.

Los edificios se caen a cachos. La televisión pública y otras instituciones se esconden en pisos viejos de madera, a veces sin ascensor. A mi compañero holandés se le perdió la cartera y fuimos a denunciarlo. La Comisaría podría haber sido perfectamente el escenario de “Delicatessen”: dentro, las paredes desconchadas, luz natural, y ni un sólo ordenador. Sobre una pizarra y escrito en tiza, se mostraba una tabla con la evolución del crimen en el barrio. La suma, “17 crímenes menos en 2006”.

Junto a nosotros, en la mesa de al lado, 5 policías estudiaban absortos una cartulina, con el mismo interés con el que te volcabas sobre el libro de texto en el colegio. “Al primero que levante la cabeza le enchufan el marrón de los turistas”. Uno, que para eso viaja, reconoce a su propia raza, así que insistí un poco y nos llevaron ante el inspector jefe, que también estaba en pleno trance en la oficina de al lado. No le quedaban formularios, que mejor lo escribíamos a mano, así, “sobre este papel de cuadritos que me acabo de encontrar, da igual que esté un poco arrugado”. Su secretario no acababa de encontrar un sello, así que nos trajeron un par de cubatas. Mientras, nos avasallaba a preguntas, fascinado por los toros y el sistema de diques holandés. Una hora más tarde, salíamos de la comisaría pellizcándonos, con el papelito sellado y un nuevo amigo.

Y eso era una zona residencial. Conforme te alejas del centro de Delhi, se va formando un denso morteruelo de basura, niños desnudos, monos, leprosos, perros famélicos, mendigos tullidos, vacas sagradas y gorrinos, todos revueltos, todos escarbando entre el metro de mierda que los separa del suelo firme. Cuando viajas en coche, y te da por parar, primero vienen los monos, a los que se supone que tienes que sacarles una foto, y luego el dueño, a insistir. Tanto si le das como si no, se empiezan a amontonar gente y animales en torno al coche. Por momentos te ves dentro de una peli de zombis, y casi gritas ¡Arranca!!!

La segunda parada del viaje fue el Desierto de Rajhastan. 12 horas en un tren sacado de la película “Gandhi”. Incluso diría yo que ha acumulado bastante mierda desde entonces. La manta que nos dieron tenía más biodiversidad que Tortuguero, y eso lleva su tiempo.

Ya en la estación, tienes que pasar de puntillas para no pisar a nadie. La gente duerme apelotonada sobre los andenes, hambrientos y tranquilos, acostumbrados a los retrasos de los trenes.

Nada más bajarse en la estación de Rajhastán, te das de bruces con un camello y un viejo guardia en los huesos, comiendp en el suelo con la mirada perdida. A su lado, la lanza y el turbante, también en posición de descanso, completan la caricatura de Buckinham Palace. Detrás del camello está el desierto y, como en otros desiertos, la vida es bastante jodida. Quizás lo que más llama la atención es la mirada de las mujeres, humillada y aterrada, y ahora que lo pienso otras cuarenta putadas, pero paso de pasarme tres párrafos contando penas.

También ha tenido su lado bueno. Los indios tienen dos pasiones: el críquet y el cine. Es una locura. Desde hace 40 años, en el sur del país no ha habido un sólo gobernador que no haya sido actor o director de cine. Los niños pueden mantener una conversación normal sólo citando diálogos de películas (en España conozco alguna que otra que también puede, como mis hermanas, pero son consideradas frikies, de hecho pocas veces lo hacen en público). La gente es muy expresiva y directa. Y me ha venido bien, ya estaba cansado de las sutilezas orientales. Aquí te gritas con el taxista por 5 céntimos, y luego todos tan amigos. Además, se come de puta madre, en los sitios caros, en los baratos, y en el suelo. Lo que no decían en Indiana Jones cuando la rubia no quería tragarse la comidita del poblado es que, como todo el mundo sabe, las rubias americanas son tontas y no saben apreciar nada que no sea una hamburguesa.

La comida es un ritual gozoso. Primero hundes los dedos de la mano derecha en el arroz y lo empapas en cualquiera de los 8 tipos distintos de salsas. Luego remueves, juegas con los dedos, ansioso. Empiezas por las más picantes, y poco a poco vas pasando al salado y luego al dulce. La mezcla es deliciosa. Como os podéis imaginar, en estas situaciones estoy en mi salsa. Todo está basado en el principio sagrado de que cualquier alimento que no se coma con la mano derecha no es digno de ser comido. No dejaban de asombrarse de mi rápida adaptación.

Se supone que la izquierda es para limpiarse el culo, porque no hay papel higiénico. Parece fácil, pero me gustaría veros en la situación. Al cuarto día y con dos cervezas, es imposible acordarte de con qué mano has hecho qué cosa. De hecho ya estoy dudando cual era la mano del principio sagrado.

Lo único que todavía me cuesta es sentarme en plan “flor de loto” durante horas. Pasado un ratito, el dolor de culo es insoportable. Dios no me hizo para eso.

En cuanto al curro se refiere, han sido dos semanas a saco, sin repetir hotel ni una sóla noche. 4 ó 5 entrevistas al día, muchas horas de carretera, tren, y en general, una experiencia cojonuda. En este viaje me han acompañado dos auténticos cracks: Sriram, un investigador local, y Kees, un experto holandés en televisión educativa. Sriram es la revirgen Santísima. El sólito ha montado un programa de mentores para ayudar a sacar a niñ@s de la prostitución y de los basureros. En 3 años ya son miles de niños. Al mismo tiempo produce películas escritas por los chavales. Son incómodas y muy provocativas. Luego las exhibe en las barriadas y basureros y comunidades de la zona. Si os interesa, se pueden ver en www.nalandaway.org

Entre otras cosas, con su ayuda creo que podemos mostrar cómo algunas organizaciones (Unisfinteres varios) han perdido un poco el rumbo con tanto rollo de la participación infantil. Utilizan a los niños más para recaudar fondos para sí mismos que para crear un impacto en la población: en resumidas cuentas, cogen al niño, le enseñan a hacer películas, el niño filma el basurero, la gente se queda patidifusa porque no ha visto algo así en su vida, se llevan al niño a forums internacionales, el niño gana premios, palmaditas en la espalda y el jurado aplaude el “dolor que rezuma” el documental y todos a hacerse la foto. Luego el festival termina, el jurado a su casa y el niño de vuelta al dolor del basurero, a intentar encajar en un mundo que ya no puede aceptar.

Estoy sistematizado el proceso, y creo que les va a escocer un rato. No sé si estoy siendo muy constructivo, pero ¡Ay rediossss, cómo me gusta tocar las pelotas!

Bueno, vamos terminando. Antes de volverme a Sri Lanka, me tomé un día para ir a ver el Taj Majal, la primera maravilla del mundo. Y bueno, pues muy bonito, muy currado, pero un edificio al fin y al cabo. Te quedas más flipado con las dantescas cuatro horas de carretera entre Delhi y Agra.

Ya estoy de vuelta en Colombo. Ayer los militares me despertaron a las 4 de la mañana. “Inspección rutinaria, los papeles”. En éstas vuelvo a la habitación y ¡Oh pesadilla hecha realidad!, No encuentro el pasaporte. A la media hora, los señores de verde se cansaron de esperarme y se largaron, quizás por ser blanco e inofensivo, quizás por pereza. Un vecino lo encontró a la mañana siguiente. Se me había caído por el camino.Antes de reíros, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

El domingo que viene voy a Bangladesh, mi último destino. Dos semanas allí, una o dos semanas de encierro para escribir, y de vuelta a casa. (Calculo que a mediados de octubre). Tengo la garganta seca y con muchas ganas de ponerla a remojo, así que intentaré que sea antes.
Un abrazo,"

septiembre 27, 2008

Del circo

Que dificultoso debe ser para un payaso, quien es hasta un buen sujeto, tratar 1001 formas de hacer sonreír y apenas recibir una par de muecas.

Quizá para el maromero también lo sea, quien a su vez hace una y mil piruetas con las manos y los pies al ponerse el semáforo en rojo, pero al final cuando ha acabado e inicia el recorrido por el medio de la calle a lo largo de la línea de autos, las ventanas se cierran en su nariz.

Ni qué decir del trovador o del cuentacuentos, oficios unos pasados de moda, ambos con sus mil historias, intentando sacar a las personas del sopor del día o meterlas livianas en el caminar de la noche tal vez sin más que un aplauso opaco por respuesta.

Es duro sí, intentar/hacer sonreír, acalmar a quienes tienen el ánimo triste y el andar roto, o bien a aquellos de alma algo raída y sonrisa descompuesta, el tacto apagado y el impulso apenas latente.

No se si es extenuante pero sí complejo, más de lo que parece, tanto para uno como para el otro , el lidiar cuando ambos están en lados opuestos de la acera aún en la misma calle o ambos de frente en la mesa sin moverse.

Por estos días encuentro personas más tristes, como si rondara ésta de manera más frecuente entre la gente, como si el sonreir se hubiese vuelto exclusivo de unos pocos o como si el reino del contacto se hubiese cerrado por inventario.

septiembre 26, 2008

Un día, no cualquiera

“no se como comerlo o comprenderlo, no hoy,
no aún, es decir las cosas
lo de pensar,
lo de contar secretos,
lo de ser cómplices
y no lo preguntas, solo dices sí,
como cuando te dicen, oye hay un risco, es un brinco, es alto, usas un paracaídas, todo estará bien, hay rocas abajo, una inmensidad y no te preguntan si saltas, solo saltaste como con una extraña confianza que entre la ansiedad, el temor, el bombeo de los órganos, sea lo que sea, los segundos que tardes, los minutos que lleve, valdrá la pena.”

Suena un poco suicida verdad. Me pregunto ¿quién no ha sido suicida así alguna vez? Hasta las personas cuya naturaleza es diferente, no diría que menos arriesgada o de pasos más planificados, pero si más pausadas.

En fin quizá me refiero al momento cuando vas aumentando la velocidad del automóvil sabiendo que si sigues así “algo sucederá”. Podría ser cuando sales a trotar hasta que el cuerpo tiemble porque no se puede dar más, pero “necesitas” hacerlo para recuperar luego la fuerza. El choque de cuerpos en violencia en un partido de rugby. La decisión de que nazca o no una criatura. No lo se si será al llorar hasta al extremo del vómito o de la tristeza profunda, gris, arrugada, plomiza y severa. Sería en algunas ocasiones la acción kamikaze al tomar una sola decisión, la firma de un solo documento de cese o el compromiso aún sin saber de qué trata la vida.

Lo cierto, o al menos yo lo siento así, es que hay que estar muy vivo para poder llegar al punto de ese riesgo que llamé suicida. No es el calor del momento que te hace de manera pasional mandar todo al carajo, no es la pasión de la venas que quema todo al paso. No es el abandono de la situación, o la prepotencia. No es acerca de nada de lo mencionado.

Hablo de la elección y el sentimiento que le acompañ, llevándote a ser más fuerte, más decidido, más intenso, más humano, más sincero, más egoísta, deconstructor acelerado, y constructor novato con visos de arquitecto. Es la fuerza vital que puede venir en arrebato, en cuentas o como corolario, son los pulmones abiertos sin mesura, el corazón bombeando a su intensidad, las manos fuertes, la vista certera, el oído agudo, la piel vibrante, es acerca de estar vivo.

septiembre 25, 2008

Dos mundos: Benedetti y Lautrec

Como la bandera en el monte más alto -por lo que significa- quise poner esto, me refiero al poema (Benedetti) y a la pintura de Lautrec-Tolousse (mismo de mi gato en la fotografía), son dos mundos, dos formas de acercarse, dos tiempos diferentes, personas finalmente.


Lo hice quizá pensando en esa flor de campo hallada al pasar, la que por sí sola hace que uno se devuelva o al menos entorne la vista; o sintiendo el golpazo del viento que hace el cabello a su antojo, o la persistente agua que le lava a uno los pensamientos además de la cara.


Hoy finalmente logré “guindar” esto en el blog motivada bajo varios eventos, fechas y sucesos. Rescato que, en parte ha sido por "corazón coraza" por lo cual fue abierto el espacio, donde al pasar los meses me he animado a experimentar, vivir y abrir más de lo pensado.


Ser no solo empujado, sino incitado, provocado, convocado y casi hasta seducido a escribir, logra de alguna manera que te chupes la idea de que sí puedes conseguirlo. Es decir, encontrar ideas, armonizarlas, convocarlas, vivirlas, construir con ellas y que te construyan y arrebaten. Es un brinco amplio, consistente y fuerte, es más que un reto, es una cuestión de sentimiento y razón, aunque pueda parecer cursi, masticado y envuelto previamente.


Confirmo que es tiempo de aniversarios, momento para celebrar. Podría decir un pretexto para cualquier cosa, claro si lo encontramos. En este caso sí hay motivos para abrir las puertas de este rincón perdido de un bar-café, sí hay razón, siempre la ha habido, para poder sentarnos a charlar y a más. Por favor cada persona que lee siéntase bienvenida, no puedo de menos dejar de compartir este hoy.


Corazón coraza, Mario Benedetti

"Porque te tengo y no

porque te pienso

porque la noche está de ojos abiertos

porque la noche pasa y digo amor

porque has venido a recoger tu imagen

y eres mejor que todas tus imágenes

porque eres linda desde el pie hasta el alma

porque eres buena desde el alma a mí

porque te escondes dulce en el orgullo

pequeña y dulce

corazón coraza

porque eres mía

porque no eres mía

porque te miro y muero

y peor que muero

si no te miro amor

si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera

pero existes mejor donde te quiero

porque tu boca es sangre

y tienes frío

tengo que amarte amor

tengo que amarte

aunque esta herida duela como dos

aunque te busque y no te encuentre

y aunque

la noche pase y yo te tenga y no."

septiembre 18, 2008

Lo siento mucho

En definitiva hay unos días, más que otros, que ciertos sentimientos atacan en tropa, se organizan de manera particular y lo dejan a uno en medio del parque como abandonado, en derrota y con un sabor ferroso en los labios.

Revisar lo vivido se hace necesario ante tal tropel de sensaciones, como si el vistazo por enésima vez sirviera de algo, como si estuvieras seguro que durante las revisiones habrías omitido algún punto, una línea, un entronque y que quizá en ese momento lo notarás finalmente. ¿Para qué?, pues al menos para comprender qué pasó.

Ver pasar los años e ir notando como estás mullido, pero sobretodo como está mullida tu relación, eso damas y caballeros, son palabras mayores. Viste crecer a los tuyos, hiciste quizá no lo mejor según los juicios, pero intentaste lo mejor que sabías.

Tienes en la libreta mental de apuntes tanto, desde lo mejor y lo no tan bueno, hasta lo inclasificable, lo que igualmente te asusta, pues pareciera que siquiera esa sensación está más. Ahora cada paso desemboca en guerra: si colocas un armario nuevo y no en la esquina señalada, si hoy no hiciste el almuerzo, si compraste algo diferente en el supermercado, los gestos de cuchillos, espadas, tenedores y silencios se hacen más comunes, lo peor más profundos. Comenzaste por dejar de intentar intensamente, por renunciar a sentimientos de culpa, o bien por solo dejarte invadir por un tufo de tensa y calmosa irritabilidad.

No es que hayas dejado de ser buen sujeto o que la otra persona lo haya dejado de ser. No es que quieras irte de casa o echar a alguien de esta. No es que ya no le quieras, solo ya no le comprendes y tal así, también se ha ido gastando el ejercicio de intentar.

Qué triste cuando se nos gasta la voluntad de querer hacer o tratar. Qué triste que viviendo en la misma casa seamos dos extrañas personas. Que compartiendo la misma habitación y sabiendo que vos irás a la derecha y yo a la izquierda, ya ni siquiera podamos ver derecha o izquierda, vos te reís a carcajada partida en una habitación y yo aquí escribiendo para vos, sin que lo notés.

Pareciera que ya no puedo contar con vos, ni vos conmigo, aunque así pudiese ser. Solo parece que hemos asumido esa condición como la forma de coexistencia. Es tiempo de dividir...

Has crecido, sos grande, yo también, sabés. Los papeles se han invertido en tanto, ahora que yo soy inclusive más vieja que vos, quizá no tanto pero lo soy, no estoy en condición de enseñarte más, o vos de aprender de mi. Sos recalcitrante, ciertamente ambas lo somos, no en vano tenemos vínculos.

De vez en cuando me enviás flores, una nota, un mensaje de postal. Te quiero, lo sabés, me querés lo reconozco, si alguien preguntase, sin titubear te mencionaría. Sin embargo, realmente sos extraña persona para mi y yo para vos, siempre viceversa.

Dialogamos aún, solo que tan poco, compartimos espacios aún solo que tan esporádicos, nos leemos el pensamiento, sin embargo ya no el día a día. ¿Qué lees hoy? hasta eso desconozco. Te miro crecer, me miro marcharme una sin la otra, y yo que pensé que eso no nos iba a suceder...

He de confirmar que no solo me siento derrotada, sino más bien bastante fracasada, que eso sería casi lo de menos, lo más fuerte para mi hoy, es que soy ajena a vos, como si tuviéramos poco contenido para poder sostenernos en frente y seguir.

Quisiera como siempre tener esperanza, pero hasta esa se me ha ido gastando con esto. Si bien seguimos adelante, y de alguna forma otra vez nos retomaremos de camino. Hoy no es el día.

Saber que todo comenzó con querer volar y con tu kiwi http://www.youtube.com/watch?v=sdUUx5FdySs

septiembre 15, 2008

Instrucciones de vuelo, encuentro y desencuentros

"Encontré al hombre que sabe volar y no puedo escaparme ahora". La niña de los ojos negros escribiéndole a la amiga.

Paso uno: Encierre en espacio seguro el vértigo que le producen las alturas, de manera tal que pueda asomarse de vez en cuando y apreciar la vista panorámica.

Paso dos: No piense que volar es dejar de andar, sobretodo si usted es un pedestre, recuerde también que los pedestres siempre vemos hacia arriba, porque quizá tengamos envidia de los seres que sí pueden volar.

Paso tres: Aprenda a sortear los vientos, pero sobretodo la melancolía que a veces produce intensas ganas de dejarse estrellar.

Paso cuatro: Cuerpo, reconozca por favor el engranaje que lo compone, no piense que todo son alas, ojo ser cuidadoso con esto, sobretodo porque hay seres que de un vistazo ya se fueron por las alturas.

Paso cinco: Si escucha las radiotransmisiones, trate por favor de evitar las necias radiointerferencias, ponga un pelín de atención porque quizá encontrará algo rescatable, pero si se ha iniciado en este ejercicio y lo logró, aunque le tiemble el pulso, aunque la mirada se humedezca, aunque la boca se le seque siga. Intente, siga adelante, no se detenga, levante la cabeza, acelere el pulso, use las piernas.

Paso seis: No es fácil, se lo aseguro, todo será más complicado y a veces doloroso, quizá más allá de los manuales, cifras, citas y sentimientos llevados anteriormente.

Paso siete: Ignóreme. Que otros le cuenten mejor.

Saludos,

Yo

Nota 1: Si decide tomar un seguro, le comprendo, es más le insto a que lo intente una vez en la vida y se dará cuenta que no sucede nada. Es decir el dinero no lo necesitará, porque sus accidentes no serán los de carretera sino de otro tipo.

Nota 2: Recuerde al menos dejar espacio, para quienes son considerados brujas, ícaros, un poco davincescos, principiantes de aeronáutica, hijos del helio y otras formas menos divertidas; sobretodo no le hale a nadie los pies hacia abajo, eso finalmente puede provocar la muerte de alguno.

Nota 3: Si desea aventurarse interpretando sueños, adelante.

El volar al ras del suelo puede ser tan sorprendente como volar al ras del océano, solo habría que modificar algunas de las instrucciones…

septiembre 14, 2008

Sherlock Holmes

"Holmes no era un hombre de vida desordenada; modesto en su manera de ser, regular en sus costumbres, rara vez se acostaba después de las diez de la noche, al levantarme, había salido ya de casa después de haber tomado su desayuno. El día lo pasaba entre el laboratorio químico y la sala de disección, y algunas veces se daba largos paseos, casi siempre por las afueras de la población. No puede formarse una idea de su actividad cuando estaba en uno de esos períodos de excitación. Transcurría algún tiempo, venía la reacción, y entonces días enteros, desde que amanecía hasta que anochecía, se los pasaba tumbado sobre un canapé, inmóvil y sin articular palabra. Sus ojos tomaban una expresión tan vaga y soñadora, que cualquiera le hubiera tomado por un imbécil o por un loco si su sobriedad característica y la perfecta moralidad de su vida no hubieran sido una constante protesta semejante suposición." Estudio en escarlata, Artur Conan Doyle

¿Dónde estará en estos momentos ese muchacho?

La pierna cruzada, cigarrillo en mano, la lluvia a penas intensa, esa tipo gota constante que se deja colar entre las hojas.

Teclea sin cesar, ya no más en la máquina de escribir Remington, que aunque hijo de esta generación apenas la usó cuando fue estudiante. Ahora es el computador Toshiba en mano, la cual está tan ajada como la máquina pero aún es más veloz, tanto como sus ojos o sus pensamientos.

Me da por pensarle cuando se dejar mirar a través del cristal del jardín. Escritor incansable, ahora parece estar en medio de una noticia, no se si de guerra, ya que en este lado del mundo no las hay tal y como las solíamos conocer. Ahora son nuevas versiones, nuevas formas de luchar y amigar casi contratodo y contratodos.

No se si realmente está con esa noticia, la llamada primicia, ¿cuál será por cierto? En cualquier caso todos debemos esperar sus comentarios, el mensaje que llega, el correo de la mañana, las nuevas de cambio o quizá las de la última noche.

Sin siquiera proponerlo, elabora un punto aquí, cruza una línea allá. A veces, cuando le cambia la cara, casi podrías notar lo que sucede en el mundo. Un viso de nube, es el huracán quizá más para él que para los otros. La mirada entornada sin sonrisa, es un tejer, no se si de malas noticias, pero al fin una elaboración muy puntual. Todos sabemos cuando él está produciendo, porque teclea más rápido de lo normal, tuerce un poco la cabeza hacia la derecha y la lectura hacia la izquierda. Si viene sonrisa, sabemos que es “una buena maldad.”

Es mi amigo también, como de otros. No es el compañero de copas, sino más, quizá no el buen vecino, pero siempre tendrá una palabra para vos. Es un maestro, un detective, un investigador con todo y sabueso.

Ese es el chico que está al otro lado del cristal, pierna cruzada, pantuflas azules, pantalón de algodón y camisa de un día cualquiera.

septiembre 09, 2008

La circunstancia

La ventaja de las lágrimas a mi juicio, es que son como enjuagues que se le aproximan a uno de un pronto a otro, sin solicitud de entrega. A veces sabes que las necesitas, otros días no te percatas aún hasta que suceden, como ese chaparrón que cae algún día de verano producto de una nube gris, gorda, rechoncha y cargada a lo largo del viaje por el tiempo.

Algunas saltan por una, otras se avalanzan por los otros. La verdad es que hay una ruptura, no se si de la ecuanimidad, del orden, del sentido, del sinrazón o de la fuerza. Parece como si una ráfaga muy intensa y fuerte te diera un bofetón a veces de dolor y también de felicidad. Lo cierto, es que quiebra.

El agua lava, no solo las calles con sus montañas de basura, o los ríos arrastrando cuanto paso hay en el camino. El agua lava, a veces limpia o enturbia los sentimientos sedimentados, convirtiéndose en la mayoría de las ocasiones en el chaparrón de aviso de que pronto, aunque no sabes cuando, tus sentimientos rejuvenecidos y apropiados se presentarán ante vos.

No hablo siquiera de esa acción que podría dejar la nariz trancada, cual elefante con gripe crónica en el último año. Ni de los ojos como tomate convertido en vidrio, del dragado de energía que lleva consigo todo deslave, o quizá de las centellas que brotan con nosotros.

No quiero hablar de los motivos, pero sí de la circunstancia cuando te sostienes la cabeza pensando que no hay salida. Cuando masticas por minutos, horas y días que el otro no va a sobrevivir. que los pronósticos son insostenibles, que los mensajes no son de buen augurio. Cuando quieres arrancar la corteza con las uñas y aún no tienes respuesta, no llaman... Cuando la incertidumbre se apersona justo a tu costado y la ansiedad toca una melodía profunda.

Sin ser optimista por defecto, quiero cerrar para mi, con ese instante cuando el mensaje de las buenas noticias llega en las palabras, en el anuncio de la mirada, en la mano sostenida, en el devolverse y decidir hasta aquí y voy a comenzar, o al mirar hacia delante extender los dedos y pedir ser acompañado.

No se cuanto de esto es cierto o bueno para mi, lo que puedo afirmar es que de vez en cuando las lágrimas no están de más.

septiembre 07, 2008

Techo seguro

"Cuando nos despertamos nos miramos a los ojos: no hay nada para comer". En la maltrecha ruta del norte de Haití que lleva a la destrozada ciudad de Gonaives, exiliados errantes y habitantes con los pies en el agua padecen hambre en medio de la tierra abnegada.

Es un golpe para los ojos, ver los cadáveres flotar arrastrados fuera de sus lápidas en el cementerio vecinal. Como si fuera poco, tienes el agua por el cuello cubriendo más de 50 centímetros del suelo y el cielo a tormenta cerrada.

No te preocupas por salvar los electrodomésticos, si es que los hay.Ahora es acerca de la vida. Te preguntas si llegará mañana un mejor momento.

Las tripas suenan, porque hay hambre, -la constante es el hambre por estos lares- y cada vez que llueve así, se pone peor. Si hubiese algo de suerte, que la habrá momentáneamente, llegarán los camiones de algún tipo de ayuda humanitaria, quizá ellos no revivan a mis nuevos muertos, pero al menos a mi no me dejarán morir.

El agua enfría el cuerpo, la temperatura baja y no hay más que lo que llevo puesto, ¡Cuánto desearía algo mejor!, pero pareciera que hoy no es el día, además el cielo se rasgó el alma.

Maldices la lluvia, ¿cómo no hacerlo?, si desapareció frente a la vista toda la familia, además de un pueblo entero con casas, bueyes, cabritos. Sin embargo, los números no valen, ya que todo vuelve pronto a su “normalidad” sin memoria de lo sucedido.

Estoy segura que a mi no me atenderán tanto, si por ahora solo hay 50, 100, 500 muertos, y si además tratan lo que sucedió en el sudeste asiático, Nepal, India, Bangladesh como algo antiguo, a pesar de sus treinta millones de desplazados del año anterior. Lo confirmo, lo de estas tierras no es tan importante; sino por qué en tantas décadas el tiempo se detuvo con el cambio.

¿Cómo se hace uno notar? Si se tiene frío y hambre, si la constante es la escasez, si lo que se teme es la epidemia, si lo que se quiere hoy es solamente dormir en espacio salvo, sin pensar y en compañía del recuerdo de los muertos.

septiembre 06, 2008

Aceite de roca


Una de las características del petróleo, es que por su densidad no suele mezclarse con el agua, es una capa que aunque convive con este elemento mantiene la diferencia particular de su propia condición.

De origen orgánico, fósil, fruto del proceso de transformación química por el calor y la presión sobre aquella mezcla que viene del zooplancton y las algas depositadas en los fondos carentes de oxígeno y cubiertos por capas pesadas de sedimento.

Es así como los productos más ligeros de la transformación química ascienden a la superficie por medio de los escapes. La materia densa sin suerte, como el "aceite", no escapa, se deposita si cae en trampas.

La vida como la conozco hoy, no puede ser la misma como hace años antes del petróleo que “tocó" lo económico, lo social y porqué no, lo cultural. Traigo a colación esta materia por la imagen que rondaba en mi cabeza hace algunas horas, cuando al intentar incorporarme a una dinámica no nueva, sentí la poderosa dificultad de reunir las condiciones para hacerlo.

Sabemos todos que el relacionamiento humano puede ser complicado, más aún si hay que desenvolverse en un espacio dónde la diferencia numérica y de opinión de unos hacia vos o tu entorno, sobrepasa tus ganas de entrar en lid.

He de confesar que lo hice, entrar en escena y colocarme en posición estratégica, no recuerdo que me frecuenten las ganas de evitar opinar -aunque sí sucede-. Sin embargo al cabo de un rato, francamente deseé unirme a la pandilla de sujetos que no sobrepasan los 7 años de edad. Ya que parecía que el barro, la chichota, el moretón, el rasguño resultaba un tanto más desafiante en igualdad de ombligos y condiciones que desenmarañar la frustración colectiva sobre mi país.

Si bien es cierto, comparto tal frustración, -que al fin y al cabo abrió un espacio para cualquier otro tema-, me río de la forma en que algunas personas dictamos cátedra, eso de asegurar que la opinión de uno será la verdadera ya que es producto de la experiencia ¿Quién no tiene diferentes experiencias en un mismo tema?

Confirmo que hubo un momento dónde tuve la gana imperiosa de dar la llave de la legislación y decir damas y caballeros, es su tarea limpiar el estado del sitio. Verdad que es fácil disertar. Verdad que no se dan cuenta que ustedes también son petróleo.

¿Por qué lo digo? Pues una gota de petróleo en medio del agua, no se mezcla, no importa si está en franca “desventaja” proporcional, solo su naturaleza parece no permitirlo. Fue de esta forma, que yo me sentí una gota negra en medio de un mar blanco, rodeada por aquí y por allá, tratando de explicar y decir, te comprendo, pero a pesar de nuestra condición, nuestra densidad sigue siendo diferente y no por eso una mejor que la otra.

A su vez, mi contraparte también fue en su momento petróleo y no agua, pues parecía que no importaban las décadas en las que había estado aparcado en este lado del mundo y en esta región; ya que puedo confirmar, había aprendido como buen taxónomo a la clasificación pero parecía negligente al olvidar el ambiente en el que se habían desenvuelto las personas y las especies.

Que ironía no, pretender que un joven país se construya en dos centurias, lo que a otros les tomó siglos y milenios, donde la tarea no radica en solamente mirar el “desorganizado y algo sucio espacio” dónde se está, sino también, ese caldo de cultivo, que aunque complicado, hace cocer y germinar muchas más cosas de las que pensamos.

Finalmente, no decidí si entrar en disputas sobre matrícula educativa, sobre asfalto y octanaje, sobre corrupción o corruptela, sobre la lenta forma de los cuerpos, decidí atacar la comida -tal parece que sigo aumentando de peso-, y disfrutar la albahaca verde que estaba plantada en el horizonte del jardín donde estábamos…

septiembre 03, 2008

Platero y yo

De algún sábado por la noche...
Quiero acariciar tu cara,
aunque luego no pueda cruzar la línea
y deba quedarme al otro lado de la ventana.

Quiero flores recién cortadas ,
aunque luego deba dejarlas morir antes de cruzar el borde de la entrada.

Quiero que caigas conmigo en deuda,
aunque luego no me fueras a pagar una sola castaña.

Finalmente, me daría por cuenta saldada, si me dieras
de tu tiempo en un campo de limoneros y naranjas justo amanecidas.

No te engañes, eso es lo que quiero.

septiembre 02, 2008

Paraíso tropial

Alguna vez pensé que van gogh me conocía, años antes de que naciera y que degas quizá me había dejado los borradores de lo que no soy -Qué petulante-, pero entre Klimt, Tamayo y Guayasamín, junto a un poco de lluvia, podría gastarme horas enteras de vida. Realmente hoy solo quiero dejar suelto esto:

A veces parece
que sobra de todo
sobran palabras
sobran fantasmas

sobran besos
sobra soledad
sobre el atardecer

sobra el verde con azul y rojo
sobra el corazon y los espacios
es tiempo de sembrar
en el paraíso tropical

septiembre 01, 2008

365 días

No te parece que por si solo es un regalo, el pensar que has generado algo nuevo. Casi es sentirse como pandora abriendo su caja de piedras y sorpresas (claro sin la línea del desastre, aunque también puede ser), y quizá sin la petulancia de esta o de un dios cualquiera. Podría decir que por primera vez se siente uno artista, capaz de hacer, conquistador de lo indómito y sonriente sin sentido.

Confirmo que ser artífice de un cambio, quizá sin haberlo esperado o deseado, sin haber entrado en estado de gestación por nueve meses, o sin haber movido hilos para tejer algo, nos deja con los ojos dilatados de inmensa sorpresa.

Es cierto que cambiamos, al mezclarnos el suficiente tiempo para que alguien nos conozca o le conozcamos, sea por antagonismo o por paralelismo, por conjunción de nuevas energías, o porque sus piojos pasaron a ser los tuyos en un salón de clases, porque el emparedado que se cayó lo limpiaste en el pantalón, lo comiste y lo compartiste, porque llorar cambia, porque el “uso y desgaste” nos lleva a moldearnos la vida.

Nosotras las personas, encontraremos en algún punto de inflexión que la ebullición nos ha llevado a otro lugar. Que ya no somos los mismos y estaremos más sorprendidos, cuando allá afuera nos demos por enterados que nuestra vida es otra.

Decisiones matizadas de otra tonalidad. Acercamiento desde espacios no pensados. Paladeo de sabores “nuevos”. Visualizaciones con ojos expuestos a otra intensidad de luz. No somos los de hace 53 semanas atrás. Hasta la panza es nueva y el intestino más viejo o el surco más profundo.

La constante es el cambio tanto como no darse por enterado siempre. La realidad es que los años nos llevan en tropel y nosotros vamos cargando de cuanta cosa la cajuela del automóvil, sin a veces percatarnos.

¿Qué será lo que observamos cuando de vez en vez volvemos la mirada hacia la distancia?, cuando llega o se marcha la gente. Cuando en definitiva sabemos que no somos los mismos, que ya recorrimos lugares, los cuales han vuelto a aparecer lejanos pero esta vez porque no los frecuentamos. No es acaso un cambio darse cuenta que además tenemos el valor de ver eso, de reconocer que unos nos cambian a otros. De que los otros nos significan tanto. De saber decir lo que ansiamos.

Mi vida es otra diametralmente en tanto, desde hace 365 días atrás que más bien parecen años.