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agosto 19, 2009

Sobre libros, heridas y rinocerontes

Ingrato es el oficio de ser madre o padre como de ser hijo(a). En ambos casos lo es y en ambas direcciones. Hay momentos tan largos como los días en donde lo que se haga no es suficiente, así de intenso o quizá egoísta es la cosa. Lo cierto, es que en ambos "bandos" hay gente que da la guerra, la talla y la lucha.

En las últimas semanas he leído por tractos el periódico y Hakuri Murakami. Sin terminar este aún, llegó a mi un pedido especial, un caído de las manos, con olor a nuevecillo, con sabor a bienvenido y cuyo deseo se despertó a partir de una crítica que leí.

"Heridas causadas por tres rinocerontes." El libro es pequeño por la brevedad de los capítulos, por la textura de las páginas, por el tamaño y tipo de letra, de alguna forma todo me recordó el Baricco que me regalaste, pero es un texto completamente diferente.

Bastó con tomarlo para correr entre el taxi y el autobús, 37 páginas al día siguiente que llegó. No puedo evitar recordar gente mía y sobretodo "vos", mucho tiene que ver con que la historia es de un padre y su hijo, de una cosa llamada leucemia, de algo no esperado y tal sorpresa. Trata de nosotras las personas y cito "de la rabia, la angustia, la desolación, la incertidumbre, pero también de la ternura, la alegría, la compasión y la esperanza." No sé si comparto lo que dice la cita que coloqué, lo que sí aseguro es que es cercano, de allí que quise colocar un "pedacito".

"TARDES QUE SE ENLAZABAN. Como un triángulo. Pero la tarde es un juguete en manos del niño. Yo soy la nieve. Y quiero ser un manual para vivir en la nieve. El niño enfermo me convierte en esquimal. Y en cacería. la enfermedad es un pupitre. Yo juego a recordar. Para evadirme. Pero sufro, no soporto la insistencia de la fiebre, su rencor, sus colchones falsos, su primogenitura. Me rebelo. Soy la nieve cayendo en un estanque. Soy lo que no quiero ser.

LLAMADAS que uno jamás espera. Me preguntan por Yorgos, por su enfermedad (---) También hay llamadas y cartas que uno espera. Que lo dan todo. Que me fortalecen. Llamadas y cartas que me empapan como un aguacero. Como un aguacero en noches donde no existen los impermeables." Fernando Sanmartín

agosto 17, 2009

Historias: Virginia Grütter

Hay países que producen literatos como si fueran gotas de agua, muchas y multiplicadas, algo diferentes unas de otras, pero al fin aguas.

Hay lugares que con la historia, más de sangre y brecha profunda produce literatos que usan las letras para marcar el camino, como los dientes en la tierra. Sí de todo hay y somos testigos, unos países son más prolijos que otros.

Hipótesis muchas que si dolor, necesidad, suerte o entendimiento. Yo sé poco de estas. La sensación que tengo es que conocemos más de lo universal que de aquellos de la "vuelta de la esquina". Sí, sí, ya sé que es por el tema de casa editorial, dinero, mercadeo y demás. Pero ojo, ahora tenemos menos pretextos para adentrarnos en las "tripas" de los otros y quizá entender (nos) un poquito mejor.

Virginia Grütter murió en el 2000, llegó a la edad de 70 años, hizo teatro, poesía, critica y sobrevivió a cierto tipo de muertes, las que la dejan a uno viva, pero con cierta parte muerta y aún un olor de fresca. A continuación algo parecido a eso que llaman sentimiento de culpabilidad que nos fabricamos o algunas veces heredamos, sobre esos temas de creencias y demás:

La confesión
"Qué de flores marchitas, qué de rodillas,
Qué de horas arenosas y amarillas,
De candelabros,
Yo hincada siempre hincada y suplicando.
Golpeando no sé dónde por mis entrañas
Desesperada
Por encontrar pecados
Dentro del alma.
Era como meterse la mano por la boca
Para sacar un mono o una sompopa.
Algo muy feo
Para poder mostrárselo al cura añejo
Que me esperaba austero tras la cortina
De aquel confesionario de negra harina.
Los panes rotos
De mis sueños sencillos, hasta aquel foso
Yo le llevaba
Como prendas de buena enreligionada
Y así aprendía
A odiar mis vanidades con mis sortijas
Y a buscar males
Donde sólo habría habido noches serenas
Pero me hincaba
Muy dentro de mí misma y le espetaba
Todo lo que podía ir recogiendo
En mis horas de santo recogimiento
De cas y ortigas
De sierpes venenosas y lagartijas
Lo que juntaba
En horas de ejercicio desmelenada
Y así aprendía
A creerme lo de afuera y lo de arriba
Que yo inventaba
A base de mi histeria dosificada.
Vírgenes dolorosas en sus sitiales
Caras almidonadas tras los vitrales
Mirando al cielo
Enseñando el camino de aquel consuelo
Me contorneaban
Y yo buscaba el suelo con la mirada
Toda cohibida
De no ser aceptable para esa vida
Cual fruta fresca
Que quiere sacar savia de rama seca.
Aprendí a mentir males para los otros
Yo soy vieja maestra en esos modos
Y ahora estoy aprendiendo en esta vida
A no mentirme males para mí misma."

agosto 13, 2009

Noam Chomsky recientemente

Una amistad del tiempo, desde Colombia donde estudia, me envió un enlace de un diario digital en Costa Rica. Este es sobre una entrevista hecha a Noam Chomsky en la cual Miguel Vera le hace una serie de preguntas sobre la política exterior de Barak Obama (recientemente cumplió 200 días en el poder)

Pensé si quería anotar aquí el "link" con el artículo pues si bien es cierto no quisiera dudar del Diario,(el mundo digital es como un mundo de cuentos), todo es posible sea tarde o temprano. En todo caso aquí está: http://www.informa-tico.com/index.php?scc=articulo&ref=12-08-090013&noti=1

Como aún así tengo mi sospecha, pues me fui a la página del autor mencionado, la que está en Zspace y que encuentro bastante actualizada, realmente su blog está allí http://www.zmag.org/zspace/noamchomsky

No encontré artículo similar o entrevista. Asumo que no busqué lo suficiente o bien me aburrí en el mar de cosas y a estas horas de la noche. Ya no importa. Lo cierto es que hay algunos "posts" recientes, con un sabor interesante. Me gustó este titulado "Season of Travesties: Freedom and Democracy in mid-2009" Si hay chance, si no odian tanto al Chomsky como para leerlo, tomen un poco de tiempo, que tiene su "toque no se qué" y en este caso, quizá compartan hasta lo que dice

Anoto algo para calentar: The discussions about Responsibility to Protect (R2P), or its cousin "humanitarian intervention," are regularly disturbed by the rattling of a skeleton in the closet: history, to the present moment.

Throughout history, there have been a few principles of international affairs that apply quite generally. One is the maxim of Thucydides that the strong do as they wish, while the weak suffer as they must. A corollary is what Ian Brownlie calls
"the hegemonial approach to law-making": the voice of the powerful sets precedents.

Another principle derives from Adam Smith's account of policy-making in England: the
"principal architects" of policy -- in his day the "merchants and manufacturers" -- make sure that their own interests are "most peculiarly attended to" however "grievous" the effect on others, including the people of England -- but far more so, those who were subjected to "the savage injustice of the Europeans," particularly in conquered India, Smith's own prime concern.

A third principle is that virtually every use of force in international affairs has been justified in terms of R2P, including the worst monsters. Just to illustrate, in his scholarly study of "humanitarian intervention,"
Sean Murphy cites only three examples between the Kellogg-Briand pact and the UN Charter: Japan's attack on Manchuria, Mussolini's invasion of Ethiopia, and Hitler's occupation of parts of Czechoslovakia, all accompanied by lofty rhetoric about the solemn responsibility to protect the suffering populations, and factual justifications. The basic pattern continues to the present. The historical record is worth recalling when we hear R2P or its cousin described as an "emerging norm" in international affairs. They have been considered a norm as far back as we want to go.

Saludos.

agosto 11, 2009

La rebelión de las letras

Recorrí por más de 40 minutos una librería de saldos. La que vende los libros de la "otra" que está de moda y ubicada en varios sitios de la capital. Busqué y busqué, encontré dos "best sellers" que un par de amigos han leído y me han recomendado aún sin lograr mi atención; se sumó un libro gordo del escritor que ahora estoy leyendo y uno de Coetzee, del cuál esperaré comprar cuando esté en rebajas.

Que desilusión, urgentemente necesito ir a una compra y venta, un lugar de libros usados, quizá así se calmen mis ganas.

Estaba cerca de la universidad -se supone la más grande del país-, misma donde estudié, esperaba el autobús universitario que me deja a 27 pasos del portón de casa -los he contado- Aún hoy puedo señalar las tres librerías de hace dos décadas. De esas que solo un dueño pasional de su negocio podría tener. Se encontraban libros de los más viejos a los más nuevos, de los clásicos hasta lo que estaba abriéndose paso y tantos de los que olvidé título o casi segura de que no encontraré ya más.

Murieron los dueños y se abrió paso a una pizzería y un café internet, excepto por una, la que lleva un nombre como de "Nueva Década"

Hoyporhoy no envidio y sí ambiciono una mezcla de librería, una suerte de lugar que reuna todo eso que se ve en la feria internacional del libro de Guadalajara, o los pisos y secciones de las que encuentras en las concurridas calles de Buenos Aires capital y ese servicio de libros por red que no me deje el bolsillo roto por lo elitista que sigue significando leer.

Me gustaría poder tener ese chance de contar con una red de kioskos públicos en dónde pueda "tomar" prestado el libro que encontré por en Internet, tal como las bicicletas públicas en los Países Bajos -claro si aún existe esta modalidad- y llevarlo conmigo, para luego devorarlo o no y devolverlo, sin mayor consecuencia que el placer.

Sería mucho pedir que un librero, bibliotecólo, lecturólogo, mentiroso especialista, me contara lo último que ha leído colocado en algún estante del lugar, sin que siempre señale los "más vendidos" que ni siquiera conoce. ¿Podría alguien alimentar mi esperanza e indicarme algún otro escritor que quizá podría descubrir? Debería haber algo así como una rebelión de letras y de lectores. ¿No les parece?

agosto 09, 2009

Los lirios y Hakuri Murakami

Hace una semana que no nos vemos -en otros casos hace tres o más, en fin.- Mucho que decir al respecto, que si mi limitado acceso al ordenador -pues el que tenía en casa se "quemó" producto de las descargas eléctricas en una rayería del mes de julio que no olvidaré por muchos días,- que si el volumen de trabajo, que si la frecuencia de salidas. Todos ciertamente son factores que me han alejado de este sitio.

Sin embargo aquí estoy. Entre el cierre del festival de jazz, en donde tuve el "chance" de escuchar a un quinteto alemán llamado Schultzing, quienes ganaron el festival de ese género en Granada, España y cuya vocalista y los 4 músicos más me llevaron a la excitación con lo cual adquirí sus dos discos a la salida del teatro. Anudado a los vanos quehaceres diarios, el cumpleaños de mi madre, el peluquero que me dejó casi calva, unas botellas de vino.y el estar leyendo a este escritor japonés.

He de confesar que es nada lo que conozco. Leí "After Dark", primero, gracias a una "gentil mano mecenas", pero a mediados de este año la misma mano dejó "Tokio blues (Norweian Woods- nombre original)"

A quien le gusta el olor intenso pero a la vez suave que se concentra por las noches en esos lirios, ese olor que transporta, que puede ser fuerte y provocar el estornudo si estás demasiado cerca, pero que te impregna la memoria con imágenes sólidas. Le gustará Hakuri Murakami.

Sonará extraño quizá, que yo sin ser crítica literaria y apenas con dos libros leídos, podría decir que este sujeto es para quien se atascó por mucho años entre los clásicos, cualquiera que estos sean, quien busca entre los nuevos escritores y sin un real éxito o sabor que perdure, quizá le guste también y se lo devore.

Lo que quiero decir es que provoca un rastreo continuo de emociones -y de ciertas sensaciones- en mundos de por sí oscuros. Hay que probarlo, hay que atreverse con este japonés.

agosto 03, 2009

Sobre higuerones, guarumos y otras especies

Asumo que la especial relación que se construye con la naturaleza, no le sale a uno solamente de ese proceso de sensibilización hacia el ambiente como por ósmosis -como algunas campañas pretenden-. Pienso que sí se construye al "chocar y notar" lo que la vida significa. La capacidad de creación, de crecimiento que la naturaleza supone. La fuerza de abrirse paso no importa el lugar. La diferencia que pinta entre el inicio de la mañana y el atardecer que cierra.

Pareciera un llamado silencioso que es escuchado por esas fuerzas, llámese plantas, insectos, aves, semillas para retornar a sitios -los menos pensables- trepando por las paredes, haciendo nidos en las esquinas de los edificios e inclusive adaptándose a los nuevos requerimientos –semáforos, automóviles, ventas ambulantes, cloacas destapadas, extintas áreas de apareo, nueva depredaciones…

En las esquinas de esta ciudad gris, a mi juicio y contrario a lo que digan, dejaron pequeños reductos de belleza entre la combinación de viejos edificios aún no demolidos –quizá por una mano divina, pues aquí todo lo tiran abajo- y los árboles.

Esas combinaciones son para mí, como los estandartes de lucha, izados, bien alto, levantados, hasta el día del “ya no más”. Ver árboles crecer en los sitios menos pensables en el “pasado”, es una de mis actividades favoritas, además de ver a la gente caminar. Hace algunos días aprendí que el "guarumo" en una especie que le abre paso a otros árboles -cómo el que cuida el terreno para que otros crezcan-. Quizá por eso los busco con ojos agudos, pensando que saben que yo les veo y ellos a mí, pretendiendo que hay más allá afuera y que por eso no claudican en el lugar donde decidieron plantarse…

julio 31, 2009

Para cerrar julio "sola"

En estos días me apropié de fotografías de Magalena Wanli, reconozco que me parecen cercanas, y le agradezco a un bloguero el haberlas publicado en su espacio.

Digo cercanas, quizá porque son y me recuerdan lugares que he visitado hace mucho tiempo. Esta última imagen que "guindo" hoy, es exactamente igual -claro cambia tamaño e intensidad de la luz-, a una que tomé hace una década justa en el norte de Canadá, en puro verano, con dientes de león por doquier y florecillas amarillas como estas. No pude evitar sentirme algo en casa...

Al inicio de julio había dicho que colocaría cosas de gente centroamericana, lo más que he logrado hacer es colocar un poeta y un escultor costarricense, algunas noticias de Honduras y ciertas cosas del ánimo rodante.

Como si fuera tarea incumplida y con el pretexto de lo dicho, tomo algo de Eunice Odio (1922-1974), mujer de hace décadas atrás que junto con la fotografía me dejan la sensación de una "sola" no por eso soledad o quizá sí.

Declinaciones del monólogoI
"Estoy sola,
muy sola,
entre mi cintura y mi vestido,
sola entre mi voz entera,
con una carga de ángeles menudos
como esas caricias
que se desploman solas en los dedos.
Entre mi pelo, a la deriva,
un remero azul,
confundido,
busca un niño de arena.
Sosteniendo sus tribus de olores
con un hilo pálido,
contra su perfil rosa
en el rincón más quieto de mis párpados
trece peregrinos se agolpan"

julio 30, 2009

Julio 30

Quizá piensen que mi ánimo está algo alicaído. Hoy podría decirles que sí. Extrañamente no sé las razones o el motivo.

Barajaba si sería que es cierre de mes. Que si extrañaba al otro, a la persona que le pone el sabor o chispa a mi vida o en esos días tontos. Que si sería la señal de alguna hormona escapada. Bien que es algo tarde en la noche recien entrada, pues aquí no hay cuatro estaciones de larga jornada. O es porque estoy escuchando los Beatles y Michelle precedida por Eleanor Rigby (ambas canciones le ponen un toque no sé qué a mi ánimo) Quizá un día con sabor variopinto, con algún reducto de aquella gritería de las 5:30 en mi oficina días atrás. El asunto es que no concreto (para variar), así que busqué y busqué algo que le diera forma a lo que me ronda en la cabeza y aquí esta:

Janos Arany, En las guerras
" En las guerras, antiguamente,
no seguían principio alguno,
el más fuerte siempre al más débil
le quitó todo cuanto pudo.
Ahora no es así. El mundo
regido está por conferencias:
cuando se hace el fuerte una trampa.
Se reúnen- y allí la aprueban. " Budapest 1817-1882

julio 25, 2009

Una forma organizacional madurada lentamente, el cártel la familia

Un nombre curioso dirán algunos para una organización delictiva. "La familia", una forma de concebirse dirán otros, un nuevo grupo de poder quizá; lo cierto es que en los últimos meses ha sido notorio este grupo, esta forma de delinquir, esta manera de hacer negocios y negociar.

Es poco lo que comprendo de la manera en que operan ciertas cosas, como esto de los cárteles de droga”. Asumo que se entiende en la medida en que "salen a la luz" a partir de sucesos generados; pues además, no sería viable para quienes les persiguen, contar lo que han descubierto o cómo operan.

Estamos ante una forma de organización que "no se conformó con llevar a cabo tareas estrictamente delictivas sino que evolucionó para convertirse también en una especie de fundación que asiste a los necesitados, en una policía alterna que ofrece protección a la gente y en un gobierno paralelo que invierte recursos para pavimentar caminos, construir escuelas, iglesias, canales de riego y generar empleos." Los expertos dicen que basa su manera de actuar en cinco ejes a saber: "la generación de infraestructura social para obtener protección política y de la población, comunicación social con tintes religiosos, capacidad militar operativa, infiltración en sectores económicos legales y ayuda directa a la población marginada." (Citas del Diario La opinión) La historia no termina allí, invoca su cabecilla a la religión, pide, ora y tiene esperanza y a la vuelta mata a quien no. ¿Qué más se puede pedir?

Como bien ya dije, no comprendo como operan, pero sí entiendo lo anterior, me queda claro y lo que asusta es lo que todo esto significa...

En los países nuestros donde quizá algunos aún vivimos en espacios en los que no hay que pagar por pasar de un sitio a otro, donde la seguridad es mediana, escasa y burlada, pero permite transitar a casi toda hora. Hay sucesos violentos, muy violentos e innombrables, aún no se vive el rapto express como pan nuestro de cada día y se tiene alguna sensación de tranquilidad. Sin embargo, uno pregunta casi como vecino ¿hasta cuándo será?

La pobreza, si bien es dura y por mucho, confrontada y quizá atendida permite construir, quizá sembrar esperanza en los reductos menos pensados. Invertir y atender ante estas circunstancias pareciera demostrar que brinda oportunidad para futuro. En cambio la violencia es cabrona (perdón si les suena duro la palabra), no permite vivir, no permite descansar, no permite dejar de temer, enerva la neurosis, nos lleva a cometer cosas entupidas, destruye paz alguna y sobretodo genera desolación.

¿Qué será de nuestros países? Cómo se preguntaba una chica de un blog, hay dos tipos de países, los que importan y los que no importan, así se mide la intervención. Quisiera pensar que sí importa, que sí se hace, que sí debemos todos hacer algo desde cada espacio. Es duro lo que vive México con esto, lo que divide el país según Calderón. Recordamos acaso Colombia y Ecuador o las rutas de paso por Centroamérica Tokio, Amsterdam y....

julio 23, 2009

Por las ramas: jueves de mediación y cierre de negociación

Jueves 23, los jueves y los números impares son bonitos, -esa es una de mis pequeñas cábalas y supersticiones- confirmo que he expuesto mis pies a barrido, he pasado bajo cientos de escaleras, he visto más de una vez un gato negro a los ojos, me he quedado hasta la medianoche en un cementerio, he hecho lo innombrable los días martes o viernes treces, entre otras cosas.

Aún falta un día más antes de que diga, otra semana que se fue volada. Además puedo ir -cuando lo logro- a una clase de baile, que más bien es de calistenia para quienes somos muy torpes -lo puedo asegurar.

Los jueves, un día que no tiene ni un pie aquí, ni uno allá. Así pienso y así quedó la negociación entre los "dos bandos visibles" hondureños entre Micheletti y Zelaya. ¿Por qué?, pues después de tres semanas de intentar "revertir un golpe de estado" cosa que sería algo sin precedentes en la historia, las declaraciones del mediador en el cual manifestada la búsqueda de un equilibrio entre los requerimientos de ambos grupos, en este caso el presidente de Costa Rica fueron respondidas con ningún resultado.

Los chicos micheletti se llevaron el documento para analizarlo en casa, agradecieron el esfuerzo y la acogida. Los chicos zelaya agradecieron el tema y declararon la cosa un fracaso desde el día uno, anunciando de una vez que el depuesto presidente (ex-presidente a mi juicio si me pongo muy semántica) se disponía marchar a Nicaragua para entrar a Honduras “su tierra”, caminando.

Todos debemos hacer concesiones en una negociación, es una premisa -aunque sea una-, la historia así lo ha demostrado. Parciera que siempre debemos preguntarnos ¿hasta qué punto están los países y sociedades dispuestas a este ceder?, sobretodo las personas que “presiden”, pues siempre es acerca de gente.

Si bien no conozco muchas persona que estén de acuerdo con un golpe de estado, en el tema hondureño las posturas (como lo normal) son encontradas y reacias en este caso. Es como si al escuchar ambos grupos asientas, sí tienen razón de un lado, sí tienen razón del otro. ¿Será acaso que sí tienen razón pero en planos distintos? Finalmente la democracia es la suma de esos encuentros diferentes en un espacio común.

Ver a Honduras aislada, sin hacer la lectura de la reciente historia centroamericana, sin releer lo que han dicho por años los “famosos barómetros” de gobernabilidad, democracia y satisfacción (la insatisfacción). El olvidar lo que sucede con ciertos gobiernos en Suramérica sin recordar las personas y a quienes representan, es como tener una fotografía con los bordes perdidos e inclusive su figura central borrosa.

Sí es complejo el escenario y sí Honduras parece que profundiza su condición espiral, pues pasan los días, las semanas, los meses y pareciera que la siguiente vez que nos demos cuenta será noviembre y aún no estará de acuerdo nadie. Ojalá que no suceda… ojalá que sea el juego de la cábala y la superstición, no la realidad, mientras unos abren los ojos de susto, otros manifiestan espanto y se mantienen todos de pie casi sin moverse.

julio 21, 2009

Horas de oficina

Es extraño, aún me descompensa escuchar gritos de una persona a otra, sea en la calle, frente a frente, por el teléfono.

El sonido "chillón" retuerce mis oídos, pero además acelera mis latidos y según de donde provenga o como se dé, me revuelve las tripas. Esto me quedó de años atrás, y aún no me explicó de dónde proviene tal cúmulo de sensaciones...

Las 5:30 de la tarde de este día, intentaba concentrarme en pendientes de días que deben salir justo el mañana miércoles. Un poco "workaholic" (¿se dirá así?) o algo mártir pues la labor inició a las 7:15. Sin embargo solo es un día más de esos que comenzó a cerrar con un casi me voy para que cataplún saltaran gritos telefónicos, amenaza de "cuidarme" e interpelación personal...

Me pregunto qué no cruza y se confunde en la cabeza de ciertas personas que toman una sola palabra para elaborar una realidad distante de lo
"sucedido."

Durante 10 minutos de vida escuché retahílas, no encontré mucho que decir, solo afirmar “no ponga palabras en mi boca ni manifestaciones no hechas.” (Sí algo aprendí del mundo diplomático), finalmente lo mejor que encontré en mi bolso de herramientas, fue dejar que hablar… total ni había diálogo, ni prisa.

Han pasado dos horas de lo que les relato, el ritmo cardiaco regresó a su rumbo, me entretuve para variar en otras cosas, oscureció con cielo azul en tres tonalidades. Me apetece llegar a casa, quitarme los zapatos, poner los pies en agua tibia, beber té rico, mirar mi programa favorito de martes de ficción (Sí ahora estoy enganchada con uno llamado Fringe). Me pregunto cómo reaccionaré mañana, si esta es otra más que se repite… No sé. Si algo sucede, quizá les cuente

julio 18, 2009

Para una tarde soleada, José María Zonta

Ciertamente he escrito poco por estos días, quizá porque he estado un poco viva en silencio y dedicada a querencias, bien porque el trabajo burocrático de la "conversación y la reunión" lo envuelve a una o finalmente no he tenido mucha energía.

Saben, a veces pienso que las personas somos los "frankenstein" de una película cualquiera. Lo digo pues no solo somos el "humano" aquel, sino pareciéramos la sumatoria de los aparatos que manejamos, pegados como apéndices o más cercanos que las personas resultado de la cantidad de horas que compartimos, tal es el caso de la computadora, el blackberry, el Wii, twitter, el auto, el ipod (o cualquier otro aparato musical), el control multitarea, en fin...

Seguimos teniendo la fisonomía de siglos atrás, pero con las demandas del futuro devorador que nos empuja o excluye a estar siempre comunicados, siempre sabidos, siempre actualizados, siempre ignorantes en constante insaciabilidad. Es casi recibir un mensaje de “No hay tiempo para detenerse.” (¡qué mal!)

Lo anterior, para decir que entre brincos de oficina, café por la noche, comida con alguna premura y otros avatares, encontré un poema de un costarricense. Quién tiene una sensibilidad extraña, o una personalidad más oscura por más tai-chi que le rodee...

"Uno sale del trabajo proporcionalmente feliz,
ojos contaminados
y compra unos vasos
casualmente dos.
Paga impuestos
recibe malas noticias y contra enfermedades.
Uno piensa improperios
para callárselos,
no acaba de entender la íntima relación
entre la juventud y la muerte.
Uno estudia filosofía
porque entiende que la vida es un tranvía,
recibe la lección y no la enciende,
uno es totalmente libre de hacer lo que quiera
dentro de su jaula.
Uno grita, quiere amar,
toma una cerveza,
no recoge el guante que dios le tira.
Envuelve la noche en hojas de soledad
y se aposenta en los bordes de alguna canción.
Uno hace esto y cree que es vivir,
pero se engaña quedamente.
Hasta que una mujer lo mira
lo aplaca, lo prende,
le atraganta la vida en los ojos.
Entonces uno ríe de sí
controla los gastos
ya no envidia a los gatos
y esparce amor. " José María Zonta, costarricense

julio 11, 2009

Como los perros

Si bien es cierto la lectura me gusta, la fotografía me seduce y ciertas pinturas me provocan estirar la mano para querer tocarlas, o la música me permite anunciar mi ánimo o llevar la fuerza en otra dirección, el cerrar los ojos tiranos que todo lo marcan y dejar que la nariz y el olfato me lleven, es todo un placer.

Un día de estos "tomé" prestado un recipiente de crema de jazmín, me la unté por donde pude mientras me alistaba para salir corriendo hacia la oficina. Estaba a media mañana en una reunión y al acercarme el brazo a la cara en un gesto de recolección de mi cabello en moño "zas" por fin caí en la cuenta que el perfume con olor a antiguo (a mis tías paternas), el que le dí a mi hermana hace meses, tenía también ese olor.

Caminaba el otro domingo por la calle, era media tarde, había llovido, todo estaba limpio y fresco, pasaba yo por algún lugar antes de cruzar el puente que una vez fue parte del inicio de mi casa, allí había olor a lirios blancos.

Noto, lo noto profundamente que los olores son importantísimos para mi, puedo distinguir entre un eucalipto y un ciprés común, no sólo entre un limón y una naranja, sino además una orquídeas o un lirio y casi puedo tocar su textura con el olor. No son iguales las mañanas frías con pinos en la montaña, que las mañanas frías con los cafetos florecidos o los granos recogidos en sacos y puestos la noche anterior. Ni la leña verde huele igual. Ni un cementerio con moho o la tierra removida unas horas antes.

Los aromas llevan un código diferente, que no tiene color o tamaño, ni siquiera tiempo -dirían por allí que son parte de los aprendizajes significativos-. Quizá sean parte de las líneas genéticas, pero en definitiva es lo que expande el gusto y la vista, lo que complementa el tacto y el oído, y aunque "allá afuera" hay todo un mercado plasmado de compuestos aromáticos, la naturaleza sigue siendo insustituible.

julio 09, 2009

El día de mañana

Los límites. sea la frontera política, el muro de la casa de la par, la línea de la carretera, el cuerpo. Desde pequeños parece que vivimos con estos, sea por mano de los familiares, o al aprender cómo movernos en el jardín de niños (si es que tuvimos esa suerte), entre lecciones de lo que se supone se debe o no hacer, casi como un famoso manual de urbanidad y buen comportamiento (el de Carreño... ¿lo han vivido?), “aprendemos” hacia dónde movernos.

Escuché una entrevista a María López Vigil en un documental de una fantástica ONG nicaragüense llamada Libros para Niños, ella decía que "Los libros rompieron los límites de mi mundo real." Saben, así fue para mí, entre crecer en un espacio abierto sin vecinos, con pocos amigos a quienes veía de manera esporádica, con más adultos en mi derredor y ni un puñetero auto pasando por la casa o un Wii y un computador, pues tuve tiempo, mucho tiempo para otros oficios.

Aprender a leer, leer, escuchar historias por la noche al dormir, libros de pasta dura, experimentos que salían de las páginas del tomo 19 de la enciclopedia azul en la casa de mis padres, el barquito de papel, las rimas de gnomos, osos y otros sujetos, algunas princesas, pocas o ninguna muñeca, el microscopio, el telescopio blanco, los binoculares que solo podría usar si era cuidadosa, caminar alrededor de la casa porque me iba, porque según yo no quería vivir ahí, aunque siquiera tuviera dinero o supiese tomar un autobús.

La literatura a la par de un mapamundi, las tertulias por las noches “venturosas” en que no debía ir a la cama después de las nueve y que estaba en la casa de mi abuela paterna, un diccionario vox viejo que heredé de alguno de mis hermanos mayores y que aún se conserva, los días debajo de naranjales y alguna palmera de pejibayes, abrió para mí un mundo.

La lectura ha hecho parte de quien soy. Quizá no llegue a conocer ni la mitad de lo que pensaba, o entienda un cuarto de lo que leo. Sin embargo, el patio trasero de mi casa era más amplio, el deseo de descubrir un fósil era real, o el pánico de viajar en un globo era palpable. Soñar y tener oportunidad de ponerte el traje de otros, conocerlos por dentro mientras los lees, olvidar la estrechez de la vida que apretaba con el plato de comida cuando no aparecía, no dormir para terminar un libro, eso es un placer.

El placer más extenso, más amplio que la lista de conceptos del aula o de la universidad. Es recrear, es tomar el universo dibujado por otros y armarlo para uno, construir de manera simultánea y conjunta, compartir conceptos y aventuras con otras personas antes y después de uno (quienes leyeron el mismo libro antes y después). Sí, leer y escribir, es como trenzarse el pelo, es como conocer el día de mañana, es no saber que se ha llegado a otro mundo y a su vez vivirlo desde afuera hacia dentro…

julio 04, 2009

Algo está pasando al borde del salar

En esta página hay blogs que estàn no solo porque "me gustan" y de manera snob digo que son "súper buenos", "guay", "guau" o "wow"; sino porque visito, porque me sorprenden lo que escriben las personas detrás de estos, quizá porque comparta algún vistazo o son "sabrosos".

Después de varios días, durante mi visita encontré tres ideas, como las conchas curiosas en las playas con arrecifes del Atlántico y aunque quería apropiarme de estas solo tomé una que les copio: “Algo está cambiando. Parece estar avergonzado todo el tiempo. No sabe dónde poner la vista, qué hacer con las manos, cómo sostener el cuerpo, qué semblante poner. Se siente como un cangrejo despojado de su caparazón, rosado, herido y obsceno.” Hace alusión a un texto llamado Infancia de J.M. Coetzee.

Lo hurté, porque pensaba que así andábamos por estos días con el tema de Honduras y los resultados frustrados de una tal OEA, con el tema de Airfrance y su avión Brasil-Francia que si se "partiò en el aire" y ahora resulta que se "partió en el agua" aunque finalmente con los 60 restos de este no hay realmente algo que decir; con las elecciones intermedias y estatales en un México que esperó el 60% de abstencionismo y los resultados del congreso en Argentina que llevó a Kirchner a renunciar aunque antes pedía recuento de votos. A esa Costa Rica que se queja de no tener ayuda de la cooperación y que uno de sus ministerios no declaró por canales oficiales 40 millones de dólares recibidos en cooperación técnica.

Algo sucede, porque cómo diría Sabines, la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones, y de tanteos y de búsquedas...