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noviembre 24, 2008

El comienzo de un cuento

"A veces miro a la pared y veo manchas, y esas manchas me recuerdan a manchas en tu piel, y tu piel me recuerda a pequeños momentos de felicidad, como mirarte a los ojos y no decirte nada, porque tú ya lo sabes (...) Y termino pensando en tu piel y en mis ganas de ensuciarlo todo.

Otras veces te veo mirar por la ventana buscando un mundo mejor en el que acolcharnos, a pesar de todos mis temores relativos a los mundos mejores y a las palabras que contienen la "hache". Pero si te veo mirar en mi ventana, puedo decir muy alto cucaracha, chocolate y pacharán y me siento tremendamente a salvo. Tremendamente contigo." Baba sule

Hay días que me encantaría decirte “exíliate conmigo”. No sé que significa, pero hagámoslo. Quizá podamos en otro mundo vivir sin tanta prisa, bastando así solo un paso, -aunque reconozco que el vértigo y el castigo son grandes.

Podría ser que se pueda aparecer en otra tierra, con pretexto de cualquier noticia y pensando en una forma de mirar. Y sin embargo, sé que es difícil amanecer en otras venas con poca explicación, pretendiendo que sin memoria, sin pasado y sin temor.

Pero no te asustes si dicen por ahí que han visto profunda ensoñación, porque solo juego a escribir historietas, tal como imaginar Marte con un poco de población; a montar un minibar o un restaurante de manzana, pan y quesos, yo por las noches podría servir las mesas sin techo o bien inventar sabores de helados.

Por lo tanto, no hay que dejarse llevar por tales libros, noticias, chismes, folios y escritos. Si bien es cierto salgo sin cabeza a veces, deliro por las esquinas y escribo semejantes cosas, nunca salgo por allí sin el corazón y con lo que implica.

Hoy yo solo jugaba a existir de otro modo.

noviembre 18, 2008

Bicicletas con alas de gorrión

"Un niño de sonrisa ancha vuela sobre montañas de viento, con su bicicleta con alas de gorrión. Al cruzar la enredadera del cielo tropieza con un pájaro negro y lo hace rebotar con los rayos de un sol gigante." Laureano Asolí

Hoy llueve que es una desgracia.

Al menos quienes me conocen saben que la lluvia me es más que grata, pero si hay algo que no me gusta es la lluvia fría, la que se acompaña de un viento helado como si se le congelara a uno el tuétano. Llueve así esta noche, es noviembre en sus últimos días, pronto acabará la temporada oficial de huracanes 2008, estoy casi que aplaudo a 6 manos porque necesito sol que me renueve mi pasión por las tormentas.

Resumo: en esta noche algo fría, que sin melancolía digo que desearía estar en otro lugar y por qué no bajo las cobijas, me decidí a colgar cualquier tristeza, a cambio me iré a dormir en el mundo onírico donde espero encontrarte: Antigua.

noviembre 16, 2008

La persistencia de la memoria

A veces sin enterarnos, la mirada nuestra cambia de luz incendiaria a profunda melancolía, de luchador que ve pocas puertas de salida a descanso temporal, de rojo dolor a azul de tarde tranquila o bien de guerra no provocada a solicitud de tregua.

A veces sin darnos cuenta, los ojos se endurecen por meses, las noches blandas pasan sin ser sentidas y los pensamientos se quedan atrapados en telarañas que mascullas repetidamente como el tabaco denso y consistente.

El tiempo pasa (es algo que ya conocemos), ¡cómo cambiamos! (se nos nota), nos damos cuenta de todo y a su vez de nada, pareciera que solo sumamos, como si tejiéramos un dique con piedrecillas, todos los días colocamos una sobre otra, una junto a otra, una después de otra, una seguidamente a otra. Hay buena argamasa, pega bien, eso parece, aún así pueden darse filtraciones también.

Sí avanza, todo avanza, por ocasiones como un anuncio breve cual telegrama, pero profundo como la noticia urgente que es despachada. Sí todo cambia, hasta la ternura, las miradas endurecidas, los viejos conflictos, los pulmones jóvenes, las lozanías de los viejos y las madureces de los nuevos.

Me pregunto, ¿cómo estaremos de hoy en un año?

noviembre 15, 2008

Leónidas

"Las Leónidas son una lluvia de meteoros que se producen cada año entre el 15 y el 21 de noviembre (...) para el 2001 se registró una Tasa Horaria Zenital máxima de 150 meteoros por hora" Sin embargo fue la actividad de 1998 la que rompió con todos los esquemas desarrollados hasta ese momento.

En este mundo, algún día, ya no habrá un lugar donde se pueda encontrar la oscuridad propia de la noche, que a su vez se acompaña de esos sonidos en su derredor. Además de los cuerpos que dicen presente solo a esas horas y de los pensamientos que asoman en tal condición.

Entonces morirá la noche, porque los diurnos en el afán de colgar estrellas de vidrio y plástico con forma de farolas, habremos acabado ese espacio y con parte de la vida, la que se presenta durante las oscuridades, la que se renueva en esas horas.

Nací en un valle donde he invertido al menos la mitad de mi existencia; es como una olla profunda, irregular y calada por el uso. Se "puede tocar" su forma de valle cuando se recorre de norte a sur, de este a oeste, de borde a borde. La diferencia ahora de hace treinta años atrás, radica en que se divisa casi claramente sus líneas finales pues en todo su borde cuelgan luces de casas, calles, sitios como bares y pequeñas pulperías. Es así como "amante silenciosa" de esas horas sin sol, que noto lo difícil de encontrar un espacio público, habitable aunque fuera por unos minutos, sin nada más que la noche.

Ciertamente en el crecer, nosotros inventamos pequeñas y grandes necesidades, tanto o más como pretextos, deudas y hambres, en ese trajín, tengo claro que algún día "construiremos" un apagón, uno universal. Tal vez entonces en medio de semejante sorpresa y el estupor, haya fiesta, pánico, preocupación, cuestionamiento y teoría.

Quizá allí las personas estaremos llamadas otra vez a inventar vivirnos dentro de la noche, a encontrar cobijo y no abandono en el silencio, a mirar con otros sentidos o dividir mejor el recurso.

No es fantasía pensar que todos los días vamos decidiendo si imperará la noche o el día, pues apesar de tener un favorito, reconozco que ambos se necesitan.

noviembre 11, 2008

"Con su vestido nuevo comprado ayer en una tienda del centro, la muerte asiste al concierto. Está sentada sola, en el palco de primera y, como hizo durante el ensayo, mira al violonchelista (...) No fue el único de los músicos en darse cuenta de su presencia (...) era guapa, quizá no la más guapa de entre la asistencia femenina, pero guapa de un modo indefinible, particular, no explicable con palabras, como un verso cuyo sentido último, si es que tal cosa existe en un verso, continuamente escapa al traductor. Y por fin porque su figura aislada, allí en el palco, rodeada de vacío y ausencia por todos los lados, como si habitase la nada, parecía ser la expresión de la soledad más absoluta." Las intermitencias de la muerte, José Saramago.

Milner (extrañísimo nombre) se llamaba uno de los amigos de mis sobrinos, quien murió ahogado a los 23 años de edad este fin de semana. Inevitablemente el agua (la que debería aprender a amar diferente), me recuerda a Kevin un sujeto único, importante para mí, con quien además trabajé y quien murió a los 27 años de edad ahogado también. Juan William, Clarissa, Carmita, Nidia, Sabina, Antolina nombres todos que pertenecen a otras personas ahora y que pertenecieron a quienes fueron vivos míos.

La fiesta del día de los muertos en México, la del 2 de noviembre, me encanta. Estoy segura que no es por morbo, aunque sí con medida curiosa, quizá con envidia, con mirada ansiosa, algo distante, casi antropóloga sin mayor oficio en su espacio, una forma de querer entender diferente.

Me atrapa el aroma del incienso y el copal de los mercados, o de las flores de zempasúchitl en los cementerios, los adornos y las calaveritas de azúcar que ya se encuentran por todo el año. Aunque reconozco que aún me falta el pan de muertos y las bebidas diversas, además de los adornos en los panteones y la ofrenda a los difuntos. Sin embargo ante tal escenario es imposible pensar que no es un mundo mágico el día de los santos difuntos en tal país.

Si alguien me preguntara que cosas me hacen daño, quizá, de vez en cuando, bajo ciertas circunstancias, podría afirmar que la muerte. No sé explicarlo, no le temo a esta, pero me invade un no se qué cuando la pienso.

Podría ser mi educación con algún tufillo religioso, la cual se metió entre mi piel y huesos, la causante de ese “desencaje de la vida a partir de la muerte”, aunque debo confesar que es más que eso. Lo que me recurre, es que me invade un sentimiento "abandono", porque es jodido quedarse queriendo, con los sentimientos en las manos y sin depositario de estos, hasta el día en que decides o sucede (si eso pasa), que lo que "cargas" deberás dejarlo "abandonado" en alguna esquina, porque sino vos serás el siguiente en la lista de la muerte pero por tristeza y compungimiento.

Quizá por exorcismo, como forma de conocerla mejor (a la muerte), para darle su luto, su espacio y esas cosas, debamos organizar más seguido por este lado del mundo latino, grupos de coplas, versos y rimas, fumadas, comidas, dulces y tomatingas, fiesta y parranda para los muertos muy muertos y para los muertos muy vivos, para los vivos que deberían haberse ido y todos los demás.

En todo caso solo estamos hablando del ciclo natural de vida, el que unos llevan mejor que otros, a algunos nos toma por sorpresa.

noviembre 05, 2008

Le biser- Auguste Rodin

Lento, ligero, inicial, de cierre
apenas un roce, un encuentro en ciernes

dulce humedad,
a quien la lluvia no le importa

provocación
de esquina adversa
evocación en tiempo, de alegría, y tristeza

menta recién partida
aceite en la piel
romero sobre la mesa
quizá un poco de ciruela fresca

café humeante con pan, queso y natillas

una flor de naranjo en el pelo
mirarse al espejo
viéndose más bello

golpe uno, golpe dos = latido uno, latido dos
exhala, inhala, no inhala, no exhala
todo tiene una connotación
resta de distancias,
suma de encuentros
una vida por un beso

noviembre 03, 2008

De regreso

Después de un mes que fue duro por muchas cosas, tal como atarme los dedos durante los primeros días, ya que me recorría un cosquilleo con deseos de escribir en el blog. Sin embargo quería seguir mi decisión como ermitaña, la de no permitirme anotar nada, sino dar espacio a otras cosas.

A su vez el calendario estuvo matizado de días extensos como el invierno de techo cerrado, en donde parecía no levantar cabeza nada, tratando a la vez de ponerme al hilo, junto a una sensación de que no daba cuerda, que no daba pie en bola. Por mal citar algo de ayer: "con el frío en la médula, instalado en la manija, en el cuerpo, en la ropa, en la ventana", el frío de la pobreza. Además estaba allí otra vez, esa especie de tranquilidad con visos de tristeza.

Se suma la intensidad de intentar cumplir con las responsabilidades, el volumen de trabajo que en estos días nos inundan a todos con su peso de plomo y grava. Finalmente una lucha laboral, algo tonto, básico quizá, algo sencillo (trasladar a alguien de puesto fuera de mi oficina), algo que finalmente terminó mal y con gente resentida.

El mes de octubre estaba entre el día de brujas, las vísperas de muertos y los sinsentidos cotidianos. Es así como llegué a tener la sensación de carnicería y lucha por el hueso, los ojos y el dinero.

He de confesar que no todo quedó tal cual, porque finalmente como ese regalo que no te das cuenta que lo necesitabas y deseabas. Llegó lo inesperado de la mano de lo deseado, sonriendo como niño recién atrapado, quien no dejará de hacer la travesura, ahora matizada con conocimiento, sentido y deseo a flor de piel.

Así apareció y comenzó con la mano amiga, a veces prófuga, otros tanto provocadora, la que sostiene y acaricia, la que toma tiempo, la que mueve la página, golpea el tabaco en la lata de cerveza, la que desmenuza la cabeza del langostino, la que recorre el borde de la sonrisa. Qué bien que existen manos, que bien que estas van "atadas" a un cuerpo, donde entre independientes, reaccionarias, dueñas de un albedrío propio de la extremidad, pero a su vez de relación escabrosa y permanente con la cabeza, manifiestan el inicio de historias que de un solo golpe o de manera lenta, pausada y sabrosa, calientan, adormecen, tranquilizan, quieren en los días nublados y las noches interminables.

Ya estoy de regreso, sí llegó noviembre, faltan dos meses y el año se habrá ido, vendrá reyes y yo tendré deseos por cumplir, así como regalos que dar. ¡Como se suceden los meses!, ya octubre no está en el calendario 2008..

octubre 28, 2008

El color de mis sonidos

No tengo la habilidad de tocar instrumento alguno y menos de poder entonar algo, a duras penas se de teoría musical lo que sabe un niño de Kafka a los cinco años. Aún no he aprendido el orden de todos los instrumentos en una orquesta, ni creo que lo vaya a hacer finalmente. Sin embargo reconozco que disfruto la música como un enano en campo floreado y sin alergia de primavera. Es decir me gusta la textura, el movmiento, el color de los sonidos, la música que despide la cotidaneidad que a veces me revienta la paciencia también.


Hace algunas semanas miraba pedazos de un documental que trataba sobre la sordera congénita, la que ahora puede corregirse a partir de un implante cócleo. Es así como se mencionaba el proceso que vivían dos personas, una pareja que por 60 años, más o menos fueron sordos, es decir desde su nacimiento.

La cosa continuaba con el proceso de adaptación de ellos y el cómo adecuaron los espacios con luces y movimiento para poder "notar" los sonidos de sus hijos; pero también trataba de sus hijos del cómo se incorporaron a la dinámica de los padres que escuchaban con las manos y los pies por medio de vibraciones.

Posteriormente me enteré de la discusión que se lleva en algunos sitios de Estados Unidos acerca de todo el tema de cultura de los sordos, en donde hay personas que debaten el derecho y la cultura de ser sordos, de no incorporarse a ese mundo de ruido y sonido.

Qué fina es la línea verdad, la de elegir que debe o no ser para una persona; en la cual algo que fue extraño para ellos por tanto tiempo, fue deseado, soñado y añorado, se convirtió en un proceso de nueva adaptación. ¿De qué hablo? del implante coclear que vivió esta pareja, les hizo enfrentar nuevas situaciones: uno evolucionando más que el otro, uno sintiéndose culpable porque el otro no evolucionaba, ambos temiendo mucho y contando poco, uno tomando la decisión de escuchar como esa forma de vivir y el otro de desconectar también como la decisión de vivir; uno viviendo cada cosa como una aventura el otro como un castigo aunque fuese el mismo tema, fue entonces cuando uno entró al lava autos cinco, cien veces para sentir los sonidos del agua, de algo que no significaba nada más que el movimiento, el otro responsabilizaba a los sonidos de su propio dolor.

El silencio es tan valioso, es tan único tan particular, como la lectura de un libro, cada vez que este es visitado por alguien es casi que vuelto a escribir, es nuevamente vivido. En la otra mano el sonido, el que te permite distinguir el "ánimo", la condición, la procedencia, el que te recuerda que hasta caminar sobre el pasto fresco, verde, corto y húmedo tiene ondas, el que hace un vínculo suave o intenso entre la roca tirada sobre el agua mansa y la mano, el ojo y el oído.

Alguna vez pensé en un "sentido que pudiese sacrificar", hoy no estoy tan segura y me doy cuenta que cada parte tiene su tarea. El elegir uno de estos por sobre el otro me llevará no solo al imperio de un sentido sobre los otros, sino también a una nueva lectura, a una realidad diferente, a resultados distintos aunque parezcan lo mismo. En fin, hay mucho que hilar en torno a esto y lo que escribo solo es un arranque.

octubre 19, 2008

El boomerang

Siempre ha llamado mi atención ese implemento que atribuían a los aborígenes australianos, y que más bien pareciera que es del noreste de África, o del sur de California y hasta de la India, dicen algunos. El asunto es que me gustaría aprender a usarlo, pero volviendo a boomeran(g) Sergio Ramírez, político y escritor nicaragüense, quien se hizo escritor alimentado por historietas, radionovelas y cine (según el dice), tiene un blog con ese nombre: http://www.elboomeran.com/blog/7/sergio-ramirez/

Lo que sigue, es de uno de sus libros, no de su espacio, pero si hay tiempo, quizá visitarlo no cae mal. Nadie dice que hay que compartir lo que manifiesta, yo no lo hago necesariamente. Sin embargo, en esta región con
tanta necesidad de proposición, él podría ser alguien que propone...

"La imaginación empieza con el acto de ver sin ser dado tocar. Alguien imaginó primero el origen de las estrellas y pasaron milenios antes de que otro alguien pudiera medir sus distancias. La expansión de la mente hacia un estado gaseoso es la imaginación, el primer estado del pensamiento racional. Razón y representación son entonces uno mismo. Ese acto no tiene ni antecedentes, ni sustitutos. Y aquel que piensa imaginando, necesita representar en el lenguaje no sólo lo que imagina, también la propia realidad que lo circunda; una representación, esta última, que desde entonces e inevitablemente estará teñida con los mismos colores de la imaginación." Mentiras verdaderas, Sergio Ramírez.

octubre 08, 2008

Sub y Sab (subcomandante marcos y joaquin sabina)

Según las leyendas urbanas, que abundan más ahora que vivimos en urbes todos aglomerados, la canción que les copio la escribió Joaquín Sabina a partir de una solicitud del subcomandante Marcos, quien deseaba decirle a su embajadora de fuego, la mujer que quería, que apesar de todo él estaba allí.

Para quienes no saben de Marcos, él es líder principal del grupo armado indígena mexicano llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), mismo que apareciera en escena el 1 de enero de 1994, cuando lanzaron una ofensiva militar en la que tomaron seis cabeceras municipales del estado sureño mexicano de Chiapas, para demandar democracia, libertad, tierra, pan y justicia para los indígenas.

No puedo dar fe de semejante cosa, no es necesario, al menos para mi la canción es suficiente por ella sola. Escucharla vale, el Sabina casi no canta, pero la siente.

Como si llegaran a buen puerto mis ansias,

como si hubiera donde hacerse fuerte,

como si hubiera por fin destino para mis pasos,

como si encontrara mi verdad primera,

como traerse al hoy cada mañana,

como un suspiro profundo y quedo,

como un dolor de muelas aliviado,

como lo imposible por fin hecho,

como si alguien de veras me quisiera,

como si al fin un buen poema me saliera...

una oración.

Como si la arena cantara en el desierto

los cantos de sirena del mar Muerto,

como si para crecer sobraran las escaleras,

como si escribiera un ciego un libro abierto.

Ven a poblar el zócalo de ojos,

siembra de migas de pan caliente

mis canas de alcanfor adolescente.



octubre 05, 2008

Todos los uruguayos (III) final

Cierro con dos escritores "más recientes" Eduardo Galeano y Cristina Peri Rossi, el primero más conocido que la segunda. A veces con Galeano me sucede que, lo siento tomador de ideas o de formas de Cortázar, quizá solo soy yo o mi neurosis... sin embargo lo que digo no le quita lo grandioso, él inicia.

Lecciones contra los vicios inútiles.
"El desempleo multiplica la delincuencia, y los salarios humillantes la estimulan. Nunca tuvo tanta actualidad el viejo proverbio que enseña: El vivo vive del bobo, y el bobo de su trabajo. En cambio, ya nadie dice, porque nadie lo creería aquello de trabaja y prosperarás.

El derecho laboral se está reduciendo al derecho de trabajar por lo que quieran pagarte y en las condiciones que quieran imponerte. El trabajo es el vicio más inútil. No hay en el mundo mercancía más barata que la mano de obra. Mientras caen los salarios y aumentan los horarios, el mundo laboral vomita gente. Tómelo o déjelo, que la cola es larga."

Cristina Peri Rossi ha escrito más de lo que conozco y traducido más de otros. Yo me sorprendo cuando la visito, me gusta su forma.

Distancia justa en el libro Otra vez eros
"En el amor, y el boxeo
todo es cuestión de distancia.
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo
digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas."

octubre 04, 2008

Uruguayos todos (II)

Hoy es el día para dos de mis queridos, dentro de los cuales está uno de mis favoritos de todos los tiempos: Mario Benedetti, quién está en los últimos momentos de vida y el otro quien fuera su amigo, colega y compatriota, Juan Carlos Onetti.

Onetti, El cerdito: "La señora estaba siempre vestida de negro y arrastraba sonriente el reumatismo del dormitorio a la sala. Otras habitaciones no había; pero sí una ventana que daba a un pequeño jardín parduzco. Miró el reloj que le colgaba del pecho y pensó que faltaba más de una hora para que llegaran los niños. No eran suyos. A veces dos, a veces tres que llegaban desde las casas en ruinas, más allá de la placita, atravesando el puente de madera sobre la zanja seca ahora, enfurecida de agua en los temporales de invierno.Aunque los niños empezaran a ir a la escuela, siempre lograban escapar de sus casas o de sus aulas a la hora de pereza y calma de la siesta. Todos, los dos o tres; eran sucios, hambrientos y físicamente muy distintos. Pero la anciana siempre lograba reconocer en ellos algún rasgo del nieto perdido; a veces a Juan le correspondían los ojos o la franqueza de ojos y sonrisa; otras; ella los descubría en Emilio o Guido. Pero no trascurría ninguna tarde sin haber reproducido algún gesto, algún ademán de nieto."

Bendetti, hay tanto según yo pero hoy solamente tenemos
Asunción de ti- 3
"Puedes querer el alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote,
Puedes
venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere sola
en su azar
quemando
y tu sueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadidos,
saberte aquí.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
Esta noche, otra noche
tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He coservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta donde está intacto sin tí,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú, aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí."

octubre 03, 2008

Uruguayos todos (I)

Horacio Quiroga –cuya vida es más fuerte que sus propios libros y quien ha leído sus textos pues saben a lo que me refiero- , Juana de Ibarborou , Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Cristina Peri Rossi se han ido calando desde Uruguay a mi vida. Cuando los fui encontrando uno a uno y en desbandada, me fui sintiendo de alguna manera mujer uruguaya, quise su patria, busqué sus vidas, quise conocer su tierra, su exilio, su calma y su mar…


Me gustaría alguna vez sentarme a charlar con ellos, sean vivos, sean muertos. Así como estamparle un beso a uno de mis poetas favoritos, contarle que con él comencé a querer diferente y así con cada uno hilar historias de las que me parecen entrañables…


Hoy comienzo con dos de ellos, vamos con uno de los mayores cuentistas de latinoamérica, un loco, un grande. Horacio Quiroga. El Hijo y otros cuentos es uno de mis libros favoritos, lo he comprado, regalado, perdido, comprado otra vez. Les copio Los desterrados.


"El hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal. Faltábanles aún dos calles; pero como en éstas abundaban las chircas y malvas silvestres, la tarea que tenían por delante era muy poca cosa. El hombre echó, en consecuencia, una mirada satisfecha a los arbustos rozados y cruzó el alambrado para tenderse un rato en la gramilla. Mas al bajar el alambre de púa y pasar el cuerpo, su pie izquierdo resbaló sobre un trozo de corteza desprendida del poste, a tiempo que el machete se le escapaba de la mano. Mientras caía, el hombre tuvo la impresión sumamente lejana de no ver el machete de plano en el suelo. Ya estaba tendido en la gramilla, acostado sobre el lado derecho, tal como él quería. La boca, que acababa deabrírsele en toda su extensión, acababa también de cerrarse. Estaba como hubiera deseado estar, las rodillas dobladas y la mano izquierda sobre el pecho. Sólo que tras el antebrazo, e inmediatamente por debajo del cinto, surgían de su camisa el puño y la mitad de la hoja del machete, pero el resto no se veía. El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñadura del machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia."


Por el otro lado y con otro sabor a la señora Juana de Ibarbourou
Noche de lluvia
"
Llueve... espera, no duermas.
Estate atento a lo que dice el viento,
y a lo que dice el agua que golpea
con sus dedos menudos en los vidrios.
Todo mi corazón se vuelve oídos
para escuchar a la hechizada hermana
que ha dormido en el cielo,
que ha visto el sol de cerca,
y baja ahora elástica y alegre de la mano del viento,
igual que una viajera que torna
de un país de maravilla.
Cómo estará de alegre el trigo, amante(...)
Espera, no te duermas.
Escuchemos el ritmo de la lluvia.
Apoya entre mis senos tu frente taciturna
"

octubre 01, 2008

Octubre: La India por A Domínguez

Me pican las manos, he estado tentada a escribir, pero también me propuse este mes tratar de "guindar" solamente cosas de otros, cosas que en lo personal me parecen "grandes" en su contenido o forma. Gente que piensa, escribe o siente de manera particular.

Va la primera publicación, claro a mi amigo no le he pedido permiso de autor o le pagaré por esto. Sin embargo está el atenuante que él escribe correos en "masa" y nos abre a todos camino sobre lo mismo, con lo cual podría pensar que también puedo compartir esto de manera abierta...

"Hola a todos
Si en Tailandia y en Laos te sientes como Ulises atado al palo mayor intentado no escuchar el canto de las sirenas, la India es como una buena patada de Chuck Norris en todas las pelotas: desagradable y dolorosa, sin contemplaciones.

Es el último lugar del mundo que recomendaría para quince días de turismo tranquilo y, sin embargo, para el cooperante con ganas fustigarse un poco la espalada esto es Disneylandia. Aquí se pueden disfrutar prácticamente todos los problemas de un país subdesarrollado, e incluso tiene algunos que son exclusivos. Su peculiaridad es precisamente la habilidad para sobrevivir impertérrita ante tanta penuria.... Algunas regiones incluso se las han apañado para cerrar los ojos, taparse los oídos y crecer a un ritmo del 8% anual.

Los agricultores se suicidan por las reformas económicas del FMI, los niños también; los musulmanes y los hindúes están a palos; el Tsunami arrasó el sur, océanos de basura cercan las ciudades; el trabajo infantil crece, los fetocidios femeninos también..., y el sistema de castas, la esclavitud, la corrupción, el clasismo inglés y la moral victoriana, la contaminación, los franceses en general, los vegetarianos ...

Lo único que no tienen todavía son maras y, en general, inseguridad ciudadana. Gandhi les enseñó a tomarse las cosas con calma.

Delhi es una ciudad pobre, superpoblada y contaminada, pero sobre todo, sucia. Dicen que es por el Hinduísmo. Los hindúes viven enamorados de su alma y del ultra mundo. La realidad, sobre todo el concepto de lo público, se la pela. Es la antítesis de Escandinavia. Menos del 1 % de la población se digna a pagar impuestos directos.

Los edificios se caen a cachos. La televisión pública y otras instituciones se esconden en pisos viejos de madera, a veces sin ascensor. A mi compañero holandés se le perdió la cartera y fuimos a denunciarlo. La Comisaría podría haber sido perfectamente el escenario de “Delicatessen”: dentro, las paredes desconchadas, luz natural, y ni un sólo ordenador. Sobre una pizarra y escrito en tiza, se mostraba una tabla con la evolución del crimen en el barrio. La suma, “17 crímenes menos en 2006”.

Junto a nosotros, en la mesa de al lado, 5 policías estudiaban absortos una cartulina, con el mismo interés con el que te volcabas sobre el libro de texto en el colegio. “Al primero que levante la cabeza le enchufan el marrón de los turistas”. Uno, que para eso viaja, reconoce a su propia raza, así que insistí un poco y nos llevaron ante el inspector jefe, que también estaba en pleno trance en la oficina de al lado. No le quedaban formularios, que mejor lo escribíamos a mano, así, “sobre este papel de cuadritos que me acabo de encontrar, da igual que esté un poco arrugado”. Su secretario no acababa de encontrar un sello, así que nos trajeron un par de cubatas. Mientras, nos avasallaba a preguntas, fascinado por los toros y el sistema de diques holandés. Una hora más tarde, salíamos de la comisaría pellizcándonos, con el papelito sellado y un nuevo amigo.

Y eso era una zona residencial. Conforme te alejas del centro de Delhi, se va formando un denso morteruelo de basura, niños desnudos, monos, leprosos, perros famélicos, mendigos tullidos, vacas sagradas y gorrinos, todos revueltos, todos escarbando entre el metro de mierda que los separa del suelo firme. Cuando viajas en coche, y te da por parar, primero vienen los monos, a los que se supone que tienes que sacarles una foto, y luego el dueño, a insistir. Tanto si le das como si no, se empiezan a amontonar gente y animales en torno al coche. Por momentos te ves dentro de una peli de zombis, y casi gritas ¡Arranca!!!

La segunda parada del viaje fue el Desierto de Rajhastan. 12 horas en un tren sacado de la película “Gandhi”. Incluso diría yo que ha acumulado bastante mierda desde entonces. La manta que nos dieron tenía más biodiversidad que Tortuguero, y eso lleva su tiempo.

Ya en la estación, tienes que pasar de puntillas para no pisar a nadie. La gente duerme apelotonada sobre los andenes, hambrientos y tranquilos, acostumbrados a los retrasos de los trenes.

Nada más bajarse en la estación de Rajhastán, te das de bruces con un camello y un viejo guardia en los huesos, comiendp en el suelo con la mirada perdida. A su lado, la lanza y el turbante, también en posición de descanso, completan la caricatura de Buckinham Palace. Detrás del camello está el desierto y, como en otros desiertos, la vida es bastante jodida. Quizás lo que más llama la atención es la mirada de las mujeres, humillada y aterrada, y ahora que lo pienso otras cuarenta putadas, pero paso de pasarme tres párrafos contando penas.

También ha tenido su lado bueno. Los indios tienen dos pasiones: el críquet y el cine. Es una locura. Desde hace 40 años, en el sur del país no ha habido un sólo gobernador que no haya sido actor o director de cine. Los niños pueden mantener una conversación normal sólo citando diálogos de películas (en España conozco alguna que otra que también puede, como mis hermanas, pero son consideradas frikies, de hecho pocas veces lo hacen en público). La gente es muy expresiva y directa. Y me ha venido bien, ya estaba cansado de las sutilezas orientales. Aquí te gritas con el taxista por 5 céntimos, y luego todos tan amigos. Además, se come de puta madre, en los sitios caros, en los baratos, y en el suelo. Lo que no decían en Indiana Jones cuando la rubia no quería tragarse la comidita del poblado es que, como todo el mundo sabe, las rubias americanas son tontas y no saben apreciar nada que no sea una hamburguesa.

La comida es un ritual gozoso. Primero hundes los dedos de la mano derecha en el arroz y lo empapas en cualquiera de los 8 tipos distintos de salsas. Luego remueves, juegas con los dedos, ansioso. Empiezas por las más picantes, y poco a poco vas pasando al salado y luego al dulce. La mezcla es deliciosa. Como os podéis imaginar, en estas situaciones estoy en mi salsa. Todo está basado en el principio sagrado de que cualquier alimento que no se coma con la mano derecha no es digno de ser comido. No dejaban de asombrarse de mi rápida adaptación.

Se supone que la izquierda es para limpiarse el culo, porque no hay papel higiénico. Parece fácil, pero me gustaría veros en la situación. Al cuarto día y con dos cervezas, es imposible acordarte de con qué mano has hecho qué cosa. De hecho ya estoy dudando cual era la mano del principio sagrado.

Lo único que todavía me cuesta es sentarme en plan “flor de loto” durante horas. Pasado un ratito, el dolor de culo es insoportable. Dios no me hizo para eso.

En cuanto al curro se refiere, han sido dos semanas a saco, sin repetir hotel ni una sóla noche. 4 ó 5 entrevistas al día, muchas horas de carretera, tren, y en general, una experiencia cojonuda. En este viaje me han acompañado dos auténticos cracks: Sriram, un investigador local, y Kees, un experto holandés en televisión educativa. Sriram es la revirgen Santísima. El sólito ha montado un programa de mentores para ayudar a sacar a niñ@s de la prostitución y de los basureros. En 3 años ya son miles de niños. Al mismo tiempo produce películas escritas por los chavales. Son incómodas y muy provocativas. Luego las exhibe en las barriadas y basureros y comunidades de la zona. Si os interesa, se pueden ver en www.nalandaway.org

Entre otras cosas, con su ayuda creo que podemos mostrar cómo algunas organizaciones (Unisfinteres varios) han perdido un poco el rumbo con tanto rollo de la participación infantil. Utilizan a los niños más para recaudar fondos para sí mismos que para crear un impacto en la población: en resumidas cuentas, cogen al niño, le enseñan a hacer películas, el niño filma el basurero, la gente se queda patidifusa porque no ha visto algo así en su vida, se llevan al niño a forums internacionales, el niño gana premios, palmaditas en la espalda y el jurado aplaude el “dolor que rezuma” el documental y todos a hacerse la foto. Luego el festival termina, el jurado a su casa y el niño de vuelta al dolor del basurero, a intentar encajar en un mundo que ya no puede aceptar.

Estoy sistematizado el proceso, y creo que les va a escocer un rato. No sé si estoy siendo muy constructivo, pero ¡Ay rediossss, cómo me gusta tocar las pelotas!

Bueno, vamos terminando. Antes de volverme a Sri Lanka, me tomé un día para ir a ver el Taj Majal, la primera maravilla del mundo. Y bueno, pues muy bonito, muy currado, pero un edificio al fin y al cabo. Te quedas más flipado con las dantescas cuatro horas de carretera entre Delhi y Agra.

Ya estoy de vuelta en Colombo. Ayer los militares me despertaron a las 4 de la mañana. “Inspección rutinaria, los papeles”. En éstas vuelvo a la habitación y ¡Oh pesadilla hecha realidad!, No encuentro el pasaporte. A la media hora, los señores de verde se cansaron de esperarme y se largaron, quizás por ser blanco e inofensivo, quizás por pereza. Un vecino lo encontró a la mañana siguiente. Se me había caído por el camino.Antes de reíros, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

El domingo que viene voy a Bangladesh, mi último destino. Dos semanas allí, una o dos semanas de encierro para escribir, y de vuelta a casa. (Calculo que a mediados de octubre). Tengo la garganta seca y con muchas ganas de ponerla a remojo, así que intentaré que sea antes.
Un abrazo,"

septiembre 27, 2008

Del circo

Que dificultoso debe ser para un payaso, quien es hasta un buen sujeto, tratar 1001 formas de hacer sonreír y apenas recibir una par de muecas.

Quizá para el maromero también lo sea, quien a su vez hace una y mil piruetas con las manos y los pies al ponerse el semáforo en rojo, pero al final cuando ha acabado e inicia el recorrido por el medio de la calle a lo largo de la línea de autos, las ventanas se cierran en su nariz.

Ni qué decir del trovador o del cuentacuentos, oficios unos pasados de moda, ambos con sus mil historias, intentando sacar a las personas del sopor del día o meterlas livianas en el caminar de la noche tal vez sin más que un aplauso opaco por respuesta.

Es duro sí, intentar/hacer sonreír, acalmar a quienes tienen el ánimo triste y el andar roto, o bien a aquellos de alma algo raída y sonrisa descompuesta, el tacto apagado y el impulso apenas latente.

No se si es extenuante pero sí complejo, más de lo que parece, tanto para uno como para el otro , el lidiar cuando ambos están en lados opuestos de la acera aún en la misma calle o ambos de frente en la mesa sin moverse.

Por estos días encuentro personas más tristes, como si rondara ésta de manera más frecuente entre la gente, como si el sonreir se hubiese vuelto exclusivo de unos pocos o como si el reino del contacto se hubiese cerrado por inventario.