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junio 24, 2008

Matusalen no es suficiente en la ciudad de los dioses y su castigo: la belleza del mundo mundial.

"El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento". Platón.
¿Por qué será que a veces de manera insaciable luchamos por detener el tiempo?

Vendas frías. Masaje reductivo. Toxina botulínica. Laxantes de supermercado y tés desintoxicantes. Antioxidantes naturales. Vitaminas empaquetadas. Agua de manantial, agua alcalina. El bisturí. Lipoescultura. Liposucción. Yoga. Pilates. Oxigenoterapia. Joyas - ¿Me harán sentir más joven?. Tortugas de Galápagos. Bacteria milenaria de los hielos permanentes del Yukon en Canadá. Ritos tibetanos. Mejores condiciones del sistema salud (eso hace la diferencia). Cocina/comida light. Menos sol. Bloqueador solar. Arcilla-barro reductivo. Peeling. Ácido. Pastillas recetadas. Colágeno inyectado. Silicón incorporado. Terapias: Bienestar holístico (aromaterapia, terapia energética); termoterapia; mesoterapia; drenaje linfático; acupuntura; rayos láser. Alimentación sana: ocho vasos de agua al día, menos azúcar, no grasas trans, dieta hipocalórica. Vida saludable: más ejercicio, menos licor, quizá vino tinto, no tabaco, cero drogas… Telomerasa-enzima. Melatonina-hormona. Parece que la vida se me va en un cuento que busca extender mi eternidad humana sin límite.

¿Es acaso envejecer parte natural del proceso de morir? ¿Es morir parte del proceso natural de la vida? ¿Acaso morir no significa dar paso, entregar la batuta que una vez tomaste entre las manos y saber que puedes entregarla para que se renueve con otros aires, con otras vistas?

Estaba ojeando una de esas revistas que no te dan más que imágenes de la moda que impera o del día a día de los colores de la alta costura, algo que no me exigiera pensar; pero fue tal el bombardeo que necesitaba levantar una ceja y una nota en el blog sobre ésta industria entre la vanidad, el ocio, la venta, la bondad de la oportunidad y el delirio de lo brillante, algo que estoy segura no solo me pasa a mi.

Tal parece que desde hace algunos años de manera más intensa, no solo no basta con querer ser menos feo según el canon oficial y/o más bello según lo que nuestro alrededor establece; sino también, ser menos viejo (aunque queramos dignificar la vejez como trata Japón) y/o más joven (según la exigencia de los mundos laborales “competitivos” actuales). Me pregunto si retrasar el envejecimiento o hacernos menos feos es la clave de esto. Si vernos bien aunque nos parezcamos todos a punta de bisturí, de brebajes, de sortilegios hará que nos aceptemos mejor, nos matemos menos, nos queramos más, participemos en todo, nos deprimamos menos, muramos mejor, nos comuniquemos más; digo por hacer uso de algunos de los anuncios y situaciones que nos ofrece el mercado mundial.

¿Queremos vivir más o menos solos? lo siento, pero hago esa pregunta porque debo mezclar el valor belleza con otros valores, con otras necesidades, con esa extraña pirámide de prioridades que ha sido inventada. No digo que tener dos ojos en lugar de tres no me guste, o que siendo mujer y no preocuparme del bigote y el gasto de depilación no sea cómodo según mi parámetro de belleza y comodidad. No digo que no me guste la ropa vistosa o la renovación de mi guardarropa según pueda hacerlo. No digo que me gustaría pasar por la etapa que los graciosos hoyuelos se vuelven en atenuadas y sexis líneas, luego en amenazas de rutas pronunciadas que finalmente se constituyen en arruga y en canales imborrables del tiempo inexorable.

¿Será que queremos ser más bellos, más jóvenes compitiendo con los jóvenes biológicos, que de por sí quieren competir con los niños y estos supongo que llegarán a pelear el vientre con los no natos aún? Todo a pesar de que por dentro estemos igual o atenuadamente envejecidos, maduros por dentro, menos lozanos de órganos (para ponerlo en buenas palabras.) ¿Será que ocultamente nos gustaría ser un dibujo animado, una película que no cambia la cual si envejece la retocan o la salvan en otro formato?… No lo sé.

A algunos no les preocupa la belleza, -¿habrán carecido de ella?- A otros no les preocupa la vejez -¿Habrán aprendido a negociar con ella?-. Hay unos que no les preocupa el que dirán -¿Dictará esto finamente toda su vida?-. A otros no les llama el mundo de la moda mundial, es así como se le puede sumar a la lista.



La inmortalidad en esta vida ¿para qué? y ¿por qué? ojo no es que quiera morir hoy… supongo que ya entonces no sirve para algunos creer en la sabia inmortalidad, en el espacio etéreo celeste donde quizá no haya hambre o dolor…

El mundo mío, de todos, tan plagado de contradicciones, como de cuentas de vidrio adheridas con hilos a una prenda; me lleva a pensar como quiero estar, como quiero verme, no solo ante mis ojos, sino ante los ojos de mis personas, sea de quien quién quiero gustarle/querele más en unos ámbitos que en otros, sea ante mis amigos/as, mi familia, mis perros y gato por continuar la lista... Me pregunto ¿cómo los quiero ver?, ¿cómo quiero que sean y luzcan? He de decir que no quiero que sean diferentes de quienes son y de como lucen, quiero envejecer con ellos, quiero estar y que estén hasta donde podamos, quiero -aunque las oculte- tener canas, quiero el sabor del sexo con años y del renovado, quiero el vistazo de la malla de líneas que se cruzan en la piel y que aún así me permiten tomar lo bello que significa.

Que irónico verdad, porque aunque uso máscara para cubrir las pequeñas y grandes imperfecciones de mi piel -porque a mi no me gustan-, si les pregunto a todos los míos, suelen decirme que tal como soy me piensan, gustan y toman; es decir con el paso del tiempo. Mi gente (también variopinta) asume de mi los años, el cambio de mis formas, de la estructura, aunque yo salga del parámetro de belleza del mundo mundial, (ojo no digo que los mios no admiren algunos parámetros establecidos)... finalmente parece que aceptarse como siempre y como nunca, comienza por nosotros y nuestro alrededor. Es así como parece que el horizonte a veces se desdibuja frente a nuestros propios ojos, sobretodo cuando compramos los paquetes de aceptación que nos venden.

junio 20, 2008

Sol sistere

Solsticio de Junio: "Ocurre regularmente cada 21 de junio, es llamado de verano en el Hemisferio Norte y de invierno en el Hemisferio Sur. En el Círculo polar ártico el centro del Sol solamente toca el horizonte del Norte sin ponerse. El sol culmina al Sur, donde alcanza su altitud máxima de 47°. Es el único día en que el sol se mantiene sobre el horizonte por 24 horas." - Wikipedia

Si bien en mi trópico el sol no llega al cenit en el solsticio, soy afortunada, por que puedo elegir si quiero pertenecer a los días más largos con sus noches más cortas , o bien a las noches más largas con sus días más cortos (según sea mi ánimo).

Se que hoy 20 de junio tendrán algunos la suerte más grande: “la de presenciar el sol de media noche”, la de ese sol quieto en movimiento. No es que tenga la suerte de contar con más horas mi día, quizá más luz (al menos 1 hora donde yo estoy), pero lo importante para mi es que será el punto exacto del encuentro.

Hoy es el día justo para enviar a la hoguera todos los malos conjuros, que se liberen volando en parvada al espacio abierto, ya que ellos no requieren de mi, ni yo de ellos. Es el tiempo de echar la estupidez de la semana en el bote de la basura, salir a andar un rato, pensar que si bien no estoy en el atardecer con arena, los pies me llevarán a tardes pensadas con el mar y el campo.

Quizá tenga suerte y escuche la música distante de esos pueblitos que celebran fiestas en honor al día, o pueda oír el murmullo de las historias remotas, oler el trajín de las personas quienes ni siquiera conocen la fecha, pero igual siguen siendo afortunados.

Han pasado tantos días enfrente de mi ventana, con solsticios, equinoccios, eclipses, cometas, estrellas colapsadas y cuanta ferias diversa de astral podría esperar, han pasado tantas vidas y estos fenómenos han visto a las humanidades levantarse, crecer, caer, perderse, construir, producir, seguir y a pesar de todo el movimiento, si damos un vistazo aún el sol parece estar quieto, pero está en movimiento…

junio 19, 2008

Hay tanto que quiero contarte, por eso vamos a caminar

"Yo también tengo secretos para darte (...)Dime si quisieras andar conmigo, cuéntame si quisieras andar conmigo." Andar Conmigo de J Venegas.

Cuando sientas un atasco en la garganta, producto de esas palabras que si salen desgranadas de tu boca serán arañas rojas y ardientes que podrían causar algún dolor, entonces CAMINA, hazlo, saca a pasear tus ideas “tu conglomerado de personas”, que les golpee el viento en la cara; saca del cerebro aprisionado, los sentimientos, las rabias, las felicidades y déjalas que vean el cielo de noche o de día, por que hay tanto que caminar.

Caminar no es un ejercicio de pérdida de peso por materia de grasa corporal, es el ejercicio de pérdida de peso al dejar huir a los que llevas entre el pecho y la espalda, entre el zapato y la media, la rodilla y la pierna. Permite que la sangre corra, que el oxígeno se inmiscuya fuerte, entonces finalmente nos pensamos diferentes. Dejemos a las personas ver el universo donde sea que esten.

Anda vamos ponte unos “runners”, un calzado cómodo, unas “montañeras”, las botas aquellas, ata a tu cintura agua, deseo, ganas, intentos, un dulce, algún argumento y sal conmigo a caminar. No me hables, no lo necesito, ¿Quieres? ¿Quieres andar conmigo? Ven dame la mano tengo tiempo para caminarme el mundo con vos...

junio 17, 2008

Frustración laboral

Recibí un correo de un amigo querido, donde me hacía la narración del día, canción que le acompaña desde hace meses atrás, pero en este caso iba con frases más explícitas: frustración laboral. Hace una semana atrás una amiga me hablaba de que ella pensaba poner en su currículo que tenía experiencia de sobrevivencia en espacio hostil (esto podría sumarle puntos) de allí anudado a lo mío quizá, es que decidí escribir estas líneas.

Que vida esta en la cual espacios como el laboral suman de manera intensa el botín de la frustración de algunos, compitiendo y privando sobre otros recovecos de nuestro reino personal.

La combinación de la frustración, la forma en que se nos aparece, sea como un ogro de un solo ojo o una bruja con nariz puntiaguda es cambiante, pero si fuera eso solamente -ser ogro o tener nariz puntiaguda-, quizá sería más fácil para todos.

En mi caso cuando la frustración laboral se presenta, me pregunto si seré yo la del problema, es decir que la frustración nació conmigo sea por mi forma particular de pensar, de ver el mundo o de los valores que me componen.

Sin embargo hoy digo basta, por que quizá no sea yo y probablemente sea la dinámica de la institución, donde las relaciones que se plantean se han teñido de matices particulares llámense vicios, procesos quebrados, comunicaciones destejidas, redes con huecos, conceptos asumidos, carencias y así más –no digo que algo bueno tengo, solo nuevamente ¿qué es lo que priva?-.

En un mundo cambiante y dinámico, donde a las personas se nos exigen procesos de aprendizaje y adaptación en unos casos más vertiginosos que otros (depende del ámbito de trabajo, interés y necesidades nuestras), pareciera generalizado (se que hay excepciones) el hecho de que las grandes instituciones, organizaciones, burocracias caminen a un ritmo propio que quiebra con toda la “teoría de la competitividad” y reafirma la inercia de la globalización, pues esta se ha vestido con el sombrero de la real indiferencia y de la parsimonia sin consecuencias en ámbitos diversos (bueno consecuencias para algunos…)

Desde hace tiempo atrás los teóricos de los recursos humanos hablan de los efectos en las empresas de las nuevas generaciones, hijos de los "babyboomers" quienes no han vivido jamás pobreza o restricción, quienes toman decisiones respecto a su gasto (eligen aunque los recursos- principalmente el dinero no sea de ellos-) Quienes se mueven de un empleo a otro dependiendo de cuanto dinero ingresen, o de los estímulos que reciben.

He de decir que no soy hija de un babyboomer, no soy hija de hippies, ni yuppies, aunque generacionalmente me ubiquen en la escala postguerra mundial. No soy ni esto ni lo otro, sin embargo, igual de identificada me siento con los más jóvenes.

Es así como me pregunto por mis oportunidades de trabajo, no por las oportunidades de pensión, pero sí de servicios de salud, uso la tecnología a mi servicio, aprendo de lo que hay afuera, me gusta el mundo del “estímulo cambiante”, pero finalmente no me siento atada a ningún empleo.

No quiero decir que no me importe mi espacio de trabajo o que no lo cuide o aprecie (esta es mi línea de salvación), me refiero a que no es esencial para mi el puesto, el poder por el puesto y viceversa, o la cantidad de ceros del cheque mensual. Hace mucho tiempo atrás (al decir verdad casi desde siempre) dejé de ver los detalles mencionados como letra en sangre.

El generar mejores ambientes, espacios más amigables, espacios de oportunidad no consiste en más o mejores cargas sociales, consiste en relaciones, donde al menos se trazan reglas del juego (aunque todos sabemos que las reglas se interpretan por quien sea el árbitro en la contienda)

Estos fueguitos que todos somos (recordando a Galeano) conforman el trabajo y la dinámica entre ellos conforman la cultura organizacional, las reglas los banderines que guían el camino, los procedimientos la forma de ir por esos espacios, será que estoy hablando de un “juego” abierto, con valores diferentes de acercarnos, con ganas de tender tejidos y canales de comunicación, con deseos de poder hablar al menos la mayoría del tiempo, de asumir asuntos, posturas pero donde no tenga que haber muertos de batalla cada día. ¿Estaba hablando de guerra justa? Uy parece que me volví a equivocar con el enfoque de este blog…

junio 16, 2008

Un trozo de luna para mi amiga.

Querida mía, quiero comenzar hoy con estos tres párrafos, con la promesa que si bien no tengo borradores en cocción, sí tengo en un recoveco de mi cabeza, un hervidero de tripas, una mirada extendida que está con vos.

Me siento cerca de ti, generalmente es así, aunque reconozco que hay oleadas en las que parezco/soy/me siento una completa extraña y otras en las que soy tu más íntima amiga. ¡Cómo duele a veces!..

Hay momentos en los que el trajín locomotor del día-a-día me lleva dentro de los rieles, me obliga a correr para que no me borre del camino, pero cuando tengo cinco minutos y doy el vistazo al banderín de saludo que dejaste al borde del camino, al pañuelo suelto en la escalinata, el amarillo de tu labial, el rojo de tu boina, el azul de los zapatos, recuerdo las tres mosqueteras que fuimos y quienes nos perdimos.

Un abrazo, quiero darte un abrazo amiga mía.

junio 11, 2008

¿Cómo podria ser el día?

Hoy llevo un saco de sentimientos cruzados que le pusieron una cereza añeja al pastel recien llegado pero esperado de hace meses atrás.

Tan extenso como la noche y más que esta, el día debería ser una noche de verano en un país de cuatro estaciones y tan cerca de las "auroras boreales" como el cielo cuando toca con las pestañas al firmamento terrestre.

El día podría ser la sumatoria de intentos, sin que sean malos o buenos pero al menos de esfuerzos justos y realizados, nacidos y continuados, muertos y enterrados, que vayan a lo largo del aire como las esporas de esas flores blancas que soplas al espacio abierto.

El día podría ser la resta de acciones que van por el camino sin justificar, pero sí sumando cosas en la bolsa de papel asedada, en el cual acumulas tonterías que probablemente se quemarán solas como el último respiro de un cigarrillo, o bien por que ya pasaron su tiempo.

El día podría ser no necesariamente el sentimiento eufórico de adrenalina perlada y brillante, ni la depresión infinita de pensar o sentir que ya no hay más...

Quizá lo único que necesite el día para poder ser, es que le permitan ser, es dejar que marche a su ritmo, en su rumbo y tumbo, sin que cada esquina esté matizada de un plan fraguado, de una incertidumbre, de una noticia, una decisión, una cuenta pendiente, un recibo a pagar, un impuesto olvidado, una ojeada de ansiedad, quizá solo necesita que una mano abra paso a la voluntad de permitir alguna vez que el día nazca solo y crezca vivo.

junio 06, 2008

¿Cuál será mi cooperación en la batalla?


Esta semana en una de mis páginas favoritas, por que se renueva con lo antiguo, lo nuevo, lo que todos nos gusta, aparece un escritor del cual me llaman algunos de sus trabajos: Noam Chomsky, el título Guerra Justa.

La máxima de Tucídides dice "El poderoso hace lo que puede, mientras que el débil sufre lo que debe” – lo cual, además de ser indiscutiblemente injusto, constituye, en la actual fase de la civilización de la humanidad, una amenaza literal para la supervivencia de la especie."

Lo anterior podría aplicarse bajo tantas variables, desde diversas perspectivas y cosas, que como siempre no quisiera extenderme. El mundo al que a veces accedo por trabajo, me lleva a promover algo llamado cooperación, desde una perspectiva tan amplia como difusa y es allí en el mundo real, donde me siento exiliada de la misma vida, de lo cotidiano del intento, la colaboración y de las manos ocupadas...

Las razones son tan variopintas como los juegos grises de quienes toman decisiones o los acalorados amarillos en que nos enredamos las personas que participamos en tejer eso llamado cooperación; además de todos los otros colores intermedios que se pierden en el camino, quienes tampoco llegan a tiempo sea por la sumatoria tarde de los eventos o por que aún no hay espacio para ellos.

A veces parece que las personas nos podemos perder en la mar de procedimientos y nos damos cuenta que de que se llegó a la máxima de la burocracia internacional con tono nacional, cuando solo pisaste un escalón dentro de este mundo de inmunes y no tanto.

No digo que no se haga trabajo dentro de los cooperados y los cooperantes -alto al camino parece que todos hacemos algo-; sin embargo en esta batalla de la justicia, acceso, igualdad, equidad y cuanta cinta de película que se da en la feria abierta del apoyo, hace en algunas ocasiones que se abra una batalla para "posicionar" un tema o abrirle campo al centro del mundo "tu ombligo."

El asunto no termina ahí, por que así como hay cortes y cortesanos de un lado, los hay del otro, desde quienes podrían saber bien como tomar la maquinaria en medio de sus dos manos, a como hay otros que la visualizan con ojos brillantes y de saeta perforando a su paso, cual máquina que remueve nieve.-Mundo bello, con batallas y guerras en cada esquina pareciera.-

He de decir que para acalmar un poco mi cabeza, hago revisión basta y amplia de lo que me ha llevado hasta el punto de colaboración hermana, de pensar que se pueden hacer cosas entre todos y entre otros, de constatar con realidad humana que hay voluntad, aunque a veces sea la palabra de la ausencia.

A pesar de que hoy cada vez menos toco eso llamado terreno -la gente real y que se busca su sitio cada día-, donde igual se construye, pena y alegría, emerge vida, quisiera pensar que las ocho horas o más que paso frente a un pedazo de imitación de madera prensada con un teclado negro y platino, una pantalla plana y un mouse óptico ayudan en algo a esas personas por las cuales fui colocada allí.

Sin embargo, no puedo evitar volver a hacerme las preguntas que me hice ya una vida atrás: -¿Qué es cooperar?, - ¿Comprenderá la cooperación internacional lo que significa? - ¿Qué esperamos con regularnos todos?, -¿Entendemos los receptores para qué se usa el apoyo? (no como caja mágica de gastos varios), -¿Qué entenderán los nacionales por cooperación?, - ¿Cuál es la diferencia del Desarrollo de ahora al de antes?, -¿Dónde estás tejido social, donde estoy? -¡Cuéntame algo nuevo sobre Política Pública!, -¿Qué significa si soy un CTPD si aún sigo sintiéndome un LDC o aún no hay visos del cambio?- ¿Porqué sigo siendo cifra, número y menos sujeto al que le invierten centavos de dólar y con eso se hace “capacity building” conmigo? ¡Aún recibo un salario! ¿Qué sientes cuando te dejan el “marrón” técnico de articular, pero la flaca realidad de que parece que el papel solo se hace gordo? ¿De qué vale soñar? ¿Tendrá alguien idea?

mayo 28, 2008

Celeste y plomizo, polvora y retorno

Lectura cuarta: Retorno

Tengo la cabeza llena de arañas que tejen cruzadamente mis ideas, hoy escribo pero no me ordeno, no hay manera...

-Así habló Zaratustra (Nietzche)
-La historia de la Eternidad (Borges)
-La vuelta al mundo en 80 días.
-El ciclo de la lluvia.
-RWT-Round World Ticket
-El largo viaje que damos alrededor de la cuadra en bicicleta y por primera vez.
-Un hostal en algún lugar del mundo.
-El titular de un periódico.
-La promesa de que se puede contactar el más allá del mundo humano.
-El nombre de un blog, quizá la página de una ong.
-La palabra que deseamos ansiosamente escuchar ayer.
-El castigo de Sísifo.
-El momento esperado después del camino de ausencia.
-Conducir a casa por el tránsito indómito, con la mirada cansada, el alma con peso y la completa distancia.
-La sonrisa de un gracias de tu hijo.
-La palmada en la espalda que masticaste mil veces y aún no te decides a dar.
-Estoy frente a puerta de tu casa, aún no me decido a tocar la campana.
-La visita pospuesta con el pendiente aún sin conversar.
-El regreso en dirección hacia la persona que se fue.
-Las celdas de la colmena, el bucle de tu cabello, la espiral de caída, así parece el tiempo.

Nietzche planteó que los acontecimientos, las personas y los pensamientos, sentimientos e ideas se repiten de manera infinita e incansable. No lo se, aún no he vivido el infinito.

Reconozco que un gesto de sonrisa, de movimiento de manos, de mueca de dolor podría parecer o ser el mismo de ayer, de mañana, del día en que no estábamos o que no éramos aún. Sin embargo, con esa visión de repitencia y quizá con un toque de reciclaje, ni siquiera en un ciclo podría decir que aún me he repetido en sentimientos.

Si bien es cierto, debo y puedo reconocer que hay cosas, gestos, quizá alguna costumbre que repito de manera propia, en otras recalcitrante, quizá natural, casi inherente, aún no me repito en la forma de querer.

No tengo miedo de ser quien soy, quizá temor de la fuerza, extrañeza de la profundidad, aún así volvería a vivir la vida si eso nos incluye a los que hemos pasado por este camino.

mayo 25, 2008

Celeste y plomizo, pólvora y retorno

Lectura tercera: Pólvora

Entre siempre y jamás
"Entre siempre y jamás
el rumbo, el mundo oscilan
(...) el amor y odio
nos vuelven categóricos (...)
así
incansablemente
insobornablemente
entre siempre y jamás
fluye la vida insomne..."


En el último día de invierno, recuerda que ya la nieve tiene días de ausencia y llegada, el deshielo está por todos lados, podés sentir en la calle el aumento de la temperatura, aunque no tengás un termómetro junto a vos. Das un paso a fuera, dos tres, ¡sí es cierto explotó la primavera!, que me lo digan los verdes, allí comenzaron a saltar.

- *- * - * - * - *-

Carbono, azufre y nitrato de potasio hace el polvo negro que eleva sonidos, revienta en colores y llama a festejar. Explotaron las estrellas multicolores, las bengalas, los petardos que de manera rápida y afanosa logran su cometido fugaz: vivir con gloria en solo un segundo.

- *- * - * - * - *-

La casa sigue verde, aislada en medio de los bananales, los cafetales y el cacaotal, así va, con la desorientación por doquier. Uno, dos, tres cruces de palabras, todas en gritos, el plato quebrado, el perro huyendo, los niños escondidos -no hay esquina segura-, el pulso tembloroso, la respiración vibrante, la mano alterada, el alma descompuesta, el alma raída, los ojos vidrioso. Algo sucedió.

- *- * - * - * - *-

Colapsadas se encuentras en el espacio una o varias estrellas que solo nos cuentan de su historia a través de las pulsaciones, de las radiaciones, de las ondas electromagnéticas. Sí son púlsares o estrellas pulsantes, las que se sostienen a partir de la enervación y la destrucción.

Nacer desde el colapso, así nacen o nacemos muchos, tal como la energía que se libera, como los rayos gamma penetrando la materia más profunda.

Esos espacios que aún no son agujeros negros, posee densísimos centros cargados de metales, los cuales no permite hacer predicciones válidas con modelos informáticos ni con observaciones experimentales.(no podemos predecirlas, ¡que bien'!-, por eso son fuente para conocer a otros "cuerpos" celestes)

Las pulsaciones, oscilantes rayos que arrasan, abarcan, dan vida, la quitan, se autodefinen y permiten a otros que al chocar se ubiquen en espacios que no sabíamos, no se predicen, se sospechan, lo que nace a partir de lo que muere y lo que muere para nacer de otra manera.

mayo 22, 2008

Celeste y plomizo, pólvora y retorno

Lectura segunda: Celeste

"El color azul es una de las seis sensaciones cromáticas básicas de la visión humana normal."

Vivo en un país tropical -bueno eso parece ser-, donde más de la mitad del año llueve. Al principio recibes la lluvia como elixir de salvamento, casi como el cargamento de las raciones básicas de la guerra. Luego conforme pasan los días parece que la cosa cambia entre inundaciones, cielos algodonados de gris y resfríos a la orden del día.

La caída de las primeras lluvias es anunciada por la canción continua de un ave mediana a la cual se le unen otras, -sea por las tardes, sea por las mañanas-; con las primeras aguas se lavan las calles, se arremolinan las basuras, se taponean las alcantarillas, -que son tan pocas- y proliferan los vendedores ambulantes de paraguas y sombrillas.

Las aceras poco amigables, solo se quedan impávidas y se dejan bañar. Los perros de la calle buscan refugio en los techos de cualquier lugar y sus dueños callejeros no dejan de hacerle segunda, tratando de protegerse entre cartones –poca solución-, plásticos, y cuanto apoyo alternativo exista.

Las estrechas carreteras, de concreto “bacheado” –reparado, vuelto a reparar y por consiguiente con huecos cubiertos cual óleo con polvo de madera y trozos de piedra- se convierten en territorio de peligro por la combinación de la grasa, el neumático raído, el asfixiante tránsito y la oceánica cantidad de agua.

Finalmente, nosotros los pedestres no tenemos más remedio que recurrir a los vendedores de protección móvil-llámese paraguas-, que en los días de real tormenta tica, no sirven más que para un carajo; es decir estorbar y evitar que la lluvia te saque los ojos, por que del cuello hacia el resto del cuerpo el agua te llegará hasta el tuétano, con lo cual queda celeste la esperanza, azul de cielo escurrido por tormentas, el que no se te moje hasta el alma.

mayo 21, 2008

Celeste y plomizo, pólvora y retorno

Lectura primera: Plomizo

Toca mi piel, y dime en que estás pensando/ Toma mi mano, y enséñame a donde vamos/Acuéstate a mi lado/ Mira mis ojos/ Y dime -- lo que ves”-
Take my hand, Dido.

Un largo día se avecina, se puede percibir en el sonido de la sirena del tren, en los rieles acerados que dividen la derecha y la izquierda, en la luz intermitente del semáforo de aviso, en el sonido que se llega primero desde lo lejos, el tremor que se escapa por el túnel.

¿Cuántos días han de ver estos ojos pasar?
No lo se aún, no he aprendido el arte de la quiromancia y de las astrologías. Sin embargo, seguimos sosteniéndonos las manos. Sí aquí estamos, ¿me escuchan?

mayo 18, 2008

De tus muertos

Hay días en que la fortuna siempre deja una aldaba abierta, como para recordar que por allí ronda una tensa calma.

A veces cuando la muerte se deja llegar, por que te acercas con la edad, se te mueven varias cosas por la cabeza, seguro más de las que me atreví a elegir. Es así como al dar el vistazo detrás de tu hombro, te das por enterado con recuento de daños, de escaleras, fosas y andamios, de asientos, de amaneceres y noches. Otras ocasiones te salta a la cabeza que ya no comerás sino serás comido, que te sumarás mortal al resto y solo pides que cuando esto se presente, no tener más que dormir y no despertar más.

Un poco de nostalgia podría dar, el reconocer que ya no te enterarás de las noticias del día, la alarma de los sucesos de la última hora no te llegarán, ni la caída o el aumento de la moneda, de la inflación que asfixia o del corte de abastecimiento de agua y quizá de energía; si el cambio climático se dio, si hubo un nuevo terremoto con sabor a antiguo, si encontraron una nueva especie. Ya no te molestará la cama, ni la luz, ni el dolor, ni el sonido.

A lo anterior le sumas que se cambiarán en principio las escapadas al cafetín, al bar de las esquinas lejanas, el bullicio de la calle, el corre y corre de la gente, los charcos casi ríos, las aceras mal encaradas, los perros de las tiendas. Así como el abrazo partido, el deseo no hallado, la sonrisa encontrada, el abrigo amigo, la charla con el hijo, el disgusto matutino, el ascensor con pinta de pocos amigos, el sol que seca hasta el cristal de los ojos…(sigue.)

Por otra parte, sino tuviera esa suerte de dormir, la muerte aparece empaquetada en presentaciones algo mustias: accidentes por docenas, escenas de pérdida de memoria, un cajón de enfermedades con nombres que nunca aprenderé a pronunciar que solo anuncian olvido, daño neurológico, sangre sin vida, cortes, infecciones, dolor visceral.

Tengo que reconocer que para mí el problema no es al menos la muerte, sino finalmente quedar vivo después de la partida del día de quienes fueron mis vivos. Si bien lo veo natural, parte de ese gesto de abrir espacio y camino a otros, como dar la batuta y decir seguro que lo harás mejor que yo, o más bien anda toma que hay oportunidad de seguir.

El quedar vivo, amando, queriendo, sabiendo que ahora realmente comenzaron las noches de las ausencias, el hueco abierto de la bala que perfora y no sana, puesto que lo que sucede es el aprendizaje a veces fallido de vivir sin el/la/los otros, que lo tomas como el espacio de memorias que se viven solas, como la nota irreversible, el nacimiento de años atrás que solo se da una vez, eso amigos míos es lo que te parte el alma, de arrebata en dolor y con suerte te da vida…

Hace unos meses atrás murió la hija de una amiga querida; ayer murió la madre de otra amiga, hace un año -en abril- una amiga salió de su casa a otro país y ya nunca más vió a su pareja viva; años atrás pudo haber sido vos o yo, ya no importa lo cierto y citando a un amigo: "no puedes hablar de hijos sino los has tenido", en mi caso, no puedes hablar de muerte sino la has tenido. Para serles honestos, por muchas cosas pienso que sí podemos al menos olfatear lo que significa, sino no entenderíamos lo que conlleva el arrullo que tiende a calmar.

Azul sin patria


Soy animal de tierra, uno de esos que extraña las aguas de los océanos y que no sabe como regresar.

A veces me siento apátrida, desterrada de la humedad, ya que ni siquiera en ciertos espacios de pequeña profundidad donde proliferan plantas, peces y sol me animo a estar.

En los últimos meses, cuando recorro a pie la arena a lo largo de alguna playa que quisiera frecuentar más, hago repaso mental en busca de la aldaba que se perdió o donde falseó el puente que me hacía querer estar en el mar.

Se y me reconozco animal de tierra, pero me siento por horas frente al mar, lo escucho y lo entiendo, no se si me comprende, si sabe lo que siento, la ansiedad que me genera, la aceleración de mi vientre, el temor de mi pecho, la furia de mis pensamientos (como si fuese un amante), no se si comprende que yo también entiendo el canto azul de las ballenas.

En ocasiones, más de noche, menos de día, me conformo con estar allí, dejar que sus sonidos, sus destellos lleguen a mi, no digo nada (podría quedarme por horas solo escuchando y mirando, mirando y escuchando, dormitar o en vigilia), es como si con su fuerza y su suavidad me permitiera acariciar sus pensamientos o los míos.

Por ocasiones, con sonrisa bordada con alguna flor y matizada con algún pedazo de envidia a su alegría, miro como otros intentan, logran, entran en ese espacio que ya hace años no volví animarme a cruzar.

He olvidado la llave, la puerta, la clave de entrada, la tonada de llegada, la sensación bienvenida, el chocar de las dimensiones y simplemente nadar... ¿Me pregunto cuando regresaré al agua?

mayo 12, 2008

Milan Kundera

Antes de leer La insoportable levedad del ser, leí La inmortalidad y a partir de eso devoré a Kundera de manera intensa, casi buscaba un pretexto para ir a la librería y ver si había algo nuevo.

Hoy quiero rescatar dos cosas de él que me gustan: "Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie." y luego del libro de La risa y el olvido, en donde nunca quiero que me tires al olvido.

" La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella. La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se rescriben las biografías y la historia."

¿Me pregunto cuantas veces a lo largo de la vida reescribimos las historias y si nos damos cuenta o llevaremos cuenta de eso?

mayo 09, 2008

¿Quién eres?

Un blog es una vitrina en la pantalla de tu computadora. Un marco de colores cambiantes. Un espacio de ideas donde uno tira la cuerda, donde hay otros peces, algunos te los cuales te halan hacia el agua o vos a ellos. Quizá es brincar fuera del anonimato aunque sabes que hay millones de personas y sigues siendo anónimo.

Un blog podría ser esa columna que no escribes por que no eres periodista, escritor, contador, juglar o lo que fuera, pero te das a la aventura de ponerte máscaras de cada personaje.

Un espacio así finalmente es la conversación en un bar cualquiera, en la mesa de la esquina cerca de la ventana; la bebida caliente después del chaparrón, los temas varios en la cafetería mientras esperas que baje el tráfico y la gente. Sin embargo, lo que más me gusta del blog es que es una bitácora.

Quizá sea la bitácora de los pensamientos que algunos no obvian, de las conversaciones que atrapas de reojo con el borde de la oreja. Quizá sea el registro de los pensamientos de unos, del trabajo de otros, de las fotos aburridas y de los lloriqueos cualquiera, de la basurita en el ojo o del espacio abierto de la cabeza.

Quizá sea el pretexto de creer que se puede dar vida dentro de un virtual, de encontrar alguien quien no buscas o que quizá sí, de mostrar cuanto hay allá afuera, de enseñar un poco lo que te mueve y llena, sea sentimiento, espacio, morbo y demás.